/ martes 25 de mayo de 2021

Rescate Tierra | Futuros conflictos entre Senadores y Diputados 

La carrera electoral va a todo lo que da. Cada día esta mas cerca el 6 de junio y pocas veces habíamos visto un proceso electoral tan atípico, desde la creación del Instituto Federal Electoral, en su inicio presidido por Emilio Chuayffet.

En el proceso de 2018, Morena y sus aliados obtuvieron una mayoría pocas veces vista. Una mayoría que le permite a nivel federal y local hacer modificaciones a las leyes, sin necesidad de acordar con otras fuerzas políticas, poniendo en riesgo la institucionalidad creada, para defender los derechos de los ciudadanos de acuerdo a la Constitución y los reglamentos correspondientes. Sin embargo, con la actual conformación del poder legislativo, si algo les estorba o no les gusta, lo cambian aunque perjudiquen a los mexicanos, como ocurrió con los acuerdos para detener la emisión de CO2 en la generación de energía eléctrica, fomentando el calentamiento global, que el clima cambie, escasee el agua, se militarice el país, el crimen organizado crezca, la educación se empobrezca, haya gran desempleo, el costo de la luz haya triplicado su precio, las tortillas estén entre 17 y 22 pesos, el pollo subió, la carne de puerco incrementó su precio. El gas duplicó su costo, o los sueldos estén castigados a la mitad, cuando no se es desempleado por la pandemia.

A consecuencia de ello, las fuerzas políticas del país, la ciudadanía, la sociedad y algunas instituciones integradas por ciudadanos vieron la urgente necesidad de regresar el poder al pueblo y la única forma era ganar electoralmente y de manera pacífica las elecciones, al partido del presidente, Morena. Quitarle con el voto y la voluntad de los ciudadanos, la mayoría en la Cámara federal, volver a la sana separación de poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, para no sufrir la tiranía de un poder omnímodo, que pide a los diputados, no se cambie una línea de sus iniciativas, opera contra la constitución para ampliar el cargo del titular de Poder Judicial, ordena y presiona, para que se quiten y den oportunidades a actores electorales a modo, construye obra pública, contra las normas ambientales y sin dictámenes de viabilidad. La tendencia indica, que Morena perderá la mayoría cuando menos en la Cámara de diputados, varias gubernaturas, algunos congresos locales y gobiernos municipales.

Sin embargo, quedará un nudo por resolver en la Cámara de senadores, donde la elección será dentro de 3 años y quizá lo que emita la Cámara de diputados, como cámara de origen, será detenido por la de senadores, como cámara revisora, llevando al Presidente, a dirigir sus iniciativas a la de senadores, como revisora. Aunque la normatividad no lo establezca así. Pero, quienes somos nosotros, ciudadanos y pueblo de México, para ir contra los deseos del Presidente.

Habrá que esperar otros 3 años y en la próxima elección, procurar regrese la separación de poderes, y se mantenga la lealtad castrense hacia los mexicanos y no a caprichos personales de una elite gobernante que hoy manda.

La carrera electoral va a todo lo que da. Cada día esta mas cerca el 6 de junio y pocas veces habíamos visto un proceso electoral tan atípico, desde la creación del Instituto Federal Electoral, en su inicio presidido por Emilio Chuayffet.

En el proceso de 2018, Morena y sus aliados obtuvieron una mayoría pocas veces vista. Una mayoría que le permite a nivel federal y local hacer modificaciones a las leyes, sin necesidad de acordar con otras fuerzas políticas, poniendo en riesgo la institucionalidad creada, para defender los derechos de los ciudadanos de acuerdo a la Constitución y los reglamentos correspondientes. Sin embargo, con la actual conformación del poder legislativo, si algo les estorba o no les gusta, lo cambian aunque perjudiquen a los mexicanos, como ocurrió con los acuerdos para detener la emisión de CO2 en la generación de energía eléctrica, fomentando el calentamiento global, que el clima cambie, escasee el agua, se militarice el país, el crimen organizado crezca, la educación se empobrezca, haya gran desempleo, el costo de la luz haya triplicado su precio, las tortillas estén entre 17 y 22 pesos, el pollo subió, la carne de puerco incrementó su precio. El gas duplicó su costo, o los sueldos estén castigados a la mitad, cuando no se es desempleado por la pandemia.

A consecuencia de ello, las fuerzas políticas del país, la ciudadanía, la sociedad y algunas instituciones integradas por ciudadanos vieron la urgente necesidad de regresar el poder al pueblo y la única forma era ganar electoralmente y de manera pacífica las elecciones, al partido del presidente, Morena. Quitarle con el voto y la voluntad de los ciudadanos, la mayoría en la Cámara federal, volver a la sana separación de poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, para no sufrir la tiranía de un poder omnímodo, que pide a los diputados, no se cambie una línea de sus iniciativas, opera contra la constitución para ampliar el cargo del titular de Poder Judicial, ordena y presiona, para que se quiten y den oportunidades a actores electorales a modo, construye obra pública, contra las normas ambientales y sin dictámenes de viabilidad. La tendencia indica, que Morena perderá la mayoría cuando menos en la Cámara de diputados, varias gubernaturas, algunos congresos locales y gobiernos municipales.

Sin embargo, quedará un nudo por resolver en la Cámara de senadores, donde la elección será dentro de 3 años y quizá lo que emita la Cámara de diputados, como cámara de origen, será detenido por la de senadores, como cámara revisora, llevando al Presidente, a dirigir sus iniciativas a la de senadores, como revisora. Aunque la normatividad no lo establezca así. Pero, quienes somos nosotros, ciudadanos y pueblo de México, para ir contra los deseos del Presidente.

Habrá que esperar otros 3 años y en la próxima elección, procurar regrese la separación de poderes, y se mantenga la lealtad castrense hacia los mexicanos y no a caprichos personales de una elite gobernante que hoy manda.