/ martes 22 de junio de 2021

Rescate Tierra | México quiere llegar al Zero 

En 2016, nuestro país firmó los compromisos del Acuerdo de París. La administración del expresidente Enrique Peña, ofreció reducir las emisiones de bióxido de carbono en la producción de energía eléctrica, y dejar de utilizar gas, carbón y petróleo en las centrales eléctricas, para contribuir al combate al calentamiento global.

Sin embargo, los puntos del Acuerdo, no se han cumplido, porque la línea de gobierno actual, no considera una necesidad -en los hechos- detener el calentamiento global conforme a las Contribuciones previstas determinadas NDC, y firmadas. Reducir el 25 por ciento las emisiones de GEI, 22 por ciento contaminantes de vida corta GEI y carbono negro al año 2024, aproximadamente 210 Megatoneladas de GEI, y otro 36 por ciento de acuerdo a los apoyos internacionales, para llegar al 2050 con el 50 por ciento del volumen de las emisiones, conforme a los registros del año 2000, incluidas en la reforma a la Ley General de Cambio Climático del 13 de julio de 2018, durante el gobierno de el presidente López Obrador.

Aunado al incumplimiento de las contribuciones, se generó conflicto con las empresas generadoras de energía no contaminante que colaborarían en la producción eléctrica, dejando de lado la transición energética, ampliando contratos con minas de carbón, sin dar apoyos a las empresas verdes, aquellas que reciclan, buscan participar en la economía circular, procuran mitigar el daño al medio ambiente, y las que están en proceso de serlo.

Las oportunidades para impulsar negocios, investigación, estudios en el tema del cambio climático no se ven promisorias en el ámbito gubernamental federal.

La pandemia de COVID-19, complicó el escenario en México y el mundo. Durante los dos primeros tercios del año 2020, las emisiones de CO2 bajaron por la inactividad de la industria, la reducción de la movilidad y actividades económicas, educativas y recreativas, impulsando una crisis financiera en todas las naciones. Al retornar a las actividades normales, los niveles de CO2 y los GEI, volvieron a subir, pero la crisis económica permaneció, retrasando la transición a la producción, el trabajo, transporte y recreación, con baja emisión de gases.

Por ello la UNFCC, y la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático CMNUCC, impulsan el programa RACE TO ZERO, una “campaña global para reunir el liderazgo y el apoyo de empresas, ciudades, regiones e inversores para una recuperación saludable, resiliente y sin emisiones de carbono que prevenga amenazas futuras, cree empleos decentes y desbloquee un crecimiento inclusivo y sostenible” con el fin de acelerar el cumplimiento de los compromisos adquiridos antes de la pandemia. Involucrando 708 ciudades, 24 regiones, 2360 empresarios, 163 grandes inversores de negocios y 264 instituciones de educación superior, reuniendo a 120 naciones con la misión de combatir el calentamiento global y lograr el cumplimiento de los compromisos adquiridos al 2050.


México, no debe quedar fuera de esta carrera RACE TO ZERO.


El futuro está en juego.



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En 2016, nuestro país firmó los compromisos del Acuerdo de París. La administración del expresidente Enrique Peña, ofreció reducir las emisiones de bióxido de carbono en la producción de energía eléctrica, y dejar de utilizar gas, carbón y petróleo en las centrales eléctricas, para contribuir al combate al calentamiento global.

Sin embargo, los puntos del Acuerdo, no se han cumplido, porque la línea de gobierno actual, no considera una necesidad -en los hechos- detener el calentamiento global conforme a las Contribuciones previstas determinadas NDC, y firmadas. Reducir el 25 por ciento las emisiones de GEI, 22 por ciento contaminantes de vida corta GEI y carbono negro al año 2024, aproximadamente 210 Megatoneladas de GEI, y otro 36 por ciento de acuerdo a los apoyos internacionales, para llegar al 2050 con el 50 por ciento del volumen de las emisiones, conforme a los registros del año 2000, incluidas en la reforma a la Ley General de Cambio Climático del 13 de julio de 2018, durante el gobierno de el presidente López Obrador.

Aunado al incumplimiento de las contribuciones, se generó conflicto con las empresas generadoras de energía no contaminante que colaborarían en la producción eléctrica, dejando de lado la transición energética, ampliando contratos con minas de carbón, sin dar apoyos a las empresas verdes, aquellas que reciclan, buscan participar en la economía circular, procuran mitigar el daño al medio ambiente, y las que están en proceso de serlo.

Las oportunidades para impulsar negocios, investigación, estudios en el tema del cambio climático no se ven promisorias en el ámbito gubernamental federal.

La pandemia de COVID-19, complicó el escenario en México y el mundo. Durante los dos primeros tercios del año 2020, las emisiones de CO2 bajaron por la inactividad de la industria, la reducción de la movilidad y actividades económicas, educativas y recreativas, impulsando una crisis financiera en todas las naciones. Al retornar a las actividades normales, los niveles de CO2 y los GEI, volvieron a subir, pero la crisis económica permaneció, retrasando la transición a la producción, el trabajo, transporte y recreación, con baja emisión de gases.

Por ello la UNFCC, y la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático CMNUCC, impulsan el programa RACE TO ZERO, una “campaña global para reunir el liderazgo y el apoyo de empresas, ciudades, regiones e inversores para una recuperación saludable, resiliente y sin emisiones de carbono que prevenga amenazas futuras, cree empleos decentes y desbloquee un crecimiento inclusivo y sostenible” con el fin de acelerar el cumplimiento de los compromisos adquiridos antes de la pandemia. Involucrando 708 ciudades, 24 regiones, 2360 empresarios, 163 grandes inversores de negocios y 264 instituciones de educación superior, reuniendo a 120 naciones con la misión de combatir el calentamiento global y lograr el cumplimiento de los compromisos adquiridos al 2050.


México, no debe quedar fuera de esta carrera RACE TO ZERO.


El futuro está en juego.



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