/ martes 2 de abril de 2019

Rescate Tierra


Prensa libre, en un México libre

A veces soy fifí, y a veces no lo soy… Pero admiro profundamente el trabajo de mis amigos periodistas que, comprometidos con lo que escriben y siendo voz de las noticias, se convierten en un reflejo de nuestra construcción social.

Vi las palabras que un colega dirigió al presidente de México, en su conferencia matutina, pidiendo respetuosamente que ya no se nombrara “fifí” a cierto sector de la prensa y observé la manera respetuosa en que Andrés Manuel lo escuchó.

Disentir es parte de la naturaleza humana, como individuos podemos estar de acuerdo o no, con las acciones de quienes nos acompañan en este camino llamado vida y procurar que las nuestras, no dañen a otras personas.

¿Qué es lo correcto? Hacer el bien o no hacerlo.

Es innegable que México vivió un proceso de años, que corrompió a todas sus instituciones. Al estilo de Jesús, tendríamos que declarar, que quién esté libre de culpa arroje la primera piedra, y no la hay.

La desconfianza es tan grande que, hasta el incendio del edificio de la CONAGUA, en días pasados, hace sospechar del intento por desaparecer pruebas de una posible corrupción. Escarbar en el tema del huachicoleo, al igual que en la seguridad, el apoyo al campo, la salud, empleo y todas las áreas que tienen que ver con el funcionamiento de nuestra Nación, descubre que cosas se hicieron bien y cuáles no, quienes están involucrados, cuales se pueden corregir y cómo lograr que los valores positivos vuelvan a reflejarse en el trabajo de los servidores y las instituciones públicas y privadas.

En la crítica y exhibición de pruebas sobre esos temas, hay voces a favor y en contra de las acciones que toma el gobierno, porque el asunto se analiza desde diferentes ángulos y si hay corrupción y maldad, debe haber sanción.

La sociedad reclama eso, los responsables de la situación que vivimos 120 millones de mexicanos. Los que se enriquecieron cambiando medicina por agua, sustituyendo material de calidad en la construcción en carreteras y edificios por uno malo, provocando accidentes, los que vendieron el patrimonio y futuro nacional en nuestra riqueza ecológica, de nuestros trabajadores, intelectuales, agricultores, pescadores, constructores, estudiantes, maestros, doctores, enfermeras. Los involucrados en el mal, no han regresado lo que se robaron. Son responsables, sin culpa y sus herederos esperan irse limpios.

Borrón y cuenta nueva dice el presidente, sin embargo, ¿cómo logras cambiar el corazón de alguien, ¿qué se ha acostumbrado a hacer el mal? Educación, arrepentimiento, sanción, resarcimiento. En términos cristianos, conocimiento, arrepentimiento y perdón.


Prensa libre, en un México libre

A veces soy fifí, y a veces no lo soy… Pero admiro profundamente el trabajo de mis amigos periodistas que, comprometidos con lo que escriben y siendo voz de las noticias, se convierten en un reflejo de nuestra construcción social.

Vi las palabras que un colega dirigió al presidente de México, en su conferencia matutina, pidiendo respetuosamente que ya no se nombrara “fifí” a cierto sector de la prensa y observé la manera respetuosa en que Andrés Manuel lo escuchó.

Disentir es parte de la naturaleza humana, como individuos podemos estar de acuerdo o no, con las acciones de quienes nos acompañan en este camino llamado vida y procurar que las nuestras, no dañen a otras personas.

¿Qué es lo correcto? Hacer el bien o no hacerlo.

Es innegable que México vivió un proceso de años, que corrompió a todas sus instituciones. Al estilo de Jesús, tendríamos que declarar, que quién esté libre de culpa arroje la primera piedra, y no la hay.

La desconfianza es tan grande que, hasta el incendio del edificio de la CONAGUA, en días pasados, hace sospechar del intento por desaparecer pruebas de una posible corrupción. Escarbar en el tema del huachicoleo, al igual que en la seguridad, el apoyo al campo, la salud, empleo y todas las áreas que tienen que ver con el funcionamiento de nuestra Nación, descubre que cosas se hicieron bien y cuáles no, quienes están involucrados, cuales se pueden corregir y cómo lograr que los valores positivos vuelvan a reflejarse en el trabajo de los servidores y las instituciones públicas y privadas.

En la crítica y exhibición de pruebas sobre esos temas, hay voces a favor y en contra de las acciones que toma el gobierno, porque el asunto se analiza desde diferentes ángulos y si hay corrupción y maldad, debe haber sanción.

La sociedad reclama eso, los responsables de la situación que vivimos 120 millones de mexicanos. Los que se enriquecieron cambiando medicina por agua, sustituyendo material de calidad en la construcción en carreteras y edificios por uno malo, provocando accidentes, los que vendieron el patrimonio y futuro nacional en nuestra riqueza ecológica, de nuestros trabajadores, intelectuales, agricultores, pescadores, constructores, estudiantes, maestros, doctores, enfermeras. Los involucrados en el mal, no han regresado lo que se robaron. Son responsables, sin culpa y sus herederos esperan irse limpios.

Borrón y cuenta nueva dice el presidente, sin embargo, ¿cómo logras cambiar el corazón de alguien, ¿qué se ha acostumbrado a hacer el mal? Educación, arrepentimiento, sanción, resarcimiento. En términos cristianos, conocimiento, arrepentimiento y perdón.