/ martes 14 de agosto de 2018

Rescate Tierra


Consideraciones ambientales del sexenio por venir

En medio de las reflexiones y propuestas de gobierno, en el periodo de transición entre la salida de Peña y la asunción de AMLO, resaltan los intentos de varias empresas por amarrar buenos negocios a pesar de México. Las áreas afectadas son los transgénicos con los esfuerzos de Monsanto por traer a México las patentes de sus semillas de maíz, algodón, soya y canola, aunque es justo decir que otras empresas como Bayer, Singenta y Pioneer también se esfuerzan por conquistar el mundo y acaparar con sus materiales transgénicos la producción agrícola del mundo. México ha sufrido algunos intentos para sembrarlos y las consecuencias para agricultores y apicultores no fue agradable. La lucha sigue.

En Tamaulipas, por allá del 5 de septiembre, la Comisión Nacional de Hidrocarburos licitará la probable extracción de gas shale mediante el método de fracking. Haciendo uso de grandes cantidades de agua y compuestos químicos para fracturar las rocas que contienen el gas y extraerlo, amenazando con la contaminación del agua subterránea en aproximadamente 2704 kilómetros cuadrados, donde se encuentran más de 150 comunidades. El fracking ha sido prohibido en otros países y hay lugares en donde los compuestos químicos utilizados contaminan el agua, de manera tal que al acercarle un cerillo, hace flama.

Poco se habla ya de Montes Azules, ese lugar perdido en la Selva Lacandona, en donde hay carbono, biodiversidad, petróleo, uranio y energía eléctrica. Digo perdido por el poco caso que los mexicanos le ponemos al cuidado de nuestra riqueza y reservas, mientras hay quienes sólo piensan en apoderarse del tesoro, aunque la pague el país y las comunidades allí asentadas.

Recuerda el derrame de ácido sulfúrico en el río Sonora, en 2014. Hace 4 años, así corrió la noticia. Hoy se publica como un derrame de agua acidulada de cobre y otros metales tóxicos que afectaron Cananea, Arizpe, Banamichi, Huepac, San Felipe y la zona rural de Hermosillo, afectando la salud de cientos de familias que después del derrame sufren problemas cardiovasculares, oculares, renales, digestivos y cancerígenos, sin que parezca haber mucho interés de las autoridades y los mineros del Grupo México por atender la salud de los afectados.

Y no olvidemos el volcán Xinantécatl, el río Lerma, la zona de Villa Guerrero, con los pesticidas. Todos en el Estado de México.

Por todo lo anterior, la agenda ecológica y ambiental de México requiere atenciones y acciones.


Consideraciones ambientales del sexenio por venir

En medio de las reflexiones y propuestas de gobierno, en el periodo de transición entre la salida de Peña y la asunción de AMLO, resaltan los intentos de varias empresas por amarrar buenos negocios a pesar de México. Las áreas afectadas son los transgénicos con los esfuerzos de Monsanto por traer a México las patentes de sus semillas de maíz, algodón, soya y canola, aunque es justo decir que otras empresas como Bayer, Singenta y Pioneer también se esfuerzan por conquistar el mundo y acaparar con sus materiales transgénicos la producción agrícola del mundo. México ha sufrido algunos intentos para sembrarlos y las consecuencias para agricultores y apicultores no fue agradable. La lucha sigue.

En Tamaulipas, por allá del 5 de septiembre, la Comisión Nacional de Hidrocarburos licitará la probable extracción de gas shale mediante el método de fracking. Haciendo uso de grandes cantidades de agua y compuestos químicos para fracturar las rocas que contienen el gas y extraerlo, amenazando con la contaminación del agua subterránea en aproximadamente 2704 kilómetros cuadrados, donde se encuentran más de 150 comunidades. El fracking ha sido prohibido en otros países y hay lugares en donde los compuestos químicos utilizados contaminan el agua, de manera tal que al acercarle un cerillo, hace flama.

Poco se habla ya de Montes Azules, ese lugar perdido en la Selva Lacandona, en donde hay carbono, biodiversidad, petróleo, uranio y energía eléctrica. Digo perdido por el poco caso que los mexicanos le ponemos al cuidado de nuestra riqueza y reservas, mientras hay quienes sólo piensan en apoderarse del tesoro, aunque la pague el país y las comunidades allí asentadas.

Recuerda el derrame de ácido sulfúrico en el río Sonora, en 2014. Hace 4 años, así corrió la noticia. Hoy se publica como un derrame de agua acidulada de cobre y otros metales tóxicos que afectaron Cananea, Arizpe, Banamichi, Huepac, San Felipe y la zona rural de Hermosillo, afectando la salud de cientos de familias que después del derrame sufren problemas cardiovasculares, oculares, renales, digestivos y cancerígenos, sin que parezca haber mucho interés de las autoridades y los mineros del Grupo México por atender la salud de los afectados.

Y no olvidemos el volcán Xinantécatl, el río Lerma, la zona de Villa Guerrero, con los pesticidas. Todos en el Estado de México.

Por todo lo anterior, la agenda ecológica y ambiental de México requiere atenciones y acciones.