Efecto mariposa, es lo que espera al mundo con el abuso que hemos hecho de él. Nos quejamos de la fuerza de los recientes huracanes, pero no detenemos el calentamiento de la Tierra. Se preparan bancos de agua, para venderla y administrarla, pero no recargamos los mantos freáticos. Nos horroriza la trata de personas, el secuestro y abuso de mujeres, hombres y menores, y sin embargo hay usuarios que van a prostíbulos, hacen citas por internet y le hacen fiestas al gober precioso, punta del iceberg de un problema y corrupción que persisten, ¿Cuántos habrá como él? que intercambian botellas de coñac por favores. Expulsamos al embajador de Corea del Norte, por las intenciones de su nación, para continuar con pruebas nucleares afectando la salud del planeta, pero seguimos construyendo vehículos de gasolina y diésel. Los autos eléctricos son una solución temporal, y nadie nos ha informado de los riesgos que supone, desechar sus pilas. En cuanto el líder del país vecino construye su muro y la intolerancia y racismo globales, definen los desprecios entre hindúes, musulmanes, católicos, protestantes, amarillos, negros, prietos, ojos rasgados. “Intolerancia” es el nombre de una gran película producida el siglo pasado. Una actitud que define el comportamiento del hombre, con otros hombres.
A toda acción, hay una reacción. En 1968, México vivió una jornada violenta, de intolerancia y muerte. Cientos de estudiantes fueron asesinados el 2 de octubre, para que sus protestas no ensuciaran la imagen de México, entonces anfitrión y organizador de los “Juegos Olímpicos”. Eran agitadores, guerrilleros, revoltosos decían los progobierno y las agencias de inteligencia internacionales, preocupadas por el entonces creciente comunismo. Pero no fue sólo México, también Francia y Estados Unidos, tuvieron protestas juveniles y no masacraron a sus jóvenes.
A finales de los 80s, nuestro país, eligió presidente y el proceso fue tan competido, que hay quienes aún creen que ganó Cuauhtémoc Cárdenas, otros Maquío y pocos consideran que el vencedor haya sido Salinas. En ese mismo tiempo, Rusia, convulsionaba en su tránsito a un capitalismo controlado por el Estado, Gorbachov, entonces cabeza del gobierno ruso, fue quien toleró, observó y encauzó las acciones de su sociedad, sus hombres y bellas damas.
La teoría del efecto mariposa, dice que el suave movimiento del aire por las alas de la antes crisálida, puede llegar a convertirse en un recio viento sin considerar que, las acciones de cada individuo en la sociedad, provocan una reacción. Un hecho social, difícil de medir y predecir. Un taxista pervertido secuestra una señorita y destruye la paz de una familia. Un funcionario se cansa de responder a los afectados por un multihomicidio y la sociedad lo censura. Una empresa deja de utilizar materiales y técnicas seguras en la construcción de carreteras y el pavimento se hunde. La sociedad se harta de la corrupción y el abuso entre sus gobernantes y corre el riesgo de caer en las manos de un mesías tropical a veces santo, otras, demonio, mientras la incertidumbre de su posible acceso al poder, no da paz. No vaya ser que, los pajaritos vengan a orientar el gobierno de México y el aleteo de cientos de mariposas, lo transformen todo.
2 de octubre, te recuerdo.
