/ martes 16 de abril de 2019

Rescate Tierra


Si Jesucristo viniera hoy…

Muchas personas creen que estamos en el fin de los tiempos. Qué las profecías apocalípticas reseñadas en la Biblia, el Popol Vuh y aún en las profecías de Zaratustra, se están cumpliendo.

Hay guerras y rumores de guerras. Nos amenaza una pandemia que enferme y mate a la humanidad. Los valores tradicionales están cambiando, se escucha la normalización del matrimonio homosexual y la legalización del asesinato bajo ciertas condiciones – por vejez, enfermedad o concepción no deseada- El clima esta cambiando, hay sequías. El nivel del mar sube. Terremotos y erupciones volcánicas con más frecuencia. Hambre en el mundo.

Sin embargo, el hombre continúa su vida, como si nada pasara. La violencia crece. Los abusos sexuales crecen. Seguimos contaminando agua, tierra y aire. Acabando con los ríos, destruyendo los bosques, contaminando el suelo, arrojando substancias tóxicas al aire.

Sí Jesucristo viniera en este tiempo, igual que hace 2000 años, ¿qué pasaría? ¿volveríamos a crucificarlo?

En el tiempo que Jesús estuvo en la tierra, la familia de los Macabeos presidía el sacerdocio Judío. Los romanos, gobernaban a Israel, después de haber sido dominados por persas y griegos. Una clase social encabezada por los Fariseos, controlaba las relaciones entre los hebreos, dictando lo correcto e incorrecto.

Igual que hoy, el poder religioso, el político y el social, ejercían su hegemonía sobre el pueblo.

El mensaje del Mesías fue simple. Arrepiéntete y cree en mí. Arrepiéntanse. Dejen de robar, de mentir, de abusar del pobre y desvalido, de golpear mujeres, corromper niños, matar inocentes, promover las perversiones, odiar, estar en pleitos, envidiar y celar, discutir por cualquier cosa, en lugar de hacer el bien. Buscar sólo el beneficio propio y no, el de la mayoría.

Sí Jesucristo viniera hoy encontraría el mismo comportamiento humano, porque el hombre no ha cambiado. Hablamos de cosas buenas, pero hacemos lo malo. Nos domina la pasión, la codicia, la ira, la avaricia, el poder y destruimos al mundo y al hombre.

¿Qué hacer? Se preguntaba Pablo hace 2000 años. ¿Cómo cambio mi corazón y mente? para ya no hacer lo malo. Jesús les dijo, arrepiéntanse y crean en mi. Imítenme, amén a Dios y a sus semejantes. Hagan a otros, lo que quieren que ellos hagan con ustedes. No crucifiquen inocentes, ni mientan para ganar juicios o poder. Amen a su familia. La riqueza que acumulen en la Tierra, no se la llevarán en su muerte. Siembren amor, siembren vida, siembren perdón. Y no esperen el juicio, para cambiar y ser mejores.


Si Jesucristo viniera hoy…

Muchas personas creen que estamos en el fin de los tiempos. Qué las profecías apocalípticas reseñadas en la Biblia, el Popol Vuh y aún en las profecías de Zaratustra, se están cumpliendo.

Hay guerras y rumores de guerras. Nos amenaza una pandemia que enferme y mate a la humanidad. Los valores tradicionales están cambiando, se escucha la normalización del matrimonio homosexual y la legalización del asesinato bajo ciertas condiciones – por vejez, enfermedad o concepción no deseada- El clima esta cambiando, hay sequías. El nivel del mar sube. Terremotos y erupciones volcánicas con más frecuencia. Hambre en el mundo.

Sin embargo, el hombre continúa su vida, como si nada pasara. La violencia crece. Los abusos sexuales crecen. Seguimos contaminando agua, tierra y aire. Acabando con los ríos, destruyendo los bosques, contaminando el suelo, arrojando substancias tóxicas al aire.

Sí Jesucristo viniera en este tiempo, igual que hace 2000 años, ¿qué pasaría? ¿volveríamos a crucificarlo?

En el tiempo que Jesús estuvo en la tierra, la familia de los Macabeos presidía el sacerdocio Judío. Los romanos, gobernaban a Israel, después de haber sido dominados por persas y griegos. Una clase social encabezada por los Fariseos, controlaba las relaciones entre los hebreos, dictando lo correcto e incorrecto.

Igual que hoy, el poder religioso, el político y el social, ejercían su hegemonía sobre el pueblo.

El mensaje del Mesías fue simple. Arrepiéntete y cree en mí. Arrepiéntanse. Dejen de robar, de mentir, de abusar del pobre y desvalido, de golpear mujeres, corromper niños, matar inocentes, promover las perversiones, odiar, estar en pleitos, envidiar y celar, discutir por cualquier cosa, en lugar de hacer el bien. Buscar sólo el beneficio propio y no, el de la mayoría.

Sí Jesucristo viniera hoy encontraría el mismo comportamiento humano, porque el hombre no ha cambiado. Hablamos de cosas buenas, pero hacemos lo malo. Nos domina la pasión, la codicia, la ira, la avaricia, el poder y destruimos al mundo y al hombre.

¿Qué hacer? Se preguntaba Pablo hace 2000 años. ¿Cómo cambio mi corazón y mente? para ya no hacer lo malo. Jesús les dijo, arrepiéntanse y crean en mi. Imítenme, amén a Dios y a sus semejantes. Hagan a otros, lo que quieren que ellos hagan con ustedes. No crucifiquen inocentes, ni mientan para ganar juicios o poder. Amen a su familia. La riqueza que acumulen en la Tierra, no se la llevarán en su muerte. Siembren amor, siembren vida, siembren perdón. Y no esperen el juicio, para cambiar y ser mejores.