/ martes 6 de marzo de 2018

Rescate Tierra


Riqueza económica y paz espiritual no siempre van de la mano. Jesucristo dijo que era mejor hacer riquezas en el cielo, donde ni la polilla, ni el orín corrompen y que ninguna riqueza hecha en la tierra nos llevaríamos. Pero muchos seres humanos con la habilidad de hacer dinero olvidan esto, empobreciendo a sus empleados, quitándoles la seguridad social, la paz de un empleo permanente, encareciendo los productos básicos para la vida, alimentos, medicamentos, servicios de salud, convivencia con la naturaleza, convivencia familiar.

Los derechos humanos y derechos laborales reconocidos a fuerza de batallas y sacrificios de personajes como los Flores Magón, Tita Radilla, Rosy Orosco, Norma Cacho en México; Joseph E. Stiglitz, en Estados Unidos; Mandela, en Sudáfrica, han cedido paso al interés económico. Hoy se mencionan como consigna de asignatura educativa, pero no se les defiende. La jornada laboral de 8 horas en muchos lugares de México no es respetada, hay personas que deben laborar más de 8 horas si quieren conservar su trabajo, sacrificando familia y desarrollo personal. El servicio de salud es negado. Las vacaciones y aguinaldo, reducidos. Las leyes que protegían a los trabajadores fueron modificadas para beneficiar a los empleadores, para que no hubiera antigüedad en el trabajo y no fuera obligatorio pagar los salarios caídos por el tiempo que dure un juicio.

En materia ambiental, muchas empresas destruyen entornos ecológicos necesarios para la salud de nuestro país, no les importa reforestar, cuidar el agua, mantener el aire limpio. En Zacazonapan, una minera detonó los conductos subterráneos del agua para llevarlos a sus instalaciones, afectando la provisión de agua de los agricultores y ganaderos. Zonas forestales protegidas pasaron de ser parques nacionales a espacios residenciales, afectando la recarga de mantos freáticos y el equilibrio del clima. Las modificaciones a leyes energéticas, para permitir la inyección subterránea de líquidos que fracturen las rocas y faciliten la salida de gas (fracking) en México, es una gran tentación.

Don dinero domina las decisiones, la búsqueda de más dinero a menos costo hace que el ser humano pase a segundo plano.

La lucha por la supervivencia en este escenario modifica el comportamiento humano. A pocos les importa lo que le pase al vecino, mientras ellos estén bien. Una mala lógica empresarial sigue ese camino.

En contradicción con lo anterior, hay empresas con sentido humano, preocupadas por rescatar el alma humana y desarrollar los valores de los individuos, para que a su vez enriquezcan a su familia y a quienes les rodean.

Qué deberá ocurrir para que el hombre vuelva la mirada al hombre y no a las riquezas, busque el bienestar de quienes le rodean, sin sacrificar su bienestar. Un enriquecimiento mutuo, basado en el amor, del hombre al hombre y del hombre a Dios y no al dios del dinero, Mammon.


Riqueza económica y paz espiritual no siempre van de la mano. Jesucristo dijo que era mejor hacer riquezas en el cielo, donde ni la polilla, ni el orín corrompen y que ninguna riqueza hecha en la tierra nos llevaríamos. Pero muchos seres humanos con la habilidad de hacer dinero olvidan esto, empobreciendo a sus empleados, quitándoles la seguridad social, la paz de un empleo permanente, encareciendo los productos básicos para la vida, alimentos, medicamentos, servicios de salud, convivencia con la naturaleza, convivencia familiar.

Los derechos humanos y derechos laborales reconocidos a fuerza de batallas y sacrificios de personajes como los Flores Magón, Tita Radilla, Rosy Orosco, Norma Cacho en México; Joseph E. Stiglitz, en Estados Unidos; Mandela, en Sudáfrica, han cedido paso al interés económico. Hoy se mencionan como consigna de asignatura educativa, pero no se les defiende. La jornada laboral de 8 horas en muchos lugares de México no es respetada, hay personas que deben laborar más de 8 horas si quieren conservar su trabajo, sacrificando familia y desarrollo personal. El servicio de salud es negado. Las vacaciones y aguinaldo, reducidos. Las leyes que protegían a los trabajadores fueron modificadas para beneficiar a los empleadores, para que no hubiera antigüedad en el trabajo y no fuera obligatorio pagar los salarios caídos por el tiempo que dure un juicio.

En materia ambiental, muchas empresas destruyen entornos ecológicos necesarios para la salud de nuestro país, no les importa reforestar, cuidar el agua, mantener el aire limpio. En Zacazonapan, una minera detonó los conductos subterráneos del agua para llevarlos a sus instalaciones, afectando la provisión de agua de los agricultores y ganaderos. Zonas forestales protegidas pasaron de ser parques nacionales a espacios residenciales, afectando la recarga de mantos freáticos y el equilibrio del clima. Las modificaciones a leyes energéticas, para permitir la inyección subterránea de líquidos que fracturen las rocas y faciliten la salida de gas (fracking) en México, es una gran tentación.

Don dinero domina las decisiones, la búsqueda de más dinero a menos costo hace que el ser humano pase a segundo plano.

La lucha por la supervivencia en este escenario modifica el comportamiento humano. A pocos les importa lo que le pase al vecino, mientras ellos estén bien. Una mala lógica empresarial sigue ese camino.

En contradicción con lo anterior, hay empresas con sentido humano, preocupadas por rescatar el alma humana y desarrollar los valores de los individuos, para que a su vez enriquezcan a su familia y a quienes les rodean.

Qué deberá ocurrir para que el hombre vuelva la mirada al hombre y no a las riquezas, busque el bienestar de quienes le rodean, sin sacrificar su bienestar. Un enriquecimiento mutuo, basado en el amor, del hombre al hombre y del hombre a Dios y no al dios del dinero, Mammon.