/ viernes 15 de septiembre de 2023

 Repique Inocente | Interrogantes locomotoras

Si el calendario sigue funcionando igual que cuando lo cambió el Papa Gregorio XIII, por allá del año de 1582, o cuando a los primeros seres humanos se les ocurrió medir el tiempo, en la era mesolítica, entonces hoy se va a poner en funcionamiento el tren México-Toluca.

El arriba firmante no tiene el atrevimiento suficiente como para asegurar que será el 14 de septiembre, porque fuentes bien informadas aseguran que será el día 15. Pero hasta ahora todo indica que el primer tramo del tren iniciará operaciones en los próximos días.

Perdonen ustedes la falta de precisión y puntualidad en la fecha, pero es que después de una década de construcción, ¿qué tanto es tantito?

El tren fue anunciado en la década pasada. Un primero de diciembre de 2012 por el entonces presidente Enrique Peña Nieto. El 7 de julio de 2014 inició formalmente la obra. Y nueve años después, aquí estamos como el primer día: con más expectativas que certezas.

No sabemos cuánto va a costar el pasaje, tampoco qué camiones nos van a llevar hasta las estaciones, ignoramos los horarios del servicio o si nos van a pasear gratis mientras lo acaban. Desde luego, nada hay sobre alguna posible intervención sobre la zona federal que conforma el camellón de la vialidad Solidaridad Las Torres, que hasta ahora es tierra de nadie —o sea, es de los abusivos—.

Acerca de los boletos y su costo, lo único cierto es que la firma francesa Thales, a través de su subsidiaria Revenue Collection Systems, será la encargada del boletaje. Si se pagará mediante tarjetas, boletos de papel o cartón, aplicaciones móviles o morlacos contantes y sonantes, fichas, pagarés, dinero electrónico, bitcoin, cheques o cacao, todavía no nos hacen el favor de informarnos. Y del costo ni hablar: todos son “estimaciones”, es decir, una cifra que se le ocurrió a alguien y que tuvo a bien compartir sin una base sólida pero con mucha imaginación. Como la del arriba firmante que propone 12 pesos entre Zinacantepec y Lerma, que es lo que uno se gasta en un camión urbano…

Y si no sabemos cuánto va a costar ni cómo lo vamos a pagar, menos certeza tenemos de que vaya a operar en el horario previsto de seis de la mañana a 11 de la noche. Y cada cuántos minutos van a pasar los trenes. Eso sí, se calcula que el viaje de Zinacantepec a Lerma —o al revés, mis estimados cuatro lectores decidan— tardará 16 minutos.

El arriba firmante agrega otras interrogantes: ¿habrá algún espacio para subir bicicletas? ¿Será “pet friendly” —uno tiene que estar preparado para todo—? ¿Las escaleras son eléctricas —es que las estaciones están bien altotas—?

Y la pregunta más importante de todas: ¿si lo van a terminar?

***

Director del noticiario Así Sucede de Grupo Acir Toluca. Gerente de Meganoticias Toluca.

Tips: felgonre@gmail.com. Twitter: @FelipeGlz.

Si el calendario sigue funcionando igual que cuando lo cambió el Papa Gregorio XIII, por allá del año de 1582, o cuando a los primeros seres humanos se les ocurrió medir el tiempo, en la era mesolítica, entonces hoy se va a poner en funcionamiento el tren México-Toluca.

El arriba firmante no tiene el atrevimiento suficiente como para asegurar que será el 14 de septiembre, porque fuentes bien informadas aseguran que será el día 15. Pero hasta ahora todo indica que el primer tramo del tren iniciará operaciones en los próximos días.

Perdonen ustedes la falta de precisión y puntualidad en la fecha, pero es que después de una década de construcción, ¿qué tanto es tantito?

El tren fue anunciado en la década pasada. Un primero de diciembre de 2012 por el entonces presidente Enrique Peña Nieto. El 7 de julio de 2014 inició formalmente la obra. Y nueve años después, aquí estamos como el primer día: con más expectativas que certezas.

No sabemos cuánto va a costar el pasaje, tampoco qué camiones nos van a llevar hasta las estaciones, ignoramos los horarios del servicio o si nos van a pasear gratis mientras lo acaban. Desde luego, nada hay sobre alguna posible intervención sobre la zona federal que conforma el camellón de la vialidad Solidaridad Las Torres, que hasta ahora es tierra de nadie —o sea, es de los abusivos—.

Acerca de los boletos y su costo, lo único cierto es que la firma francesa Thales, a través de su subsidiaria Revenue Collection Systems, será la encargada del boletaje. Si se pagará mediante tarjetas, boletos de papel o cartón, aplicaciones móviles o morlacos contantes y sonantes, fichas, pagarés, dinero electrónico, bitcoin, cheques o cacao, todavía no nos hacen el favor de informarnos. Y del costo ni hablar: todos son “estimaciones”, es decir, una cifra que se le ocurrió a alguien y que tuvo a bien compartir sin una base sólida pero con mucha imaginación. Como la del arriba firmante que propone 12 pesos entre Zinacantepec y Lerma, que es lo que uno se gasta en un camión urbano…

Y si no sabemos cuánto va a costar ni cómo lo vamos a pagar, menos certeza tenemos de que vaya a operar en el horario previsto de seis de la mañana a 11 de la noche. Y cada cuántos minutos van a pasar los trenes. Eso sí, se calcula que el viaje de Zinacantepec a Lerma —o al revés, mis estimados cuatro lectores decidan— tardará 16 minutos.

El arriba firmante agrega otras interrogantes: ¿habrá algún espacio para subir bicicletas? ¿Será “pet friendly” —uno tiene que estar preparado para todo—? ¿Las escaleras son eléctricas —es que las estaciones están bien altotas—?

Y la pregunta más importante de todas: ¿si lo van a terminar?

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Director del noticiario Así Sucede de Grupo Acir Toluca. Gerente de Meganoticias Toluca.

Tips: felgonre@gmail.com. Twitter: @FelipeGlz.