/ martes 23 de enero de 2018

Rescate Tierra

Como nunca todas las fuerzas políticas están buscando alianzas en la búsqueda del poder. Eso es la política, el ejercicio del poder, hacer posible lo imposible, el arte de negociar, buscar consensos, persuadir. Muchas definiciones, explicaciones y acciones que justifican el actuar de líderes sociales que cada 3 o 6 años, tienen que competir para vencer en la contienda y ahora con la reelección, ver la manera de mantenerse en el poder.

Parecía que PES, Morena y PT no irían en alianza en el Estado de México, pero no fue así. El sábado lograron un acercamiento para competir en alianza. De este modo, habrá 3 grupos PRI, NA, PVEM y PAN, PRD, MC compitiendo intensamente por la Presidencia de la República y por las diputaciones locales, federales, alcaldías y senadurías, 45 diputaciones locales en el Edomex, para tener 75 diputados locales, 30 de representación proporcional; 41 diputados federales de elección, para llegar a 300 electos y 200 plurinominales y quizá tres senadores por el Estado. Ninguna otra entidad del país tiene tal número de representantes en las cámaras.

Consecuencia de lo anterior, la actividad político electoral mexiquense es muy intensa. Todos quieren, pero no todos pueden. Hay actores que desean el premio, sin pagar el precio y quienes que sin quererlo logran el puesto.

Parece que el ambiente previo al 1 de julio estará plagado de descalificaciones. La campaña negra antes de iniciar el proceso hace suponer que varios expertos en ella, ya están soltando rumores, maquillando fotos, recuperando hechos de la vida personal de los candidatos, para enlodar su imagen. Ninguno se ha salvado, Andrés Manuel quizá sea el más curtido en estas lides, con años de estar sufriendo maledicencias a su persona y el permanece. Anaya padece los dichos en su contra, de sus viajes, de que si presionó a Margarita o si primero iba con Madero y luego con Ulises, y que Dante no deja que la prensa lo cuestione. Meade, el candidato elegible, por no tener filiación política, quien garantizaba la fusión de priistas y panistas para dar batalla a Margarita o Anaya, pasó de las decisiones de escritorio y las críticas atemperadas por la oficina de comunicación de presidencia a aguantar rechiflas, memes, caricaturas y bromas sobre su apellido, que si prende o no prende su precampaña, que si lo dejan o lo bajan.

En el proceso, se miden las lealtades. Allí se ve quien fue para servir y quien para servirse. Quién da y quién sólo espera recibir.

México necesita un golpe de timón. La opinión pública está molesta con la creciente inseguridad, los secuestros, las matanzas, la corrupción, la pérdida de derechos y una economía con amenaza de devaluación, pérdida de empleos, encarecimiento de productos. Los precandidatos vestirían más, con una campaña de propuestas medibles. Reducir las descalificaciones y dejar ver con acciones, que van hacer.

Hay estadísticas que indican la tendencia del voto 10 o 15 días antes de la jornada electoral mencionando que el candidato con 10 puntos de intención de voto por encima de sus competidores, seguramente será el ganador

Otra teoría dice que, sin importar los hechos, el elector en mayoría decide al momento de ir a las urnas.

De modo que hay todo un proceso de desgaste y promoción, previo a la elección y diversos mecanismos para reducir la posibilidad de perder, impulsando operadores políticos que recorran las secciones electorales, detecten líderes, busquen opinadores para ensalzar a unos y criticar a otros y explotar las necesidades de los electores a fin de ganar su voto, ya sea el reconocimiento, una posición, alimento, una mejor remuneración, seguridad.

Menudo trabajo, nos han dejado a los electores. Cómo reconocer la mejor opción para gobernarnos y dirigir el destino de 120 millones de mexicanos en medio del escenario de desinformación, provocado por un exceso de información, para que las decisiones razonadas sean suplidas por decisiones viscerales, de sentir y conveniencia.

