Miré por la ventana hacia el Nevado el Toluca, la luz del sol pegaba en sus crestas, en las copas de los árboles y en las pequeñas nubes sobre su cumbre, que se movían suavemente por el viento. Recordé esos momentos cuando uno asciende el Xinantécatl, el clima cambia, es frío, pero no desagradable. El aroma a tierra húmeda llena los pulmones y se disfruta.
Mientras pasa la cuarentena, en tiempos de cuaresma. La reflexión y conciencia de la belleza natural que nos rodea es posible. E invita a la meditación y reflexión de dos momentos que se cruzan. Una crisis sanitaria de proporciones globales que ha obligado a las naciones a implementar medidas preventivas para detener la pandemia y no tener cifras de muertos a los niveles de España e Italia, con dos estrategias contrastadas. Inglaterra y Suecia, apuestan a la prevención sin llegar al confinamiento, esperando sus ciudadanos se inmunicen ante la exposición y la segunda estrategia, controlando los contactos, aislando a los posibles portadores y reduciendo el número de casos. En México, según cifras expuestas hasta el domingo, la manifestación del coronavirus no ha impactado como a otras naciones. Espero que los datos se mantengan, y concluya esta necesaria etapa preventiva, sin sustos.
Sin embargo, la paz generada por el recogimiento de los humanos a consecuencia de la pandemia, provoca la introspección subjetiva y manifiesta, en los memes que las redes publican, unos exultantes de paz y positivismo y otros francamente depresivos. Así, Cuaresma y cuarentena se juntan en el año 2020, para recordar la última semana de Jesucristo sobre la Tierra. No habrá crucifixiones con asistencia masiva en los cerros de las poblaciones, ni caminatas que recuerden las estaciones que hizo Jesús, al cargar la cruz. Los hombres, meditarán desde el interior de su corazón, dentro de sus casas, las causas que motivaron el asesinato de Jesús, a manos de políticos, sacerdotes y dueños del poder económico, representados hace 2 mil 20 años por los romanos y la clase gobernante de Jerusalén, por decirles que se arrepintieran de sus delitos y pecados. Que no abusaran del pobre, ni del enfermo. Expulsó a los vendedores del templo, por pervertir la expiación. Acusó de hipócritas a fariseos y escribas, por imponer al pueblo mandamientos que ellos no cumplían, detuvo el apedreamiento de la adúltera, sólo con una pregunta y exhortación: Que arroje la primera piedra ¿el que esté libre de pecado?
Juzgamos y condenamos fácilmente, pero cómo nos cuesta pensar, perdonar, olvidar y restaurar.
Jesucristo sólo les dijo, arrepiéntanse y crean en mí. He venido a traerles vida y paz. A enseñarles el significado de la palabra amor, dando mi vida por la suya. Reciban mi mensaje y comiencen a actuar con amor, correctamente. Y, sólo unos le creyeron. La mayoría, siguió haciendo su vida, casándose, divirtiéndose, robando, mintiendo, engañando, drogándose y fabricando una felicidad artificial que ante los primeros problemas caía.
Espero que este aislamiento preventivo o “cuarentena de cuaresma” nos permita sacar algo positivo de las reflexiones de semana santa y de los memes publicados.
Licenciado en Comunicación egresado de la UAEM
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