/ martes 23 de octubre de 2018

Rescate Tierra


Rescate Tierra

Anayannsi, me miró y comentó que el 3 de noviembre proponían algunas personas, conmemorar a las mujeres que han muerto con violencia. La miré a los ojos y quedé en suspenso. Estábamos charlando sobre el origen de la celebración del día de muertos. Pensé en la violencia contra mujeres, niños, varones, familias, el medio ambiente, nuestro país. Ella me veía intentando descifrar mi silencio y sólo alcancé a decir, es terrible el número de personas y mujeres agredidas en México. Los 365 días deberían ser contra la violencia.

*Estamos a pocos días de la consulta sobre la construcción o no, del nuevo aeropuerto. Visité la zona aledaña al mismo, el jueves pasado, vi los montes de los que han sacado el tepojal, la arena, la grava. Los baños de Netzahualcoyotl, han cambiado su vista. Se han desmontado cerros completos. Las góndolas transitan por la carretera, arrastrando el cadáver, del lecho del lago. Llegan a las minas de arena que parecen zona minada, cual si una lluvia de meteoritos las hubiera arrasado y descargan la tierra, el lodo, el concreto, el refrigerador que se coló del temblor del 85.

Los texcocanos y atenquenses, no saben qué hacer. El pasado los rebasó, el poder del dinero y la ambición los despojó de sus tierras, a precio de risa. Los terrenos hoy, se cotizan en dólares.

Lo confieso, no comprendo el proceso mental que justifica asesinar el futuro de una Nación. La política mundial está a favor de la reforestación, la recuperación de los lagos, la recarga de mantos freáticos, reducir la emisiones de bióxido de carbono a la atmósfera, generar un futuro sustentable, pero parece que el poder del dinero lo justifica todo.

Somos mexicanos, vivimos en el mismo territorio que da nombre a nuestro país, sufrimos los mismos problemas. Unos con más, otros con menos dinero, pero lo que yo hago, afecta la vida y futuro de mi vecino, sea el de la casa de al lado, del municipio de al lado, del estado de al lado y hasta la Nación mas allá de la frontera.

Vivir en equilibrio y armonía, significa, que cuidaré el entorno en que cohabitamos todos. No hacerlo afectará la paz y modificará las condiciones sociales del lugar en que vivo, habrá estrés, violencia, pobreza, hambre. Mi estabilidad estará en juego y amenazará la paz de mi vecino.

Tal vez, quienes tienen el dinero y hacen los negocios piensan que, si la inseguridad crece, se iran de México. Si el agua sube de precio, sólo pagaran un poco adicional. Si no hay escuelas, mandarán a sus hijos fuera del país, si la zona está contaminada, buscarán un lugar boscoso en donde vivir. Pero, hay quienes no podremos hacerlo, aun cuando habitemos el mismo espacio.



Rescate Tierra

Anayannsi, me miró y comentó que el 3 de noviembre proponían algunas personas, conmemorar a las mujeres que han muerto con violencia. La miré a los ojos y quedé en suspenso. Estábamos charlando sobre el origen de la celebración del día de muertos. Pensé en la violencia contra mujeres, niños, varones, familias, el medio ambiente, nuestro país. Ella me veía intentando descifrar mi silencio y sólo alcancé a decir, es terrible el número de personas y mujeres agredidas en México. Los 365 días deberían ser contra la violencia.

*Estamos a pocos días de la consulta sobre la construcción o no, del nuevo aeropuerto. Visité la zona aledaña al mismo, el jueves pasado, vi los montes de los que han sacado el tepojal, la arena, la grava. Los baños de Netzahualcoyotl, han cambiado su vista. Se han desmontado cerros completos. Las góndolas transitan por la carretera, arrastrando el cadáver, del lecho del lago. Llegan a las minas de arena que parecen zona minada, cual si una lluvia de meteoritos las hubiera arrasado y descargan la tierra, el lodo, el concreto, el refrigerador que se coló del temblor del 85.

Los texcocanos y atenquenses, no saben qué hacer. El pasado los rebasó, el poder del dinero y la ambición los despojó de sus tierras, a precio de risa. Los terrenos hoy, se cotizan en dólares.

Lo confieso, no comprendo el proceso mental que justifica asesinar el futuro de una Nación. La política mundial está a favor de la reforestación, la recuperación de los lagos, la recarga de mantos freáticos, reducir la emisiones de bióxido de carbono a la atmósfera, generar un futuro sustentable, pero parece que el poder del dinero lo justifica todo.

Somos mexicanos, vivimos en el mismo territorio que da nombre a nuestro país, sufrimos los mismos problemas. Unos con más, otros con menos dinero, pero lo que yo hago, afecta la vida y futuro de mi vecino, sea el de la casa de al lado, del municipio de al lado, del estado de al lado y hasta la Nación mas allá de la frontera.

Vivir en equilibrio y armonía, significa, que cuidaré el entorno en que cohabitamos todos. No hacerlo afectará la paz y modificará las condiciones sociales del lugar en que vivo, habrá estrés, violencia, pobreza, hambre. Mi estabilidad estará en juego y amenazará la paz de mi vecino.

Tal vez, quienes tienen el dinero y hacen los negocios piensan que, si la inseguridad crece, se iran de México. Si el agua sube de precio, sólo pagaran un poco adicional. Si no hay escuelas, mandarán a sus hijos fuera del país, si la zona está contaminada, buscarán un lugar boscoso en donde vivir. Pero, hay quienes no podremos hacerlo, aun cuando habitemos el mismo espacio.