/ martes 8 de septiembre de 2020

Rescate Tierra | ¿Venganza Personal? 

El resultado del Instituto Nacional Electoral, el pasado 4 de septiembre, negando el registro como Partido Político a México Libre, y otorgándolo a otra institución en condiciones semejantes, -pero no, iguales- hace desconfiar del cumplimiento de los principios que enmarcan las actividades de los organismos electorales Nacional y de los Estados, “certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, objetividad y máxima publicidad, así como a los valores organizacionales de confianza, tolerancia, compromiso, transparencia y rendición de cuentas”, porque parece hay mano negra de personajes interesados en quitarse adversarios, haciendo legal, lo ilegal y justo, lo injusto.

Influyendo en las decisiones de los Consejeros electorales del INE, miembros de la Institución responsable de garantizar procesos democráticos creíbles e imparciales. Parece que la corriente presidencial de acabar con la institución garante de los derechos humanos, entre ellos los políticos, ha llegado al INE y amenaza con extenderse, lesionando la capacidad de los ciudadanos de defenderse ante probables irregularidades en la aplicación de leyes, reglamentos y sentencias.

Es curioso que las instituciones que garantizaron la elección de 2018, hoy sean descalificadas por las mismas personas a quienes defendieron, pretendiendo que la ley se aplique de manera contraría a los derechos, que ellos exigían.

Un pasaje bíblico narra la historia de un súbdito que debía a su señor un dinero. “Iba a ser encarcelado, pero suplicó clemencia y el señor lo perdonó. Al salir a la calle, encontró un vecino que le debía dinero, quien también suplicó perdón, con los mismos argumentos que el deudor anterior, nada sirvió, encarceló al vecino y le quitó sus bienes. El señor del reino al enterarse mando traer al súbdito perdonado y le dijo, siervo injusto, yo perdoné tu deuda y tú no tuviste clemencia para tu amigo. Pagarás el precio con tu vida y fue encarcelado”.

Las tres instituciones involucradas en el proceso actual, Ejecutivo, INE antes IFE y Poder Legislativo lo estuvieron en el año 2006 cuando por 243 mil 934 votos, Felipe Calderón, ganó la Presidencia y su opositor lo desconoció proclamándose el Presidente Legítimo y operando –aparentemente- por él o por otros, un desorden el día de la toma de posesión, con la figura visible de personajes del PRD. Entonces, Calderón, asumió y gobernó. No se dedicó a perseguir al “legítimo”.

En 2012, el IFE, organizó la elección que ganó el PRI con el 32 por ciento de la votación, contra el 22 por ciento del PRD y un 25 por ciento del PAN. Quedando Enrique Peña, al frente del Ejecutivo Federal. Entonces no hubo “legítimo”, pero comenzó a fraguarse el nacimiento de Morena, desplazando al PRD.

Hoy, el IFE se convirtió en INE y el líder del país lo acusa de ineficiente, metiendo las manos en los procesos ciudadanos, elecciones, organizaciones de la sociedad civil, derechos humanos, transparencia y no las mete en las cuestiones del gobierno como el medio ambiente, abatir la corrupción, generar seguridad, provocando un desequilibrio, porque al intentar ocuparse, por el control social, descuida la seguridad, salud, bienestar y empleo de sus gobernados. Afectando a las instituciones creadas para garantizar los derechos, sin la intervención y avasallamiento de funcionarios y autoridades con poder, que pisotean a los ciudadanos y su libertad de elegir su gobierno, sus autoridades y ser defendidos conforme a las garantías individuales, enmarcadas en la Constitución Mexicana.

El resultado del Instituto Nacional Electoral, el pasado 4 de septiembre, negando el registro como Partido Político a México Libre, y otorgándolo a otra institución en condiciones semejantes, -pero no, iguales- hace desconfiar del cumplimiento de los principios que enmarcan las actividades de los organismos electorales Nacional y de los Estados, “certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, objetividad y máxima publicidad, así como a los valores organizacionales de confianza, tolerancia, compromiso, transparencia y rendición de cuentas”, porque parece hay mano negra de personajes interesados en quitarse adversarios, haciendo legal, lo ilegal y justo, lo injusto.

Influyendo en las decisiones de los Consejeros electorales del INE, miembros de la Institución responsable de garantizar procesos democráticos creíbles e imparciales. Parece que la corriente presidencial de acabar con la institución garante de los derechos humanos, entre ellos los políticos, ha llegado al INE y amenaza con extenderse, lesionando la capacidad de los ciudadanos de defenderse ante probables irregularidades en la aplicación de leyes, reglamentos y sentencias.

Es curioso que las instituciones que garantizaron la elección de 2018, hoy sean descalificadas por las mismas personas a quienes defendieron, pretendiendo que la ley se aplique de manera contraría a los derechos, que ellos exigían.

Un pasaje bíblico narra la historia de un súbdito que debía a su señor un dinero. “Iba a ser encarcelado, pero suplicó clemencia y el señor lo perdonó. Al salir a la calle, encontró un vecino que le debía dinero, quien también suplicó perdón, con los mismos argumentos que el deudor anterior, nada sirvió, encarceló al vecino y le quitó sus bienes. El señor del reino al enterarse mando traer al súbdito perdonado y le dijo, siervo injusto, yo perdoné tu deuda y tú no tuviste clemencia para tu amigo. Pagarás el precio con tu vida y fue encarcelado”.

Las tres instituciones involucradas en el proceso actual, Ejecutivo, INE antes IFE y Poder Legislativo lo estuvieron en el año 2006 cuando por 243 mil 934 votos, Felipe Calderón, ganó la Presidencia y su opositor lo desconoció proclamándose el Presidente Legítimo y operando –aparentemente- por él o por otros, un desorden el día de la toma de posesión, con la figura visible de personajes del PRD. Entonces, Calderón, asumió y gobernó. No se dedicó a perseguir al “legítimo”.

En 2012, el IFE, organizó la elección que ganó el PRI con el 32 por ciento de la votación, contra el 22 por ciento del PRD y un 25 por ciento del PAN. Quedando Enrique Peña, al frente del Ejecutivo Federal. Entonces no hubo “legítimo”, pero comenzó a fraguarse el nacimiento de Morena, desplazando al PRD.

Hoy, el IFE se convirtió en INE y el líder del país lo acusa de ineficiente, metiendo las manos en los procesos ciudadanos, elecciones, organizaciones de la sociedad civil, derechos humanos, transparencia y no las mete en las cuestiones del gobierno como el medio ambiente, abatir la corrupción, generar seguridad, provocando un desequilibrio, porque al intentar ocuparse, por el control social, descuida la seguridad, salud, bienestar y empleo de sus gobernados. Afectando a las instituciones creadas para garantizar los derechos, sin la intervención y avasallamiento de funcionarios y autoridades con poder, que pisotean a los ciudadanos y su libertad de elegir su gobierno, sus autoridades y ser defendidos conforme a las garantías individuales, enmarcadas en la Constitución Mexicana.