/ martes 9 de febrero de 2021

Rescate Tierra | Entre lo irreal y lo surrealista 

La historia comenzó hace 34 años, entre hombres misión y tarea. El lugar era el país de la abundancia, tan rico, que hasta quién no trabajaba, comía. La figura geográfica del contorno del país, parecía un cuerno de la abundancia. El momento, fue ese proceso en que toda sociedad decide quién la dirigirá, la gobernará, administra los bienes del Estado y procura que cuando termine su periodo al servicio del pueblo, la vida en el país sea mejor.

El periodo que se vivía, era de gran tensión. La economía se había indexado, productos, salarios, gasolina, alimentos subían el 10 por ciento de precio cada mes y en automático, los sueldos les seguían. Una carrera sin fin, donde el empobrecimiento de la Nación, ascendió sin freno.

Los países del mundo, no se explicaban entonces, -ni explican, ahora- como siendo un territorio tan rico, tiene más del 60 por ciento de su población sumida en la pobreza extrema, después de 34 años del suceso, donde el hegemónico por excelencia, perdió la Capital del país ante unas tribus recién constituidas, pero conservó el mando en las provincias la Nueva Galicia, el Guadiana, los Cachanillas, Valladolid.

En ese proceso, la geometría política y su cromática, cambio y el Villano Favorito, de los próximos 30 años, surgió. Los rojos se hicieron amarillos, luego naranjas, purpuras y hasta cafés. Los azules, tendieron al rojo, en un círculo de colores que al mezclarse tiende al blanco, comprendiendo que los colores no importaban, pero sí, el valor de las personas.

Mantener el poder en 1987, requirió, que se cayera el sistema y se garantizará una transición democrática paulatina, surgió un organismo electoral, uno de transparencia, derechos humanos, comunicaciones, un control bancario.

Las negociaciones permitieron al operador del sistema, perpetuarse en el poder, sin ser visible. Él transitó, de la hegemonía vertical a una horizontal. De la autoridad moral, a la autoridad económica, donde el poder se ejerce manipulando las variables financieras y su materia prima, para que el grupo gobernante, lo siga haciendo, sin importar la filiación. Había que controlar los servicios básicos de la población y ponerles precio. El agua, la luz, la gasolina, el salario, las pensiones, la salud, la educación, todo debería depender del hegemónico, para que el pueblo noble y bueno no se preocupará de nada.

Para lograrlo sumó a todos, buenos y malos, violadores, tratantes de mujeres, abusadores de menores, malos líderes sindicales, artistas y delincuentes. Todos cabían en el acuerdo, sí estaban de acuerdo.

Tiramos el conteo, te quedas con la Capital, le cambias nombre y déjanos hacer negocios mientras creces. -Dijeron los dos hombres misión- Luego, cuando sea el tiempo, ganas, nos sumamos y te ayudo a que surja un nuevo grupo económico, que pueda negociar el poder con sus pares y equilibramos las fuerzas.

Ellos planearon, y la naturaleza metió mano con una enfermedad inesperada intensificando el empobrecimiento y acelerando el proceso de las reformas que los empoderarían. Enriquecieron al grupo castrense, previendo con la milicia perpetuar su mando, y corrompieron sin corromper. Modificaron las leyes para legitimar sus acciones. Dividieron al pueblo entre buenos y malos, ricos y pobres siguiendo la máxima de “divide y vencerás” y controlaron las variables, intentando hacer pelear a todos.

La historia aun no termina y quizá los súbditos descubran, “que, el rey esta desnudo” y podemos terminar igual.

Qué no sea, así. Colorín, colorado.

La historia comenzó hace 34 años, entre hombres misión y tarea. El lugar era el país de la abundancia, tan rico, que hasta quién no trabajaba, comía. La figura geográfica del contorno del país, parecía un cuerno de la abundancia. El momento, fue ese proceso en que toda sociedad decide quién la dirigirá, la gobernará, administra los bienes del Estado y procura que cuando termine su periodo al servicio del pueblo, la vida en el país sea mejor.

El periodo que se vivía, era de gran tensión. La economía se había indexado, productos, salarios, gasolina, alimentos subían el 10 por ciento de precio cada mes y en automático, los sueldos les seguían. Una carrera sin fin, donde el empobrecimiento de la Nación, ascendió sin freno.

Los países del mundo, no se explicaban entonces, -ni explican, ahora- como siendo un territorio tan rico, tiene más del 60 por ciento de su población sumida en la pobreza extrema, después de 34 años del suceso, donde el hegemónico por excelencia, perdió la Capital del país ante unas tribus recién constituidas, pero conservó el mando en las provincias la Nueva Galicia, el Guadiana, los Cachanillas, Valladolid.

En ese proceso, la geometría política y su cromática, cambio y el Villano Favorito, de los próximos 30 años, surgió. Los rojos se hicieron amarillos, luego naranjas, purpuras y hasta cafés. Los azules, tendieron al rojo, en un círculo de colores que al mezclarse tiende al blanco, comprendiendo que los colores no importaban, pero sí, el valor de las personas.

Mantener el poder en 1987, requirió, que se cayera el sistema y se garantizará una transición democrática paulatina, surgió un organismo electoral, uno de transparencia, derechos humanos, comunicaciones, un control bancario.

Las negociaciones permitieron al operador del sistema, perpetuarse en el poder, sin ser visible. Él transitó, de la hegemonía vertical a una horizontal. De la autoridad moral, a la autoridad económica, donde el poder se ejerce manipulando las variables financieras y su materia prima, para que el grupo gobernante, lo siga haciendo, sin importar la filiación. Había que controlar los servicios básicos de la población y ponerles precio. El agua, la luz, la gasolina, el salario, las pensiones, la salud, la educación, todo debería depender del hegemónico, para que el pueblo noble y bueno no se preocupará de nada.

Para lograrlo sumó a todos, buenos y malos, violadores, tratantes de mujeres, abusadores de menores, malos líderes sindicales, artistas y delincuentes. Todos cabían en el acuerdo, sí estaban de acuerdo.

Tiramos el conteo, te quedas con la Capital, le cambias nombre y déjanos hacer negocios mientras creces. -Dijeron los dos hombres misión- Luego, cuando sea el tiempo, ganas, nos sumamos y te ayudo a que surja un nuevo grupo económico, que pueda negociar el poder con sus pares y equilibramos las fuerzas.

Ellos planearon, y la naturaleza metió mano con una enfermedad inesperada intensificando el empobrecimiento y acelerando el proceso de las reformas que los empoderarían. Enriquecieron al grupo castrense, previendo con la milicia perpetuar su mando, y corrompieron sin corromper. Modificaron las leyes para legitimar sus acciones. Dividieron al pueblo entre buenos y malos, ricos y pobres siguiendo la máxima de “divide y vencerás” y controlaron las variables, intentando hacer pelear a todos.

La historia aun no termina y quizá los súbditos descubran, “que, el rey esta desnudo” y podemos terminar igual.

Qué no sea, así. Colorín, colorado.