Casi 1000 casos declarados de Covid19 en México y 20 defunciones, el día de ayer, es lo que informó el Subsecretario de prevención y promoción de la salud, Hugo López Gatell. La recomendación insistente: No salir de casa, para detener la propagación.
Nuevo tiempo vive el mundo. La globalización de las enfermedades nos alcanzó, debemos adoptar comportamientos seguros en todas las áreas. Un visionario en estos temas es Bill Gates, el dueño de Microsoft, quien ante la crisis económica de los 90s con los efectos Zamba y Tequila, sugirió tiempo antes, un fondo económico de apalancamiento para naciones en crisis, y en 2015 propuso, que la Organización Mundial de la Salud OMS, tuviera millones de personas monitoreando posibles enfermedades para prevenir pandemias.
Dos días antes, de que en México y el mundo comenzará a hablarse de la amenaza del coronavirus, Víctor Torres y un servidor platicábamos sobre los sistemas de inteligencia epidemiológica que hay, de los cuales el Estado de México, tiene uno. Y como esos sistemas permiten aplicar medidas de prevención, que contengan las enfermedades y para que la estabilidad económica de las naciones no este en riesgo al aparecer amenazas, sin embargo, tal como lo predijo Bill Gates en 2015, el mundo no esta preparado para reaccionar ante enfermedades y contagios, globales.
Culpar a las personas y fabricar responsables es fácil. La realidad es que el sistema económico y los sistemas de producción deben adaptarse, para que en caso de contingencia, puedan seguir sus actividades, los empleados no queden con medio sueldo, cuando no son despedidos y uno pueda aprovisionarse de lo necesario, en lo que pasa la amenaza.
Muchas personas han escuchado, que la Biblia habla, de 4 caballos apocalípticos: El primero blanco, el segundo rojo, el tercero negro y el cuarto amarillo, este último es el que se asocia con las enfermedades, el hambre y la muerte. Es curioso, que páginas adelante dice que los hombres tuvieron que recluirse para protegerse y que muchos, siguieron con su vida, sin arrepentirse, sin tener precaución y protegerse, hasta que enfermaron y entonces acusaron a Dios y lo culparon de sus males.
Si, lo que vivimos es inevitable, porque no prevenir los males. Somos casi 8 mil millones de personas en el planeta que compartimos agua, aire, tierra y sol. La mejor forma de compartir es amar al prójimo, perdonar al enemigo, arrepentirnos de lo que hacemos mal y de dañar a otros seres humanos, con mentiras, con robos y corrupción, con violencia. Al morir, nada nos llevaremos.
Coincidió la semana santa, con la parte crítica de la contingencia sanitaria en el país y por ello podemos reflexionar en ambos temas, arrepentirse, creer y ser salvos, les dijo Jesús, pero no quisieron arrepentirse, lo crucificaron y resucitó.
