/ lunes 4 de octubre de 2021

Rescate Tierra | Se cayeron las redes y sobrevivimos 

Salí de casa y escuché a un maestro decir a sus alumnos ¿Cómo se sienten sin Whatsapp, Facebook, Instagram? Todas las redes del visionario Mark Zukerberg, se cayeron y muchos amigos entraban a estado de shock traumático y pos traumático, porque dependían de ellas para mantener la velocidad de su trabajo, no tener que trasladarse a citas lejanas o responder de manera breve, asuntos cuyo tratamiento telefónico tendería a alargarse, por el hábito y verborrea de algunas personas cuya capacidad de hablar es grande y peor aun, hablar sin conectar las ideas con la boca, haciendo que toda charla se extienda en el tiempo, antes de comprender su motivación.

Comunicar con eficiencia de forma verbal o no verbal, es un arte, puede ser oral, gestual o escrita y el ser humano no puede dejar de comunicar. Busca siempre la manera de dar y recibir mensajes. Desde el nacimiento hasta la muerte, comunicamos. Con los amigos escuchamos. En la política y derecho, argumentamos. En economía, estudiamos las corrientes y negociamos las mejores acciones. En seguridad, nos defendemos, nos alejamos o desaparecemos. Necesitamos la comunicación para socializar en todas las áreas.

Con la pandemia, las redes son fundamentales para comunicar y mantener actividades sanitarias y económicas funcionando, hasta los bots, encargados de desacreditar a quienes por su trabajo emiten opiniones sobre actos y políticas públicas ineficientes, descansaron o descansaran hasta la reactivación de las redes sociales.

Actualmente tenemos mas formas de comunicar, pero no hacemos una comunicación eficiente y sana. No escuchamos, no analizamos y la respuesta al mensaje, no siempre es positiva y congruente.

En días previos a la matanza de estudiantes del 2 de octubre de 1968, que no se olvida. Un grupo de maestros, alumnos y simpatizantes del movimiento, marcharon por las calles de la ciudad de México, cubriendo su boca en una “marcha silenciosa” pidiendo que saliera el ejército de las calles, que liberaran a los presos, se respetara la autonomía universitaria y algunas cosas más. Comunicaron sin utilizar sus bocas en esa marcha, donde no se destruyeron comercios, ni monumentos, ni vayas de cristal, ni ventanas y puertas de edificios públicos y privados.

En el gobierno y la política estamos comunicando con el voto, el hartazgo que hay por la aplicación de políticas públicas que nos dañan y el abuso en el ejercicio público, de personajes que se han enriquecido de manera deshonesta contra el pueblo. Colocando en posiciones de poder a empleados repiten el daño y hasta lo empeoran. Es una comunicación revanchista e ineficiente, porque quienes llegaron a esos cargos públicos nos han empobrecido, crecieron el desempleo, permitieron salarios de muerte, dañaron el medio ambiente, el campo, la seguridad social, dejaron crecer la violencia y el crimen, sin conocimiento y habilidades en macroeconomía, seguridad y política, donde algunos toman decisiones emotivas y populistas, sin medir las consecuencias a corto y largo plazo. Comunicar requiere amor, razonamiento y técnica, con o sin redes sociales. Lo contrario sólo es, egoísmo y vanidad.

Salí de casa y escuché a un maestro decir a sus alumnos ¿Cómo se sienten sin Whatsapp, Facebook, Instagram? Todas las redes del visionario Mark Zukerberg, se cayeron y muchos amigos entraban a estado de shock traumático y pos traumático, porque dependían de ellas para mantener la velocidad de su trabajo, no tener que trasladarse a citas lejanas o responder de manera breve, asuntos cuyo tratamiento telefónico tendería a alargarse, por el hábito y verborrea de algunas personas cuya capacidad de hablar es grande y peor aun, hablar sin conectar las ideas con la boca, haciendo que toda charla se extienda en el tiempo, antes de comprender su motivación.

Comunicar con eficiencia de forma verbal o no verbal, es un arte, puede ser oral, gestual o escrita y el ser humano no puede dejar de comunicar. Busca siempre la manera de dar y recibir mensajes. Desde el nacimiento hasta la muerte, comunicamos. Con los amigos escuchamos. En la política y derecho, argumentamos. En economía, estudiamos las corrientes y negociamos las mejores acciones. En seguridad, nos defendemos, nos alejamos o desaparecemos. Necesitamos la comunicación para socializar en todas las áreas.

Con la pandemia, las redes son fundamentales para comunicar y mantener actividades sanitarias y económicas funcionando, hasta los bots, encargados de desacreditar a quienes por su trabajo emiten opiniones sobre actos y políticas públicas ineficientes, descansaron o descansaran hasta la reactivación de las redes sociales.

Actualmente tenemos mas formas de comunicar, pero no hacemos una comunicación eficiente y sana. No escuchamos, no analizamos y la respuesta al mensaje, no siempre es positiva y congruente.

En días previos a la matanza de estudiantes del 2 de octubre de 1968, que no se olvida. Un grupo de maestros, alumnos y simpatizantes del movimiento, marcharon por las calles de la ciudad de México, cubriendo su boca en una “marcha silenciosa” pidiendo que saliera el ejército de las calles, que liberaran a los presos, se respetara la autonomía universitaria y algunas cosas más. Comunicaron sin utilizar sus bocas en esa marcha, donde no se destruyeron comercios, ni monumentos, ni vayas de cristal, ni ventanas y puertas de edificios públicos y privados.

En el gobierno y la política estamos comunicando con el voto, el hartazgo que hay por la aplicación de políticas públicas que nos dañan y el abuso en el ejercicio público, de personajes que se han enriquecido de manera deshonesta contra el pueblo. Colocando en posiciones de poder a empleados repiten el daño y hasta lo empeoran. Es una comunicación revanchista e ineficiente, porque quienes llegaron a esos cargos públicos nos han empobrecido, crecieron el desempleo, permitieron salarios de muerte, dañaron el medio ambiente, el campo, la seguridad social, dejaron crecer la violencia y el crimen, sin conocimiento y habilidades en macroeconomía, seguridad y política, donde algunos toman decisiones emotivas y populistas, sin medir las consecuencias a corto y largo plazo. Comunicar requiere amor, razonamiento y técnica, con o sin redes sociales. Lo contrario sólo es, egoísmo y vanidad.