/ lunes 21 de marzo de 2022

Rescate Tierra | Decisiones de vida o muerte

Los mas pobres del mundo sufrirán las consecuencias del calentamiento global, el cambio climático. Mitigar el sufrimiento requiere de acciones de adaptabilidad que son necesarias, pero no siempre justas. Habrá desempleo, enfermedades, desertificación, pérdida de cosechas.

Atender con eficacia y justicia los problemas resultado del cambio climático, requiere empatía, sensibilidad, amor al prójimo. Migrar a energías limpias en la operación de empresas, urbes y vender productos benéficos para el planeta implica un esfuerzo concertado entre el gobierno, la iniciativa privada y la sociedad civil, para transformar las formas de producción y consumo, dentro de una economía circular, que considera a las energías limpias en su operación.

Un ejemplo podría ser la operación de plantas eléctricas, cuya plantilla laboral es grande. Operar con energía solar o eólica requiere dejar de comprar gas, petróleo y carbón, afectando las ganancias de los productores y distribuidores de tales productos, pero, reduciendo significativamente el daño al planeta, la medida es eficaz, pero quizá no justa. Lograr esa adaptación necesita ver formas de ocupar a quienes deban migrar sus formas de subsistencia en la industria eléctrica a actividades que no dañen el medio ambiente, contribuyendo al cambio climático.

Esa plática se dió en la pasada Global Assembly Toluca, México, el sábado 12 de marzo, donde Jorge Rescala, Secretario de Medio Ambiente estatal, compartió a los asambleístas la importancia de que sociedad y gobierno colaborarán por la vida en el planeta, no puede ser una decisión aislada la que prevalezca, sino aquella fundamentada en las acciones predominantes para mantener la vida en el planeta, recuperar los ecosistemas, proteger las formas de subsistencia de las comunidades e impulsar un cambio de conducta, mediante la educación y responsabilidad de todas las personas. Es trabajo de todos. Son decisiones de vida o muerte.

Más de 120 personas escucharon planteamientos del Jorge Rescala y las propuestas de Pepe Couttolenc, la diputada María Luisa Mendoza, además de los comentarios de los grupos de indígenas y migrantes invitados por Antonio Gutiérrez y Héctor Velázquez, alumnos universitarios investigadores, representantes de varios municipios como Toluca, con Karina Avila y Metepec cuya directora de Medio Ambiente, Elisa Martínez, acompañó todo el evento.

El espíritu de la asamblea, permitió escuchar algunas comunidades y sus problemas, la sequía de la laguna de ojuelos, la afectación a los humedales del rio Lerma, la contaminación por las plantas tratadoras y como el cambio climático avanza, transformando la vida en las comunidades.

En México, hay mucho por hacer, necesitamos cuidar el agua, recuperar los bosques, reducir las emisiones de bióxido de carbono, impulsar la migración en empresas y edificios al uso de energía no contaminante, proteger los empleos y formas de vida digna, de las familias y sólo trabajando unidos gobierno, empresa y ciudadanía, lo lograremos.

Los mas pobres del mundo sufrirán las consecuencias del calentamiento global, el cambio climático. Mitigar el sufrimiento requiere de acciones de adaptabilidad que son necesarias, pero no siempre justas. Habrá desempleo, enfermedades, desertificación, pérdida de cosechas.

Atender con eficacia y justicia los problemas resultado del cambio climático, requiere empatía, sensibilidad, amor al prójimo. Migrar a energías limpias en la operación de empresas, urbes y vender productos benéficos para el planeta implica un esfuerzo concertado entre el gobierno, la iniciativa privada y la sociedad civil, para transformar las formas de producción y consumo, dentro de una economía circular, que considera a las energías limpias en su operación.

Un ejemplo podría ser la operación de plantas eléctricas, cuya plantilla laboral es grande. Operar con energía solar o eólica requiere dejar de comprar gas, petróleo y carbón, afectando las ganancias de los productores y distribuidores de tales productos, pero, reduciendo significativamente el daño al planeta, la medida es eficaz, pero quizá no justa. Lograr esa adaptación necesita ver formas de ocupar a quienes deban migrar sus formas de subsistencia en la industria eléctrica a actividades que no dañen el medio ambiente, contribuyendo al cambio climático.

Esa plática se dió en la pasada Global Assembly Toluca, México, el sábado 12 de marzo, donde Jorge Rescala, Secretario de Medio Ambiente estatal, compartió a los asambleístas la importancia de que sociedad y gobierno colaborarán por la vida en el planeta, no puede ser una decisión aislada la que prevalezca, sino aquella fundamentada en las acciones predominantes para mantener la vida en el planeta, recuperar los ecosistemas, proteger las formas de subsistencia de las comunidades e impulsar un cambio de conducta, mediante la educación y responsabilidad de todas las personas. Es trabajo de todos. Son decisiones de vida o muerte.

Más de 120 personas escucharon planteamientos del Jorge Rescala y las propuestas de Pepe Couttolenc, la diputada María Luisa Mendoza, además de los comentarios de los grupos de indígenas y migrantes invitados por Antonio Gutiérrez y Héctor Velázquez, alumnos universitarios investigadores, representantes de varios municipios como Toluca, con Karina Avila y Metepec cuya directora de Medio Ambiente, Elisa Martínez, acompañó todo el evento.

El espíritu de la asamblea, permitió escuchar algunas comunidades y sus problemas, la sequía de la laguna de ojuelos, la afectación a los humedales del rio Lerma, la contaminación por las plantas tratadoras y como el cambio climático avanza, transformando la vida en las comunidades.

En México, hay mucho por hacer, necesitamos cuidar el agua, recuperar los bosques, reducir las emisiones de bióxido de carbono, impulsar la migración en empresas y edificios al uso de energía no contaminante, proteger los empleos y formas de vida digna, de las familias y sólo trabajando unidos gobierno, empresa y ciudadanía, lo lograremos.