/ martes 5 de septiembre de 2023

Rescate Tierra | Incertidumbre


269 días faltan para la elección de Presidente de México. Andrés Manuel, cumplió su objetivo con resultados inesperados y promesas contradictorias. Gran cantidad de sus propuestas de campaña se hicieron realidad a la inversa, propuso que el Ejército regresaría a los cuarteles y los empoderó en las calles, que los delitos y la violencia bajarían y se han multiplicado, que tendríamos el mejor servicio de salud -igual a Dinamarca- con el desacreditado INSABI y tuvo que regresar al IMSS, después de acabar con uno de los mas reconocidos sistemas de salud en aplicación de vacunas, prevención de emergencias, atención a los de menos recursos, financiamiento de medicamentos y su abasto. Además, no encontró a los responsables de Ayotzinapa.

Prometió no interferir con los poderes e intento controlar la Suprema Corte, imponiendo jueces y magistrados, aseguro respetaría al Poder Legislativo en libertad, pero lo ha usado para promover sus leyes y reformas.

En su visión del ejercicio del poder, invadió Paseo de la Reforma e hizo quebrar cientos de negocios, con el enrarecimiento del escenario político cuando se declaró presidente legítimo y rescató líderes sindicales acusados de fraude, convirtiéndolos en senadores, junto a la figura de presuntos guerrilleros.

Quedan 269 días de resistencia, para los militares leales a la Patria, los médicos que no han visto incrementarse ni sueldos, ni plazas, los millones de desempleados a los que perjudicó una Ley del Trabajo, en la que la jornada de 8 horas se incumple y los beneficios ganados por ley se han visto afectados, la mayoría de contrataciones son temporales, para no generar derechos y reducir prestaciones. 269 días sin medicamentos para niños y personas con cáncer, pero con la aplicación de vacunas caducadas.

Que ocurrirá en ese tiempo. Dejar el poder en manos de los ciudadanos, no es fácil, dejar al pueblo decidir, es un riesgo para quienes aman el poder, para servirse. Los que argumentan no ser corruptos, pero dejan a sus mas cercanos colaboradores corromperse como ocurrió en SEGALMEX, antes CONASUPO, donde los nombres de los jefes cambiaron, pero no los hábitos.

Muy pocos líderes en México han administrado el poder, entre su tiempo de servir y el tiempo de otros. Prefieren servirse, tomando y dejando condiciones económicas, políticas y sociales que los favorezcan, interfiriendo en la actualización de políticas públicas para perpetuar la cosecha de los beneficios que sembraron, las relaciones productivas. Condenando a la pobreza sistémica de los ciudadanos, presionados en sus garantías y libertades.

En el pasado Iturbide manipuló al Congreso Constituyente, para hacerse Emperador y disolverlo. Santa Anna, jugó con los mexicanos conservadores, yendo y viniendo de la presidencia, poniendo en riesgo el territorio de la Nación y su naciente democracia, Díaz fue dictador por los años, procurando el crecimiento y desarrollo de México al costo del ensanchamiento de la brecha social con obreros sin derechos, campesinos sin tierra, intelectuales con pocas oportunidades y un Ejército empoderado y gobernando, representado por sus generales, Carranza, Obregón, Calles, Cárdenas, Avila Camacho, algunos de ellos, estadistas en pugna, visionarios del futuro México, promoviendo el equilibrio del poder, ampliando la participación de las instituciones y de los ciudadanos.

Volver al pasado, no es opción de progreso. El mundo ha cambiado, se ha globalizado. México ha cambiado, obligarlo a mantener un comportamiento retrogrado, lo convertiría en un lunar alejado de un bienestar global, planeado y ordenado, donde la corrupción fuera excepción pero no regla, la salud un derecho vigilado por el Estado, la seguridad una obligación y garantía del gobierno, el trabajo, la forma de superación y desarrollo junto a la educación.

Quedan 269 días que deben convertirse en certeza de un bien y no incertidumbre, por culpa de un pequeño grupo.

