/ martes 19 de marzo de 2019

Rescate Tierra


Los grandes le hacen bullying al Partido Encuentro Social

La película “Pandillas de Nueva York” muestra la lucha por obtener, mantener y ejercer el poder económico, político y social de algunos grupos, que por ser mayoría o tener el control de la autoridad, pretendían imponer su voluntad a otros.

El resultado es un conflicto provocado por el abuso, el disgusto y la falta de sensibilidad y sabiduría de quienes debían mantener el orden, en condiciones democráticas, de igualdad y certeza entre todos los actores sociales, con una representación real.

Tal pareciera ser el caso del Partido Encuentro Social, que sufre “bullying” político de sus compañeros de viaje, aferrados en desaparecerlo, aprovechando las circunstancias legales que no son reflejo de su representatividad en las cámaras de diputados y senadores. En la primera tiene 56 diputados y en la segunda 8 senadores, equivalentes al 11.20 por ciento del total de diputados y el 6.25 de los senadores. Superando los números de los partidos Verde Ecologista con 16, PRD 21 MC 27 y hasta PRI con 45. Los mismos que se unieron para presentar su “Amicus Curae”, echarle montón al PES y deshacerse por medio del abuso, de un compañero incómodo para el próximo proceso electoral. Afectando la representatividad social otorgada por los ciudadanos al Partido Encuentro Social, reflejada en un mayor número de diputados y senadores, en comparación a otras fuerzas políticas.

En mi paso por la Cámara de diputados y el Instituto Electoral del Estado de México, conocí la importancia del respeto, la tolerancia y la conciencia, de que se está allí como representante de la voluntad popular. Observé la tentación que el poder despierta para abusar de él e imponer a otros, normas justificadas en el papel, pero que en su ejecución promueven la inestabilidad, el abuso, la pérdida de gobernabilidad.

No fui diputado, pero me llamó la atención el criterio que dio mayoría en 1996 a un grupo político, cómo consecuencia de una ley, hecha para favorecer al más fuerte y mantener su poder. La misma ley que lo crucificó, cuando perdió representatividad.

No fui consejero en el IEEM, pero como representante en la Comisión de Medios, negociamos acuerdos favorables a todas las fuerzas políticas, que dieran certeza a los ciudadanos, los cuales se rompían por la tentación de acumular poder.

Sí, la cultura que la autoridad intenta promover para generar condiciones de armonía social, combate a la corrupción, respeto, tolerancia a las diferencias y hasta amor. Es superada por el abuso, el bullying, la mezquindad, entonces el proyecto evolutivo de México, parece condenado al fracaso. Espero no sea así.


Los grandes le hacen bullying al Partido Encuentro Social

La película “Pandillas de Nueva York” muestra la lucha por obtener, mantener y ejercer el poder económico, político y social de algunos grupos, que por ser mayoría o tener el control de la autoridad, pretendían imponer su voluntad a otros.

El resultado es un conflicto provocado por el abuso, el disgusto y la falta de sensibilidad y sabiduría de quienes debían mantener el orden, en condiciones democráticas, de igualdad y certeza entre todos los actores sociales, con una representación real.

Tal pareciera ser el caso del Partido Encuentro Social, que sufre “bullying” político de sus compañeros de viaje, aferrados en desaparecerlo, aprovechando las circunstancias legales que no son reflejo de su representatividad en las cámaras de diputados y senadores. En la primera tiene 56 diputados y en la segunda 8 senadores, equivalentes al 11.20 por ciento del total de diputados y el 6.25 de los senadores. Superando los números de los partidos Verde Ecologista con 16, PRD 21 MC 27 y hasta PRI con 45. Los mismos que se unieron para presentar su “Amicus Curae”, echarle montón al PES y deshacerse por medio del abuso, de un compañero incómodo para el próximo proceso electoral. Afectando la representatividad social otorgada por los ciudadanos al Partido Encuentro Social, reflejada en un mayor número de diputados y senadores, en comparación a otras fuerzas políticas.

En mi paso por la Cámara de diputados y el Instituto Electoral del Estado de México, conocí la importancia del respeto, la tolerancia y la conciencia, de que se está allí como representante de la voluntad popular. Observé la tentación que el poder despierta para abusar de él e imponer a otros, normas justificadas en el papel, pero que en su ejecución promueven la inestabilidad, el abuso, la pérdida de gobernabilidad.

No fui diputado, pero me llamó la atención el criterio que dio mayoría en 1996 a un grupo político, cómo consecuencia de una ley, hecha para favorecer al más fuerte y mantener su poder. La misma ley que lo crucificó, cuando perdió representatividad.

No fui consejero en el IEEM, pero como representante en la Comisión de Medios, negociamos acuerdos favorables a todas las fuerzas políticas, que dieran certeza a los ciudadanos, los cuales se rompían por la tentación de acumular poder.

Sí, la cultura que la autoridad intenta promover para generar condiciones de armonía social, combate a la corrupción, respeto, tolerancia a las diferencias y hasta amor. Es superada por el abuso, el bullying, la mezquindad, entonces el proyecto evolutivo de México, parece condenado al fracaso. Espero no sea así.