/ martes 24 de diciembre de 2019

Rescate Tierra | La Navidad y el Jesús qué esperamos

Esperanza anhelamos, llegó Navidad. Los mexicanos y el mundo deseamos vivir bien, tener trabajo, seguridad, paz, estabilidad familiar, amor, buen gobierno, educación, respeto, entendimiento, hijos nobles y productivos, oportunidades.

Quejarme no puedo, vivo en un país maravilloso, de gente hermosa, cálida, de carácter único, paciente y en diciembre sus cualidades resaltan, en medio del espíritu egoísta de los impacientes, que acelera la vida y quita valor y amor al ser humano.

El México de 2019 lo veo a semejanza del primer año de Lázaro Cárdenas en el poder, durante el siglo pasado, cuando varios personajes de la sociedad lo acusaban de socialista. Ahora, tenemos un presidente que en principio viene de instituciones políticas con esos ideales.

Hemos vivido 365 días de transición, para algunos un año complicado, para otros, el de la oportunidad que no habían tenido.

Se dio la caza de huachicoleros, de gente corrupta, de homicidios de periodistas y activistas ambientales, los juegos políticos con Estados Unidos, los coqueteos a los regímenes venezolano, boliviano y cubano.

Tenemos esperanza, México eligió un cambio, cansado de muchos años de querer mejores salarios, trabajo, seguridad, educación, y así, bajo esos anhelos -muchos anhelos-, llega Navidad y Año Nuevo 2020.

Celebraremos el 24 de diciembre el nacimiento de Jesús Cristo, el Mesías. Los judíos proféticamente esperaban 2 tipos de Mesías: el reinante y el sufriente. El primero, liberaría al pueblo de la opresión de romanos, griegos y todos los que dominaban la tierra de Israel. El segundo, un Mesías que cargaría con los pecados del pueblo, con su ira, enojo, adulterio, maledicencia, avaricia, pleitos y los perdonaría, los liberaría de sus cargas y sus culpas, para que pudieran estar en paz con ellos mismos, con su familia. A un lugar donde el amor prevaleciera.

Y cuando vino y habló, no le creyeron, no era el Mesías esperado. No querían arrepentirse de sus delitos. Querían poder, dinero, dominar otras naciones al precio que fuera.

Jesús no cumplía esos requisitos. Era amoroso, noble, daba sin esperar recibir, perdonaba a enemigos y amigos. Decía: dad al César lo que es del César. Los cuestionaba sobre sus prácticas religiosas con el argumento de si era mejor hacer el bien o no hacerlo. Acusaba a sus líderes espirituales de imponer al pueblo mandamientos que ellos no cumplían.

Jesús, el que celebramos en Navidad, espera que vivamos en amor, en perdón, con respeto, tolerancia, armonía familiar, paz, sin vicios. Una noche y vida, de armonía y paz.

Feliz Navidad.

Licenciado en Comunicación egresado de la UAEM

Twitter: @pedrogmez Facebook: pedro.gomez.7509

Esperanza anhelamos, llegó Navidad. Los mexicanos y el mundo deseamos vivir bien, tener trabajo, seguridad, paz, estabilidad familiar, amor, buen gobierno, educación, respeto, entendimiento, hijos nobles y productivos, oportunidades.

Quejarme no puedo, vivo en un país maravilloso, de gente hermosa, cálida, de carácter único, paciente y en diciembre sus cualidades resaltan, en medio del espíritu egoísta de los impacientes, que acelera la vida y quita valor y amor al ser humano.

El México de 2019 lo veo a semejanza del primer año de Lázaro Cárdenas en el poder, durante el siglo pasado, cuando varios personajes de la sociedad lo acusaban de socialista. Ahora, tenemos un presidente que en principio viene de instituciones políticas con esos ideales.

Hemos vivido 365 días de transición, para algunos un año complicado, para otros, el de la oportunidad que no habían tenido.

Se dio la caza de huachicoleros, de gente corrupta, de homicidios de periodistas y activistas ambientales, los juegos políticos con Estados Unidos, los coqueteos a los regímenes venezolano, boliviano y cubano.

Tenemos esperanza, México eligió un cambio, cansado de muchos años de querer mejores salarios, trabajo, seguridad, educación, y así, bajo esos anhelos -muchos anhelos-, llega Navidad y Año Nuevo 2020.

Celebraremos el 24 de diciembre el nacimiento de Jesús Cristo, el Mesías. Los judíos proféticamente esperaban 2 tipos de Mesías: el reinante y el sufriente. El primero, liberaría al pueblo de la opresión de romanos, griegos y todos los que dominaban la tierra de Israel. El segundo, un Mesías que cargaría con los pecados del pueblo, con su ira, enojo, adulterio, maledicencia, avaricia, pleitos y los perdonaría, los liberaría de sus cargas y sus culpas, para que pudieran estar en paz con ellos mismos, con su familia. A un lugar donde el amor prevaleciera.

Y cuando vino y habló, no le creyeron, no era el Mesías esperado. No querían arrepentirse de sus delitos. Querían poder, dinero, dominar otras naciones al precio que fuera.

Jesús no cumplía esos requisitos. Era amoroso, noble, daba sin esperar recibir, perdonaba a enemigos y amigos. Decía: dad al César lo que es del César. Los cuestionaba sobre sus prácticas religiosas con el argumento de si era mejor hacer el bien o no hacerlo. Acusaba a sus líderes espirituales de imponer al pueblo mandamientos que ellos no cumplían.

Jesús, el que celebramos en Navidad, espera que vivamos en amor, en perdón, con respeto, tolerancia, armonía familiar, paz, sin vicios. Una noche y vida, de armonía y paz.

Feliz Navidad.

Licenciado en Comunicación egresado de la UAEM

Twitter: @pedrogmez Facebook: pedro.gomez.7509