Chile, perdió la oportunidad de alojar a las naciones del planeta del 2 al 13 de diciembre en su territorio continental, con motivo de la "Cumbre Mundial de Medio Ambiente" COP25. Las protestas iniciadas con la amenaza de aumento al transporte van crecieron y parecen extenderse.
Mientras esto ocurre, España, ofreció sus instalaciones de modo que la COP, se realizará en la Feria de Madrid, FEMA.
Es penosa la politización de eventos tan importantes. Tal vez los manifestantes chilenos, pensaron presionar a su gobierno con la presencia de las instituciones más importantes del planeta en materia ambiental, durante la COP, sin considerar el daño global que harían.
La Conferencia de las Partes conocida como COP25, es el espacio donde los países del mundo revisan las políticas públicas emprendidas contra el calentamiento de la Tierra, verificando su eficiencia, viabilidad y cumplimiento. De todos los países que la integran, uno de los que más aporta al incremento de la temperatura y al cambio climático es Estados Unidos, quien se resiste a sujetarse a los Acuerdos, como si hubiera manera de negar el cambio climático y su origen.
La carrera que inició para llegar a un comportamiento industrial, económico, político y social, cuidadoso del medio ambiente, migrando al uso de energías limpias y el aprovechamiento sustentable de los recursos para que todos los países del planeta las cumplan, sin simulaciones, está definiendo de acuerdo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS, sį los Estados son capaces de cumplirlos con el menor número de sanciones.
Hasta 2020 se decidió, que el protocolo en estudio y prueba, sería vinculante, pero no sancionatorio. En 2019 hemos comprobado que muchos de los países firmantes, no cumplen las acciones, la industria sigue utilizando combustibles fósiles, las automotrices, no bajan el precio de autos híbridos, ni promueven su venta y fabricación. Los incendios del Amazonas, Chiapas y California, por mencionar algunos, dañaron al mundo y las políticas públicas para protegerlos, fueron ignoradas, al menos los eventos de Chiapas y Brasil, pueden tener su origen en intereses económicos.
Se sabe que quienes más sufrirán con el cambio climático, son los países y personas en pobreza. Pero eso parece no importar. Estirando la liga, hasta donde aguante.
Los retos de la COP25 son muy grandes. El clima de tensión social que impregna el mundo, dificulta el cumplimiento de los acuerdos, sin embargo son necesarios si queremos heredar a nuestros hijos, un lugar donde vivir en condiciones semejantes a las que tenemos.
Licenciado en Comunicación egresado de la UAEM
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