/ martes 16 de noviembre de 2021

Rescate Tierra | Achim Steiner, Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo


Concluyó la COP26 en Glasgow, Escocia. Asistieron líderes, ambientalistas, medios de comunicación, Partes, intentando aportar metas y acciones para detener el calentamiento de la Tierra en 1.5 grados centígrados.

Sobre el tema, platiqué con Achim Steiner, administrador mundial de Naciones Unidas para el Desarrollo a quien conocí en 2010, durante la COP16, entonces comentamos que la humanidad tenía el conocimiento científico y tecnológico para detener el calentamiento global, pero no había voluntad y acciones, pero si, naciones reacias a implementar los cambios.

12 años después, Achim Steiner y yo, continuamos la charla el jueves a las 3 de la mañana hora de México 9 de la mañana en Reino Unido: “El cambio climático esta ocurriendo, me dijo, para combatirlo debemos implementar la eficiencia energética, construir vehículos amigables con el medio ambiente, con economía de combustible, aprovechar le energía solar y eólica, producir biocombustibles de los desechos orgánicos, proteger los bosques para reducir la carga de bióxido de carbono”

Lo creamos o no, pensé, todos los países sufrirán las consecuencias del cambio climático. Varios ya lo padecen. México ha visto retrasarse la temporada de lluvias con la consecuente pérdida de cosechas, las altas temperaturas y la sequía favorecen a los incendios y la desertificación, mientras el nivel de agua de nuestras presas baja. El daño ya está hecho, corregirlo llevará decenas de años, implementar los cambios es urgente, la unión de todas las naciones es fundamental, para lograrlo.

En Japón, continuó Achim Steiner, “hay una iniciativa liderada por mujeres para promover comunidades pacíficas y resilientes “Peace Village” es su nombre y se implementó en el marco del programa regional de Naciones Unidas, ONU Mujer empoderada, impulsando Peace Village, con el apoyo del gobierno de Japón”.

Peace Village, me hizo recordar el proyecto mexicano “Comunidades de futuro compartido” que construyeron el ingeniero Juan Carlos Gómez Moreno y el arquitecto Carlos Renán Díaz Bolio, hace ya como diez años y que al parecer quedó olvidado.

El esfuerzo para realizar la COP26 por el Reino Unido, Italia y las Naciones Unidas, en medio de una pandemia que va mermando, pero aun amenaza miles de vidas, fue ejemplar, como un grito en medio del peligro para salvar seres vivos, miles de millones de vidas del planeta, miles de millones de personas en pobreza extrema, miles de millones amenazados por la inseguridad que provoca el crimen organizado y los regímenes inhumanos, miles de millones de seres, que ante la necesidad de comer se emplean con empresas renuentes a generar condiciones de salud y bienestar en el trabajo, migrando al uso de energías renovables, pagando salarios dignos, proveyendo de salud y seguridad. Empresas, líderes y naciones, negando el calentamiento global como una amenaza presente y activa, destruyendo las posibilidades de vivir, de millones de hombres y mujeres.


Concluyó la COP26 en Glasgow, Escocia. Asistieron líderes, ambientalistas, medios de comunicación, Partes, intentando aportar metas y acciones para detener el calentamiento de la Tierra en 1.5 grados centígrados.

Sobre el tema, platiqué con Achim Steiner, administrador mundial de Naciones Unidas para el Desarrollo a quien conocí en 2010, durante la COP16, entonces comentamos que la humanidad tenía el conocimiento científico y tecnológico para detener el calentamiento global, pero no había voluntad y acciones, pero si, naciones reacias a implementar los cambios.

12 años después, Achim Steiner y yo, continuamos la charla el jueves a las 3 de la mañana hora de México 9 de la mañana en Reino Unido: “El cambio climático esta ocurriendo, me dijo, para combatirlo debemos implementar la eficiencia energética, construir vehículos amigables con el medio ambiente, con economía de combustible, aprovechar le energía solar y eólica, producir biocombustibles de los desechos orgánicos, proteger los bosques para reducir la carga de bióxido de carbono”

Lo creamos o no, pensé, todos los países sufrirán las consecuencias del cambio climático. Varios ya lo padecen. México ha visto retrasarse la temporada de lluvias con la consecuente pérdida de cosechas, las altas temperaturas y la sequía favorecen a los incendios y la desertificación, mientras el nivel de agua de nuestras presas baja. El daño ya está hecho, corregirlo llevará decenas de años, implementar los cambios es urgente, la unión de todas las naciones es fundamental, para lograrlo.

En Japón, continuó Achim Steiner, “hay una iniciativa liderada por mujeres para promover comunidades pacíficas y resilientes “Peace Village” es su nombre y se implementó en el marco del programa regional de Naciones Unidas, ONU Mujer empoderada, impulsando Peace Village, con el apoyo del gobierno de Japón”.

Peace Village, me hizo recordar el proyecto mexicano “Comunidades de futuro compartido” que construyeron el ingeniero Juan Carlos Gómez Moreno y el arquitecto Carlos Renán Díaz Bolio, hace ya como diez años y que al parecer quedó olvidado.

El esfuerzo para realizar la COP26 por el Reino Unido, Italia y las Naciones Unidas, en medio de una pandemia que va mermando, pero aun amenaza miles de vidas, fue ejemplar, como un grito en medio del peligro para salvar seres vivos, miles de millones de vidas del planeta, miles de millones de personas en pobreza extrema, miles de millones amenazados por la inseguridad que provoca el crimen organizado y los regímenes inhumanos, miles de millones de seres, que ante la necesidad de comer se emplean con empresas renuentes a generar condiciones de salud y bienestar en el trabajo, migrando al uso de energías renovables, pagando salarios dignos, proveyendo de salud y seguridad. Empresas, líderes y naciones, negando el calentamiento global como una amenaza presente y activa, destruyendo las posibilidades de vivir, de millones de hombres y mujeres.