/ miércoles 22 de noviembre de 2023

Repique inocente | Libertario

El resultado de las elecciones en Argentina ha sorprendido, parcialmente, al escenario político latinoamericano. Digo parcialmente, porque era visible la ventaja del candidato ultraderechista Javier Milei, quien se impuso al peronismo representado por Sergio Massa, ministro de Economía del actual gobierno y corresponsable de la crisis por la que atraviesan los argentinos.

Javier Milei es un libertario llevado al extremo. La corriente que representa su pensamiento es el “anarcocapitalismo”. Se trata de una ideología filosófica-política-económica que nace de la llamada Escuela de Austria, que propone la total abolición del Estado en favor de la soberanía individual. Milei ha dicho que considera su enemigo al Estado. Y se pronuncia a favor de la propiedad privada y el libre mercado.

Sus banderas de campaña han sido recortar drásticamente el gasto público, privatizar las empresas públicas, cerrar el Banco Central, reducir los impuestos y desregular la economía. Como otros ultra liberales, Milei piensa que el mercado por sí solo resolverá los problemas. Además, quiere cerrar algunos ministerios.

No ha dicho aquello de “al diablo las instituciones”, pero su discurso plantea acabar con los cimientos del sistema económico y el Estado social argentino. Nada de ayudas, reducir el Estado —es decir, el gobierno— al mínimo, dolarizar la economía, prohibir el aborto, entre otras consideraciones. Y desconfía de los políticos, a los que en campaña calificó como una “casta”, inmoral y privilegiada.

Los que saben, dicen que el planteamiento de Javier Milei se trata de un bandazo absoluto. Un vuelco de 180 grados en lo que ha planteado el peronismo, en su versión actual de kirchnerismo, en las últimas décadas.

Pero lo que tiene enfrente Milei no es sencillo: Argentina atraviesa una grave crisis, con altos niveles de pobreza, pocas reservas internacionales y pagos pendientes al Fondo Monetario Internacional. Tiene una inflación anual de 140 por ciento, tal vez una de las más altas del mundo. Ese problemático escenario generó descontento y éste se materializó en una especie de venganza o castigo a la clase política gobernante.

Milei fue diputado en 2021. Aún así los analistas lo consideran un outsider, alguien que viene de fuera de la política clásica. No sabemos si con esa poca experiencia pública y con sus ideas cercanas al populismo de extrema derecha, podrá con el paquete. Lo que sí sabemos es que ya tiene el paquete, junto con la motosierra con la que pretende hacer todo tipo de recortes. También sabemos que es parte de una tendencia de castigo a los políticos y partidos tradicionales. Personajes como Donald Trump tienen ideas emparentadas con los postulados del presidente electo de Argentina. Tenemos conocimiento también de que lo que en teoría es posible, no siempre tiene resultados en la práctica. Ahí está el caso del chileno Gabriel Boric, que después de un año y medio de gobierno no ha conseguido concretar sus reformas.

Nos guste o no, Milei irrumpió en una escena latinoamericana en la que en los últimos años los gobiernos “de izquierda” habían dominado.

En México viviremos elecciones presidenciales el año entrante. No tenemos un outsider ni un libertario en la escena. Tampoco el tamaño de los problemas de la Argentina. Pero sí muchos pendientes.

***

Director del noticiario Así Sucede de Grupo Acir Toluca. Gerente de Meganoticias Toluca.

Tips: felgonre@gmail.com. Twitter: @FelipeGlz.

El resultado de las elecciones en Argentina ha sorprendido, parcialmente, al escenario político latinoamericano. Digo parcialmente, porque era visible la ventaja del candidato ultraderechista Javier Milei, quien se impuso al peronismo representado por Sergio Massa, ministro de Economía del actual gobierno y corresponsable de la crisis por la que atraviesan los argentinos.

Javier Milei es un libertario llevado al extremo. La corriente que representa su pensamiento es el “anarcocapitalismo”. Se trata de una ideología filosófica-política-económica que nace de la llamada Escuela de Austria, que propone la total abolición del Estado en favor de la soberanía individual. Milei ha dicho que considera su enemigo al Estado. Y se pronuncia a favor de la propiedad privada y el libre mercado.

Sus banderas de campaña han sido recortar drásticamente el gasto público, privatizar las empresas públicas, cerrar el Banco Central, reducir los impuestos y desregular la economía. Como otros ultra liberales, Milei piensa que el mercado por sí solo resolverá los problemas. Además, quiere cerrar algunos ministerios.

No ha dicho aquello de “al diablo las instituciones”, pero su discurso plantea acabar con los cimientos del sistema económico y el Estado social argentino. Nada de ayudas, reducir el Estado —es decir, el gobierno— al mínimo, dolarizar la economía, prohibir el aborto, entre otras consideraciones. Y desconfía de los políticos, a los que en campaña calificó como una “casta”, inmoral y privilegiada.

Los que saben, dicen que el planteamiento de Javier Milei se trata de un bandazo absoluto. Un vuelco de 180 grados en lo que ha planteado el peronismo, en su versión actual de kirchnerismo, en las últimas décadas.

Pero lo que tiene enfrente Milei no es sencillo: Argentina atraviesa una grave crisis, con altos niveles de pobreza, pocas reservas internacionales y pagos pendientes al Fondo Monetario Internacional. Tiene una inflación anual de 140 por ciento, tal vez una de las más altas del mundo. Ese problemático escenario generó descontento y éste se materializó en una especie de venganza o castigo a la clase política gobernante.

Milei fue diputado en 2021. Aún así los analistas lo consideran un outsider, alguien que viene de fuera de la política clásica. No sabemos si con esa poca experiencia pública y con sus ideas cercanas al populismo de extrema derecha, podrá con el paquete. Lo que sí sabemos es que ya tiene el paquete, junto con la motosierra con la que pretende hacer todo tipo de recortes. También sabemos que es parte de una tendencia de castigo a los políticos y partidos tradicionales. Personajes como Donald Trump tienen ideas emparentadas con los postulados del presidente electo de Argentina. Tenemos conocimiento también de que lo que en teoría es posible, no siempre tiene resultados en la práctica. Ahí está el caso del chileno Gabriel Boric, que después de un año y medio de gobierno no ha conseguido concretar sus reformas.

Nos guste o no, Milei irrumpió en una escena latinoamericana en la que en los últimos años los gobiernos “de izquierda” habían dominado.

En México viviremos elecciones presidenciales el año entrante. No tenemos un outsider ni un libertario en la escena. Tampoco el tamaño de los problemas de la Argentina. Pero sí muchos pendientes.

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Director del noticiario Así Sucede de Grupo Acir Toluca. Gerente de Meganoticias Toluca.

Tips: felgonre@gmail.com. Twitter: @FelipeGlz.