/ martes 7 de julio de 2020

Rescate Tierra | División de poderes

3 Elementos dan identidad al Estado: Población, territorio y gobierno. La Nación mexicana contiene esos elementos y con el acuerdo de la ciudadanía y por el marco jurídico que le da identidad es una República representativa, no hay monarcas. Tiene una Constitución que observa los derechos y obligaciones de los ciudadanos –incluyendo al Presidente- y divide en 3 niveles el ejercicio representativo del poder, Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

Esta división de poderes, no surgió del azar, no fue la ocurrencia de un iluminado, ni un capricho de grupos empoderados, es la consecuencia histórica, de la reflexión seria, de las causas que originaron la Guerra de Independencia, la lucha entre conservadores y liberales, la dictadura de Porfirio Díaz, la exigencia de derechos obreros, el abuso hacia los agricultores, la Revolución y después, la pelea entre caudillos, la dictadura de partido, el asesinato de estudiantes, la guerrilla, el nacionalismo, el liberalismo económico, la alternancia y como resultado, dividir el poder y mantenerlo así, para que ninguno pueda abusar de su autoridad e imponer a los ciudadanos, actos y leyes injustas, en contra de la identidad de la Nación, la familia, el desarrollo libre del individuo, la protección del medio ambiente, la educación, el trabajo, la salud, la justicia y todo lo que convive en el entorno económico, político y social de nuestro país, equilibrando el ejercicio del poder entre un Presidente con autoridad suficiente para gobernar y dirigir. Un Poder Legislativo, con capacidad para revisar, proponer y crear leyes, fiscalizar el ejercicio de los recursos e incluso observar el ejercicio de las leyes y actualizarlas en su caso. Finalmente, el poder Judicial, que sanciona el cumplimiento e incumplimiento de los actos que dan certeza jurídica a la impartición de justicia y determina los criterios a seguir en caso de controversias, impidiendo el abuso y la anarquía.

Nadie por encima de la Ley, es una frase del actual gobierno y eso está muy bien. Servir a los mexicanos es una gran responsabilidad e involucra a 127 millones de personas de todos los niveles sociales, con actividades económicas diversas, quienes fueron afectadas por la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19 y por la desarticulación de las instituciones con responsabilidad ante la pandemia, un sistema de salud con pocos recursos para enfrentarla, seguridad social en desventaja, seguridad pública amenazada por el crimen organizado, economía dañada por los meses de cuarentena, corrupción en ascenso, 11 millones de empleos perdidos y una nueva élite gobernante, que pretende aferrarse al poder, desconociendo las formas de su ejercicio.

En este momento, la separación de poderes es fundamental, mantener las instituciones que dan atención a problemas públicos de la sociedad es una prioridad, dejar de pelear por diferencias en la forma de percibir la realidad, permitirá la suma de fuerzas en el acuerdo que da origen a nuestra Nación. Una suma de fuerzas, suma de soluciones y hacer las diferencias a un lado. El ejemplo y la mano, las tiene, el Ejecutivo Nacional.

3 Elementos dan identidad al Estado: Población, territorio y gobierno. La Nación mexicana contiene esos elementos y con el acuerdo de la ciudadanía y por el marco jurídico que le da identidad es una República representativa, no hay monarcas. Tiene una Constitución que observa los derechos y obligaciones de los ciudadanos –incluyendo al Presidente- y divide en 3 niveles el ejercicio representativo del poder, Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

Esta división de poderes, no surgió del azar, no fue la ocurrencia de un iluminado, ni un capricho de grupos empoderados, es la consecuencia histórica, de la reflexión seria, de las causas que originaron la Guerra de Independencia, la lucha entre conservadores y liberales, la dictadura de Porfirio Díaz, la exigencia de derechos obreros, el abuso hacia los agricultores, la Revolución y después, la pelea entre caudillos, la dictadura de partido, el asesinato de estudiantes, la guerrilla, el nacionalismo, el liberalismo económico, la alternancia y como resultado, dividir el poder y mantenerlo así, para que ninguno pueda abusar de su autoridad e imponer a los ciudadanos, actos y leyes injustas, en contra de la identidad de la Nación, la familia, el desarrollo libre del individuo, la protección del medio ambiente, la educación, el trabajo, la salud, la justicia y todo lo que convive en el entorno económico, político y social de nuestro país, equilibrando el ejercicio del poder entre un Presidente con autoridad suficiente para gobernar y dirigir. Un Poder Legislativo, con capacidad para revisar, proponer y crear leyes, fiscalizar el ejercicio de los recursos e incluso observar el ejercicio de las leyes y actualizarlas en su caso. Finalmente, el poder Judicial, que sanciona el cumplimiento e incumplimiento de los actos que dan certeza jurídica a la impartición de justicia y determina los criterios a seguir en caso de controversias, impidiendo el abuso y la anarquía.

Nadie por encima de la Ley, es una frase del actual gobierno y eso está muy bien. Servir a los mexicanos es una gran responsabilidad e involucra a 127 millones de personas de todos los niveles sociales, con actividades económicas diversas, quienes fueron afectadas por la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19 y por la desarticulación de las instituciones con responsabilidad ante la pandemia, un sistema de salud con pocos recursos para enfrentarla, seguridad social en desventaja, seguridad pública amenazada por el crimen organizado, economía dañada por los meses de cuarentena, corrupción en ascenso, 11 millones de empleos perdidos y una nueva élite gobernante, que pretende aferrarse al poder, desconociendo las formas de su ejercicio.

En este momento, la separación de poderes es fundamental, mantener las instituciones que dan atención a problemas públicos de la sociedad es una prioridad, dejar de pelear por diferencias en la forma de percibir la realidad, permitirá la suma de fuerzas en el acuerdo que da origen a nuestra Nación. Una suma de fuerzas, suma de soluciones y hacer las diferencias a un lado. El ejemplo y la mano, las tiene, el Ejecutivo Nacional.