“Eramos muchos y parió la Abuela” Menudo regalo acaba de obsequiar al mundo Trump. No terminan las discusiones para combatir el calentamiento de la Tierra. La expectación por el incendio de Australia, preámbulo de una temporada de calores e incendios, que amenazan nuestro mundo, cuando la muerte del General iraní, Qasem Soleimani, nos permite avizorar un año movidito.
Decir que Estados Unidos, comenzó la disputa es echar toda la culpa sobre el. En meses y días anteriores Irán, lanzó misiles cerca de sus buques, rodeó su embajada, atacó con drones instalaciones petroleras de Arabia Saudita y mató a uno de los contratistas estadunidenses que colaboran en la zona.
Revise el mapa de oriente medio, Irán, Irak y Siria, rodeando a Israel y muy cerca de Arabia Saudita. Rusia y otras naciones cercanas, observando los movimientos y sufriendo las consecuencias económicas, políticas, sociales y bélicas desencadenadas por el hecho. Ya Irán, anunció que no cumplirá los acuerdos de restricción nuclear a que estaba sujeto.
Pensando lo mejor, los países involucrados meditaran la solución pacífica al problema. Las guerras siempre implican dolor y muerte a pesar de que sociólogos como Marx, Dahrendorf y Simmel, consideraron el conflicto como causal, “para generar progreso”.
Es significativo que 200 naciones no pueden ponerse de acuerdo para detener el calentamiento de la tierra, por las presiones de 10 de ellas y esas últimas son capaces de poner en jaque la estabilidad global.
Pelearan Nación contra Nación y Reino contra Reino. Las personas no podrán comprar y vender. Las cosas se encarecerán. La corrupción mundial crecerá. Los valores familiares se perderán. Eso dice el libro de libros y parece que para allá vamos.
“Ves llover y no te incas dice otro refrán” “Sí ves las barbas de tu vecino cortar, echa las tuyas a remojar”, “Recaudo hace cocina, no Doña Catalina”, “y por supuesto El valiente vive, hasta que el cobarde quiere”. La filosofía popular mexicana en la reflexión de la realidad que vivimos.
Traduciéndolas, el hambre, la religiosidad, la intolerancia y el abuso, provocan falta de paz. Cuando uno ve señales de destrucción y muerte, es necesario prevenir y sembrar paz, porqué las consecuencias traerán más dolor y ese dolor no se circunscribe sólo a los involucrados, afecta a personas y países que “Ni la debían, ni la temían”.
Espero, qué a pesar del temor provocado por la muerte de Qasem Soleimani, haya una solución pacífica al conflicto y eso motive la atención de temas como el calentamiento global, el cual, sin ser una guerra, amenaza la vida de miles de millones de seres humanos en la Tierra.
Licenciado en Comunicación egresado de la UAEM
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