/ martes 28 de septiembre de 2021

Rescate Tierra | Prometer no empobrece, dar es lo que aniquila 

Calentamiento global y cambio climático, no son lo mismo, pero están ligados. La confusión parte de que las acciones para enfrentar el cambio climático, también son útiles para detener el calentamiento global, el cual, al modificar la temperatura de la atmósfera y de las corrientes marinas y el derretimiento de glaciares, contribuye para hacer más violento el clima, los huracanes, tornados, frentes fríos y ondas cálidas (temperaturas extremas).


Buny Rabit, mi bella y querida amiga, preocupada por la poca importancia que las naciones dan al calentamiento global a consecuencia de las emisiones de bióxido de carbono me dijo, Pedro, no mencionaste a Rusia, entre los países que arrojan más CO2 a la atmósfera, con 4.8 por ciento, China 30.3 por ciento, Estados Unidos 13.4 e India 6.8 por ciento. México contribuye con el 1.28 por ciento y al parecer, trasladó el cumplimiento de su compromiso de reducir las emisiones en el año 2024 a 2025, después de finalizar el mandato del actual Presidente de México.

38 mil millones de toneladas métricas de CO2 son las emisiones globales derivadas de la quema de combustibles fósiles al año.

Tal cantidad de bióxido de carbono no tiene forma natural de eliminarse eficientemente. En teoría los océanos contribuyen a retirar el 50 por ciento de las emisiones de CO2, los bosques contribuyen otro tanto, ambos son sumideros de carbono, naturales, pero cuando los océanos llegan a su límite se acidifican y la tala no sustentable afecta a los bosques.

La mejor forma de reducir las emisiones de GEI es abandonar el uso de combustibles fósiles e invertir en el uso de renovables. Si para ello, en México, es necesario ver su inversión como un área estratégica para la seguridad nacional a fin de no depender de otras naciones que a futuro encarezcan producto y servicio, como esta ocurriendo con el gas, la gasolina y la electricidad, entonces debe haber inversión en México para desarrollar la industria de los renovables, compartiendo con inversionistas extranjeros una aportación en el mercado, abaratando costo y servicio.

La tendencia mundial, prevé en Europa un 90 por ciento de automóviles híbridos y de hidrógeno entre 2030 y 2050, Estados Unidos un 50 por ciento. México, “no es mencionado” -en estos tiempos- en la migración a uso de renovables, ni energías limpias, ni tecnologías al respecto, ni en políticas públicas aplicadas, aunque en 2005 y 2016 se adhirió a los acuerdos ambientales de Kioto y París.

El refrán dice: “Prometer no empobrece, dar es lo que aniquila” firmar para ir con la moda, no beneficia al mundo. Estoy seguro que invertir en energías limpias, sería un gran negocio para el país, considerando que tenemos armadoras de marcas automotrices muy importantes. Las empresas de la Nación operarían con celdas solares, energía eólica, reactores de hidrógeno. Las ciudades seguirían siendo abastecidas por CFE, cuyas turbinas operarían con combustible no contaminante como el gas, carbono y petróleo que hoy utilizan y México tendría oportunidad de desarrollar tal industria, contribuyendo a mitigar en el mundo, el daño por el calentamiento global y el cambio climático.

Calentamiento global y cambio climático, no son lo mismo, pero están ligados. La confusión parte de que las acciones para enfrentar el cambio climático, también son útiles para detener el calentamiento global, el cual, al modificar la temperatura de la atmósfera y de las corrientes marinas y el derretimiento de glaciares, contribuye para hacer más violento el clima, los huracanes, tornados, frentes fríos y ondas cálidas (temperaturas extremas).


Buny Rabit, mi bella y querida amiga, preocupada por la poca importancia que las naciones dan al calentamiento global a consecuencia de las emisiones de bióxido de carbono me dijo, Pedro, no mencionaste a Rusia, entre los países que arrojan más CO2 a la atmósfera, con 4.8 por ciento, China 30.3 por ciento, Estados Unidos 13.4 e India 6.8 por ciento. México contribuye con el 1.28 por ciento y al parecer, trasladó el cumplimiento de su compromiso de reducir las emisiones en el año 2024 a 2025, después de finalizar el mandato del actual Presidente de México.

38 mil millones de toneladas métricas de CO2 son las emisiones globales derivadas de la quema de combustibles fósiles al año.

Tal cantidad de bióxido de carbono no tiene forma natural de eliminarse eficientemente. En teoría los océanos contribuyen a retirar el 50 por ciento de las emisiones de CO2, los bosques contribuyen otro tanto, ambos son sumideros de carbono, naturales, pero cuando los océanos llegan a su límite se acidifican y la tala no sustentable afecta a los bosques.

La mejor forma de reducir las emisiones de GEI es abandonar el uso de combustibles fósiles e invertir en el uso de renovables. Si para ello, en México, es necesario ver su inversión como un área estratégica para la seguridad nacional a fin de no depender de otras naciones que a futuro encarezcan producto y servicio, como esta ocurriendo con el gas, la gasolina y la electricidad, entonces debe haber inversión en México para desarrollar la industria de los renovables, compartiendo con inversionistas extranjeros una aportación en el mercado, abaratando costo y servicio.

La tendencia mundial, prevé en Europa un 90 por ciento de automóviles híbridos y de hidrógeno entre 2030 y 2050, Estados Unidos un 50 por ciento. México, “no es mencionado” -en estos tiempos- en la migración a uso de renovables, ni energías limpias, ni tecnologías al respecto, ni en políticas públicas aplicadas, aunque en 2005 y 2016 se adhirió a los acuerdos ambientales de Kioto y París.

El refrán dice: “Prometer no empobrece, dar es lo que aniquila” firmar para ir con la moda, no beneficia al mundo. Estoy seguro que invertir en energías limpias, sería un gran negocio para el país, considerando que tenemos armadoras de marcas automotrices muy importantes. Las empresas de la Nación operarían con celdas solares, energía eólica, reactores de hidrógeno. Las ciudades seguirían siendo abastecidas por CFE, cuyas turbinas operarían con combustible no contaminante como el gas, carbono y petróleo que hoy utilizan y México tendría oportunidad de desarrollar tal industria, contribuyendo a mitigar en el mundo, el daño por el calentamiento global y el cambio climático.