Pedro_gomez77@hotmail.com

Licenciado en Comunicación por la UAEM

Maestrando en Periodismo Político por la Carlos Septién


269 días faltan para la elección de Presidente de México. Andrés Manuel, cumplió su objetivo con resultados inesperados y promesas contradictorias. Gran cantidad de sus propuestas de campaña se hicieron realidad a la inversa, propuso que el Ejército regresaría a los cuarteles y los empoderó en las calles, que los delitos y la violencia bajarían y se han multiplicado, que tendríamos el mejor servicio de salud -igual a Dinamarca- con el desacreditado INSABI y tuvo que regresar al IMSS, después de acabar con uno de los mas reconocidos sistemas de salud en aplicación de vacunas, prevención de emergencias, atención a los de menos recursos, financiamiento de medicamentos y su abasto. Además, no encontró a los responsables de Ayotzinapa.

Prometió no interferir con los poderes e intento controlar la Suprema Corte, imponiendo jueces y magistrados, aseguro respetaría al Poder Legislativo en libertad, pero lo ha usado para promover sus leyes y reformas.

En su visión del ejercicio del poder, invadió Paseo de la Reforma e hizo quebrar cientos de negocios, con el enrarecimiento del escenario político cuando se declaró presidente legítimo y rescató líderes sindicales acusados de fraude, convirtiéndolos en senadores, junto a la figura de presuntos guerrilleros.

Quedan 269 días de resistencia, para los militares leales a la Patria, los médicos que no han visto incrementarse ni sueldos, ni plazas, los millones de desempleados a los que perjudicó una Ley del Trabajo, en la que la jornada de 8 horas se incumple y los beneficios ganados por ley se han visto afectados, la mayoría de contrataciones son temporales, para no generar derechos y reducir prestaciones. 269 días sin medicamentos para niños y personas con cáncer, pero con la aplicación de vacunas caducadas.

Que ocurrirá en ese tiempo. Dejar el poder en manos de los ciudadanos, no es fácil, dejar al pueblo decidir, es un riesgo para quienes aman el poder, para servirse. Los que argumentan no ser corruptos, pero dejan a sus mas cercanos colaboradores corromperse como ocurrió en SEGALMEX, antes CONASUPO, donde los nombres de los jefes cambiaron, pero no los hábitos.

Muy pocos líderes en México han administrado el poder, entre su tiempo de servir y el tiempo de otros. Prefieren servirse, tomando y dejando condiciones económicas, políticas y sociales que los favorezcan, interfiriendo en la actualización de políticas públicas para perpetuar la cosecha de los beneficios que sembraron, las relaciones productivas. Condenando a la pobreza sistémica de los ciudadanos, presionados en sus garantías y libertades.

En el pasado Iturbide manipuló al Congreso Constituyente, para hacerse Emperador y disolverlo. Santa Anna, jugó con los mexicanos conservadores, yendo y viniendo de la presidencia, poniendo en riesgo el territorio de la Nación y su naciente democracia, Díaz fue dictador por los años, procurando el crecimiento y desarrollo de México al costo del ensanchamiento de la brecha social con obreros sin derechos, campesinos sin tierra, intelectuales con pocas oportunidades y un Ejército empoderado y gobernando, representado por sus generales, Carranza, Obregón, Calles, Cárdenas, Avila Camacho, algunos de ellos, estadistas en pugna, visionarios del futuro México, promoviendo el equilibrio del poder, ampliando la participación de las instituciones y de los ciudadanos.

Volver al pasado, no es opción de progreso. El mundo ha cambiado, se ha globalizado. México ha cambiado, obligarlo a mantener un comportamiento retrogrado, lo convertiría en un lunar alejado de un bienestar global, planeado y ordenado, donde la corrupción fuera excepción pero no regla, la salud un derecho vigilado por el Estado, la seguridad una obligación y garantía del gobierno, el trabajo, la forma de superación y desarrollo junto a la educación.

Quedan 269 días que deben convertirse en certeza de un bien y no incertidumbre, por culpa de un pequeño grupo.

Pedro_gomez77@hotmail.com

Licenciado en Comunicación por la UAEM

Maestrando en Periodismo Político por la Carlos Septién