Menuda responsabilidad, tenemos.

 

Como nunca todas las fuerzas políticas están buscando alianzas en la búsqueda del poder. Eso es la política, el ejercicio del poder, hacer posible lo imposible, el arte de negociar, buscar consensos, persuadir. Muchas definiciones, explicaciones y acciones que justifican el actuar de líderes sociales que cada 3 o 6 años, tienen que competir para vencer en la contienda y ahora con la reelección, ver la manera de mantenerse en el poder.

Parecía que PES, Morena y PT no irían en alianza en el Estado de México, pero no fue así. El sábado lograron un acercamiento para competir en alianza. De este modo, habrá 3 grupos PRI, NA, PVEM y PAN, PRD, MC compitiendo intensamente por la Presidencia de la República y por las diputaciones locales, federales, alcaldías y senadurías, 45 diputaciones locales en el Edomex, para tener 75 diputados locales, 30 de representación proporcional; 41 diputados federales de elección, para llegar a 300 electos y 200 plurinominales y quizá tres senadores por el Estado. Ninguna otra entidad del país tiene tal número de representantes en las cámaras.

Consecuencia de lo anterior, la actividad político electoral mexiquense es muy intensa. Todos quieren, pero no todos pueden. Hay actores que desean el premio, sin pagar el precio y quienes que sin quererlo logran el puesto.

Parece que el ambiente previo al 1 de julio estará plagado de descalificaciones. La campaña negra antes de iniciar el proceso hace suponer que varios expertos en ella, ya están soltando rumores, maquillando fotos, recuperando hechos de la vida personal de los candidatos, para enlodar su imagen. Ninguno se ha salvado, Andrés Manuel quizá sea el más curtido en estas lides, con años de estar sufriendo maledicencias a su persona y el permanece. Anaya padece los dichos en su contra, de sus viajes, de que si presionó a Margarita o si primero iba con Madero y luego con Ulises, y que Dante no deja que la prensa lo cuestione. Meade, el candidato elegible, por no tener filiación política, quien garantizaba la fusión de priistas y panistas para dar batalla a Margarita o Anaya, pasó de las decisiones de escritorio y las críticas atemperadas por la oficina de comunicación de presidencia a aguantar rechiflas, memes, caricaturas y bromas sobre su apellido, que si prende o no prende su precampaña, que si lo dejan o lo bajan.

En el proceso, se miden las lealtades. Allí se ve quien fue para servir y quien para servirse. Quién da y quién sólo espera recibir.

México necesita un golpe de timón. La opinión pública está molesta con la creciente inseguridad, los secuestros, las matanzas, la corrupción, la pérdida de derechos y una economía con amenaza de devaluación, pérdida de empleos, encarecimiento de productos. Los precandidatos vestirían más, con una campaña de propuestas medibles. Reducir las descalificaciones y dejar ver con acciones, que van hacer.

Hay estadísticas que indican la tendencia del voto 10 o 15 días antes de la jornada electoral mencionando que el candidato con 10 puntos de intención de voto por encima de sus competidores, seguramente será el ganador

Otra teoría dice que, sin importar los hechos, el elector en mayoría decide al momento de ir a las urnas.

De modo que hay todo un proceso de desgaste y promoción, previo a la elección y diversos mecanismos para reducir la posibilidad de perder, impulsando operadores políticos que recorran las secciones electorales, detecten líderes, busquen opinadores para ensalzar a unos y criticar a otros y explotar las necesidades de los electores a fin de ganar su voto, ya sea el reconocimiento, una posición, alimento, una mejor remuneración, seguridad.

Menudo trabajo, nos han dejado a los electores. Cómo reconocer la mejor opción para gobernarnos y dirigir el destino de 120 millones de mexicanos en medio del escenario de desinformación, provocado por un exceso de información, para que las decisiones razonadas sean suplidas por decisiones viscerales, de sentir y conveniencia.

Menuda responsabilidad, tenemos.