Resignación vs Preparación para la muerte
Visité a Alfredo en el hospital de oncología. Estaba en su cama, sonriente, me saludó y su mano me apretó fraternalmente. Alfredo Melgarejo y yo colaboramos alguna vez en la Dirección de Comunicación del DIF de Toluca que entonces me tocó dirigir e iniciar formalmente. Alfredo es esa pieza fundamental que hace trabajar eficazmente un equipo.
En su lecho charlamos de nuestro tiempo y cómo México ya no era el mismo. Sus ojos brillaban con esa luz que da llevar una vida feliz.
Recordé su trabajo, la privilegiada voz con que llevaba los eventos y coordinaba el acercamiento con las amas de casa, los profesores, los jóvenes, los niños, las personas con discapacidad, los afectados por adicciones y pobreza. Siempre dio más de lo que tenía.
Mientras charlábamos su espíritu me mandaba el mensaje del hombre que está listo para continuar su viaje. Observé al varón que no se aferra a la vida, lamentándose por lo que dejó de hacer, sino aquel que espera anhelante la siguiente etapa.
Alfredo me hizo meditar entre la preparación para la muerte, consecuencia de vivir plenamente buscando hacer el bien y la resignación que muestran quienes frustrados y culpables por sus acciones, intentan aferrarse a un tiempo extra que no les servirá para corregir los errores cometidos.
Las religiones del mundo intentan explicar cada una ¿qué pasa al morir? Nos trasladamos a un lugar de sufrimiento eterno, a un punto intermedio, vamos directo al cielo o simplemente no pasa nada.
Algunos creen y confiesan a Jesucristo, arrepintiéndose antes de la muerte. Otros esperan la muerte para decir lo siento. Unos más siguen las enseñanzas de Buda o Mahoma, y hay quienes simplemente no creen nada.
Sin embargo yo no olvidaré la paz de Alfredo, amigo, Dios te bendiga.
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Ayer estuve con el exsenador Miguel Moreno Brizuela, quien coordinó parte de los trabajos electorales de Morena en Veracruz y el Estado de México, alistándose para formar una Organización Política Nacional, consecuencia del trabajo de su agrupación y después de la probable desaparición de algunas fuerzas políticas del escenario nacional, quizá veamos surgir nuevas corrientes ideológicas con intenciones de convertirse en partidos políticos. ¿Qué será lo que conviene a México? ¿Tendrán los partidos políticos en riesgo de perder registro la oportunidad de recuperarse?
