/ martes 27 de octubre de 2020

Rescate Tierra | Tradiciones de muertos y vivos 

Las calles están llenas de calaveras, fantasmas y fallecidos… El día de muertos llegó este año, y las personas hacen fiesta.

Si los muertos de verdad, anduvieran en la ciudad, seguramente habría corredera de personas. Recuerdo el libro, “El día del juicio final, de Henri Cami”, narra en su novela, la resurrección de los muertos de Balzac, Voltaire, Robespierre. Los ricos del mundo, los mendigos y hasta las mascotas. La resurrección era para todos y el juicio también.

En una escena chusca –del texto- los ángeles enviados a ordenar el proceso, para alimentar a los resucitados, tienen que hacer una multiplicación de pollos y hacer que el ángel de la guarda lo sirviera a cada uno de los comensales.

La muerte, ese hecho que nadie evitará. Todos moriremos algún día. Mi hermana, Judith Gómez Moreno, tiene 15 días que partió con Dios. Mi Madre Judith Moreno Odgers, murió hace 5 años, 2 semanas antes de su fallecimiento la acompañé a su última consulta sobre el cáncer, el Doctor la dio de alta. A la semana, mi madre me entregó los papeles que toda madre atesora de sus hijos y mirándola extrañado, le pregunté, ¿qué ya te vas a morir? Ella sonrió, me abrazó y dijo, cómo crees a la semana partió, 3 meses después, que mi Padre, Pedro Gómez Castillo.

Cuando Jesús, caminó sobre la Tierra, habló de la muerte. Les decía a los hombres que se arrepintieran. Los Saduceos, una secta de los judíos en tiempos de Cristo, no creían en la resurrección, ni la inmortalidad del alma. El los exhortaba y confrontaba, les decía que estaban muertos en sus delitos y pecados, qué el reino de los cielos se había acercado. Los Fariseos, esperaban la resurrección. No querían arrepentirse, pero si recibir los milagros. Los Saduceos, sólo los milagros.

En aquel tiempo, el mensaje fue, que los hombres estaban muertos en sus delitos y pecados. Que les gustaba juzgar a otros, pero no ser juzgados. Los sacerdotes, lo escuchaban y no sabían cómo acusarlo y detenerlo. Los mercaderes del templo, los que comerciaban con la esperanza de las personas, fueron expulsados por corromper al pueblo, mientras los líderes políticos, no decidían ¿qué hacer con él?

Jesús, resucitó de la muerte a Lázaro, antes de ello, Marta y María, le dijeron, ya apesta, tu amigo, tiene 3 días muerto. El ordenó y Lázaro salió. Los líderes de Israel, no pudieron negar el hecho y sin embargo, lo mataron.

De acuerdo a las tradiciones religiosas, murió y resucitó. Tesalonicenses dice, que está escrito que los hombres mueran una sola vez, y después vendrá el juicio. Pero, en vida, los hombres no se arrepienten y ya muertos, no hay tiempo para ello. Los muertos, muertos están.

Mientras tanto, en México, mezclamos la tradición prehispánica, la hispánica, la contemporánea mexicana y hasta las tradiciones compartidas por la globalización. Sin considerar que, de acuerdo a la religión cristiana profesada en el país, sólo se muere una vez y después, el juicio.



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Las calles están llenas de calaveras, fantasmas y fallecidos… El día de muertos llegó este año, y las personas hacen fiesta.

Si los muertos de verdad, anduvieran en la ciudad, seguramente habría corredera de personas. Recuerdo el libro, “El día del juicio final, de Henri Cami”, narra en su novela, la resurrección de los muertos de Balzac, Voltaire, Robespierre. Los ricos del mundo, los mendigos y hasta las mascotas. La resurrección era para todos y el juicio también.

En una escena chusca –del texto- los ángeles enviados a ordenar el proceso, para alimentar a los resucitados, tienen que hacer una multiplicación de pollos y hacer que el ángel de la guarda lo sirviera a cada uno de los comensales.

La muerte, ese hecho que nadie evitará. Todos moriremos algún día. Mi hermana, Judith Gómez Moreno, tiene 15 días que partió con Dios. Mi Madre Judith Moreno Odgers, murió hace 5 años, 2 semanas antes de su fallecimiento la acompañé a su última consulta sobre el cáncer, el Doctor la dio de alta. A la semana, mi madre me entregó los papeles que toda madre atesora de sus hijos y mirándola extrañado, le pregunté, ¿qué ya te vas a morir? Ella sonrió, me abrazó y dijo, cómo crees a la semana partió, 3 meses después, que mi Padre, Pedro Gómez Castillo.

Cuando Jesús, caminó sobre la Tierra, habló de la muerte. Les decía a los hombres que se arrepintieran. Los Saduceos, una secta de los judíos en tiempos de Cristo, no creían en la resurrección, ni la inmortalidad del alma. El los exhortaba y confrontaba, les decía que estaban muertos en sus delitos y pecados, qué el reino de los cielos se había acercado. Los Fariseos, esperaban la resurrección. No querían arrepentirse, pero si recibir los milagros. Los Saduceos, sólo los milagros.

En aquel tiempo, el mensaje fue, que los hombres estaban muertos en sus delitos y pecados. Que les gustaba juzgar a otros, pero no ser juzgados. Los sacerdotes, lo escuchaban y no sabían cómo acusarlo y detenerlo. Los mercaderes del templo, los que comerciaban con la esperanza de las personas, fueron expulsados por corromper al pueblo, mientras los líderes políticos, no decidían ¿qué hacer con él?

Jesús, resucitó de la muerte a Lázaro, antes de ello, Marta y María, le dijeron, ya apesta, tu amigo, tiene 3 días muerto. El ordenó y Lázaro salió. Los líderes de Israel, no pudieron negar el hecho y sin embargo, lo mataron.

De acuerdo a las tradiciones religiosas, murió y resucitó. Tesalonicenses dice, que está escrito que los hombres mueran una sola vez, y después vendrá el juicio. Pero, en vida, los hombres no se arrepienten y ya muertos, no hay tiempo para ello. Los muertos, muertos están.

Mientras tanto, en México, mezclamos la tradición prehispánica, la hispánica, la contemporánea mexicana y hasta las tradiciones compartidas por la globalización. Sin considerar que, de acuerdo a la religión cristiana profesada en el país, sólo se muere una vez y después, el juicio.



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