/ martes 10 de octubre de 2017

Rescate Tierra

Más de 40 mil hectáreas de bosque se han perdido alrededor de las 3 lagunas que nutren lo que queda del río Lerma, Chignahuapan, Chiconahuapan y Chimaliapan. De continuar la tala, la urbanización sin orden, la contaminación sin freno y sin la correcta aplicación de los planes de recarga y tratamiento de agua, en menos de 20 años no habrá, ni lagunas, ni bosque, ni nada que mantenga el equilibrio ecológico en esta zona tan importante para el Estado de México.

Los problemas comenzaron en 1938, cuando un trabajador de Recursos Hidráulicos que analizaba cómo llevar agua al Distrito Federal -hoy Ciudad de México-, detonó el ojo de agua en Almoloya del Río, iniciando el ecocidio que hoy amenaza finalmente con su muerte.

Ha sido una agonía de 79 años, dolorosa y de aislados intentos de recuperación con la instalación de la ineficaz planta de tratamiento de Reciclagua y sus 21 hermanas, de las cuales apenas funcionan 4.

Recorrí hace algunos años el cauce del río. Encontré sangre, desechos orgánicos en donde el rastro descargaba al río, tiraderos de basura, cazadores de patos, descargas de las aguas municipales de Ocoyoacac, San Mateo y Lerma, todo esto en el lugar donde comienza el acuífero.

A través de los años, visité otros municipios por donde cruza el río. En Ixtlahuaca lo vi recibir las descargas de los ranchos ganaderos, en Atlacomulco, de la zona Industrial y en Temascalcingo me impactó la fuerza con que sus aguas recorren el municipio. 180 kilómetros transitan el Lerma, por nuestro estado y aquí en su cuna, lo han intentado abortar y se resiste a morir.

Para mantenerlo vivo, desde 1976 han intervenido varias autoridades, cuyo esfuerzo ha sido demeritado por el contraste de planes entre las instancias de gobierno y las instituciones involucradas unos promueven la protección de las tierras y bosques, mientras otros autorizan la construcción de zonas residenciales. Unos promueven la instalación de plantas tratadoras, mientras ladrones roban los transformadores y equipo de las centrales de tratamiento, unos promueven el saneamiento del suelo, y otros instalan minas y rellenos sanitarios con el riesgo de contaminar los mantos freáticos.

A pesar de todo, hay personas y autoridades responsables que aún intentan revivir al muerto. Si todo sale bien, lo van a lograr antes del año 2040.

Para investigar las posibles soluciones, charlé con Jorge Jiménez Campos, me mostró un video de la recuperación de un monte en Calimaya y me explicó el plan que el Gobierno del Estado de México ya ejecuta, comparando las acciones de la revivificación de ese cerro, con lo que se hace en el río, la protección de las lagunas, la recuperación de bosques, el involucramiento del sector privado en la reforestación y la presentación de alternativas de subsistencia para quienes a la orilla del Lerma, han perdido todo.

No es pequeño el reto para el gobernador Alfredo del Mazo, ni para Jorge Rescala, al frente del cuidado del medio ambiente estatal, serán 6 intensos años, para sentar la base de la recuperación de esta hermosa cuenca.

Más de 40 mil hectáreas de bosque se han perdido alrededor de las 3 lagunas que nutren lo que queda del río Lerma, Chignahuapan, Chiconahuapan y Chimaliapan. De continuar la tala, la urbanización sin orden, la contaminación sin freno y sin la correcta aplicación de los planes de recarga y tratamiento de agua, en menos de 20 años no habrá, ni lagunas, ni bosque, ni nada que mantenga el equilibrio ecológico en esta zona tan importante para el Estado de México.

Los problemas comenzaron en 1938, cuando un trabajador de Recursos Hidráulicos que analizaba cómo llevar agua al Distrito Federal -hoy Ciudad de México-, detonó el ojo de agua en Almoloya del Río, iniciando el ecocidio que hoy amenaza finalmente con su muerte.

Ha sido una agonía de 79 años, dolorosa y de aislados intentos de recuperación con la instalación de la ineficaz planta de tratamiento de Reciclagua y sus 21 hermanas, de las cuales apenas funcionan 4.

Recorrí hace algunos años el cauce del río. Encontré sangre, desechos orgánicos en donde el rastro descargaba al río, tiraderos de basura, cazadores de patos, descargas de las aguas municipales de Ocoyoacac, San Mateo y Lerma, todo esto en el lugar donde comienza el acuífero.

A través de los años, visité otros municipios por donde cruza el río. En Ixtlahuaca lo vi recibir las descargas de los ranchos ganaderos, en Atlacomulco, de la zona Industrial y en Temascalcingo me impactó la fuerza con que sus aguas recorren el municipio. 180 kilómetros transitan el Lerma, por nuestro estado y aquí en su cuna, lo han intentado abortar y se resiste a morir.

Para mantenerlo vivo, desde 1976 han intervenido varias autoridades, cuyo esfuerzo ha sido demeritado por el contraste de planes entre las instancias de gobierno y las instituciones involucradas unos promueven la protección de las tierras y bosques, mientras otros autorizan la construcción de zonas residenciales. Unos promueven la instalación de plantas tratadoras, mientras ladrones roban los transformadores y equipo de las centrales de tratamiento, unos promueven el saneamiento del suelo, y otros instalan minas y rellenos sanitarios con el riesgo de contaminar los mantos freáticos.

A pesar de todo, hay personas y autoridades responsables que aún intentan revivir al muerto. Si todo sale bien, lo van a lograr antes del año 2040.

Para investigar las posibles soluciones, charlé con Jorge Jiménez Campos, me mostró un video de la recuperación de un monte en Calimaya y me explicó el plan que el Gobierno del Estado de México ya ejecuta, comparando las acciones de la revivificación de ese cerro, con lo que se hace en el río, la protección de las lagunas, la recuperación de bosques, el involucramiento del sector privado en la reforestación y la presentación de alternativas de subsistencia para quienes a la orilla del Lerma, han perdido todo.

No es pequeño el reto para el gobernador Alfredo del Mazo, ni para Jorge Rescala, al frente del cuidado del medio ambiente estatal, serán 6 intensos años, para sentar la base de la recuperación de esta hermosa cuenca.