/ miércoles 24 de junio de 2020

Rescate Tierra | El retraso a la nueva normalidad

Entre máxima, mínima y exposición controlada, ya no se sabe que estrategia siguió México para enfrentar la Pandemia de COVID-19. Todas llegan al mismo punto, una inmunización masiva de los ciudadanos expuestos que habrán generado defensas ante el virus con una mayor o menor mortandad de infectados. En el país, tenemos una estrategia de mínima exposición en el discurso oficial, con máxima exposición en la aplicación de controles y manejo en hospitales, lo que incrementa el número de muertos, la saturación de hospitales, una mayor población en riesgo y el retraso en el regreso a la normalidad con el consecuente quiebre de la economía nacional, pérdida de empleos, cierre de empresas, despidos en masa, cierre de mercados externos.

Hablar de más de 20 mil muertos en México, parece mucho, pero las proyecciones sin ningún control pudieron disparar las cifras en cientos de miles, de modo, qué a pesar del confuso discurso oficial, donde el Presidente dice una cosa, su Subsecretario de salud dice otra , le economía truena y las entidades federales aplican su propia línea.

Muestra de ello es la Ciudad de México y el Estado de México. La Ciudad pasa a semáforo naranja, mientras los mexiquenses se mantienen en rojo, con riesgo extremo para los 18 municipios conurbados a la ciudad, los cuautitlanes, Naucalpan, Atizapán, Nicolás Romero, Tlalnepantla, Ecatepec y Tecámac entre ellos, sin dejar de mencionar a Toluca, que sin ser conurbada, tiene amplio flujo de personas entre ambas ciudades.

La mayoría de las conurbaciones aplican sus estrategias, Toluca con saturación de hospitales por la cantidad de pacientes que llegan de las delegaciones y de los municipios que la circundan, Naucalpan en pie de lucha, con Paty Duran en la batalla, Ecatepec, con gran número de contagios, Tecámac, siguiendo la línea oficial federal, pero con instrucción estatal en rojo y tácticas propias, dejando de ser ciudad segura, por los secuestros, un Municipio donde han cambiado 5 comisarios en la administración, afectado por una emergencia de seguridad y otra de salud, que se reflejan en asaltos, quema de unidades de transporte, infectados en la fuerzas de seguridad y sanitarias, donde se ha invertido dinero en asfaltadoras, antes que en equipo médico de prevención para ciudadanos y servidores públicos, tal vez a Polevnsky, ya no le caiga tan bien su ahijada Mariela, en fin, ojala las cosas mejoren en el Municipio que conocí, con Octavio Germán y el número de afectados por la pandemia se controlen.

Dicen algunos datos, que de cada 100 pruebas que se aplican sobre COVID-19, 56 salen positivas. El contagio, controlado o no, avanza y cada vez hay más personas inmunes a la enfermedad, es de esperar que la saturación de centros médicos, disminuya, al igual que las personas muertas. En Europa y algunas instituciones de carácter internacional han considerado el regreso controlado a sus actividades con contacto humano, para octubre. En México, veremos como avanza esto, resistamos y hagamos el bien, bien.


Entre máxima, mínima y exposición controlada, ya no se sabe que estrategia siguió México para enfrentar la Pandemia de COVID-19. Todas llegan al mismo punto, una inmunización masiva de los ciudadanos expuestos que habrán generado defensas ante el virus con una mayor o menor mortandad de infectados. En el país, tenemos una estrategia de mínima exposición en el discurso oficial, con máxima exposición en la aplicación de controles y manejo en hospitales, lo que incrementa el número de muertos, la saturación de hospitales, una mayor población en riesgo y el retraso en el regreso a la normalidad con el consecuente quiebre de la economía nacional, pérdida de empleos, cierre de empresas, despidos en masa, cierre de mercados externos.

Hablar de más de 20 mil muertos en México, parece mucho, pero las proyecciones sin ningún control pudieron disparar las cifras en cientos de miles, de modo, qué a pesar del confuso discurso oficial, donde el Presidente dice una cosa, su Subsecretario de salud dice otra , le economía truena y las entidades federales aplican su propia línea.

Muestra de ello es la Ciudad de México y el Estado de México. La Ciudad pasa a semáforo naranja, mientras los mexiquenses se mantienen en rojo, con riesgo extremo para los 18 municipios conurbados a la ciudad, los cuautitlanes, Naucalpan, Atizapán, Nicolás Romero, Tlalnepantla, Ecatepec y Tecámac entre ellos, sin dejar de mencionar a Toluca, que sin ser conurbada, tiene amplio flujo de personas entre ambas ciudades.

La mayoría de las conurbaciones aplican sus estrategias, Toluca con saturación de hospitales por la cantidad de pacientes que llegan de las delegaciones y de los municipios que la circundan, Naucalpan en pie de lucha, con Paty Duran en la batalla, Ecatepec, con gran número de contagios, Tecámac, siguiendo la línea oficial federal, pero con instrucción estatal en rojo y tácticas propias, dejando de ser ciudad segura, por los secuestros, un Municipio donde han cambiado 5 comisarios en la administración, afectado por una emergencia de seguridad y otra de salud, que se reflejan en asaltos, quema de unidades de transporte, infectados en la fuerzas de seguridad y sanitarias, donde se ha invertido dinero en asfaltadoras, antes que en equipo médico de prevención para ciudadanos y servidores públicos, tal vez a Polevnsky, ya no le caiga tan bien su ahijada Mariela, en fin, ojala las cosas mejoren en el Municipio que conocí, con Octavio Germán y el número de afectados por la pandemia se controlen.

Dicen algunos datos, que de cada 100 pruebas que se aplican sobre COVID-19, 56 salen positivas. El contagio, controlado o no, avanza y cada vez hay más personas inmunes a la enfermedad, es de esperar que la saturación de centros médicos, disminuya, al igual que las personas muertas. En Europa y algunas instituciones de carácter internacional han considerado el regreso controlado a sus actividades con contacto humano, para octubre. En México, veremos como avanza esto, resistamos y hagamos el bien, bien.