/ martes 5 de abril de 2022

Rescate Tierra | Vivir o morir


Casi ha transcurrido un mes desde la Global Assembly Toluca México, el 12 de marzo de 2022. En ella, grupos mazahuas y otomíes, profesionistas, hombres y mujeres, líderes de los municipios de Toluca, Metepec, Lerma, Zinacantepec y estados como México, Jalisco, y Michoacán, expresaron la gran necesidad de proteger sus bosques, no contaminar el agua, limpiar el aire que respiran, dejar de empobrecerse por la pérdida de sus recursos naturales y el encarecimiento de los productos básicos. Ganamos lo mismo que hace 3 años, pero no compramos lo mismo, dijeron en la Global Assembly.

Necesitamos plantas tratadoras de agua para municipios y fraccionamientos, para las comunidades, estamos agotando la poca agua que queda en los ríos. Sembramos, pero la tierra no produce igual, se agota y tenemos que ponerle fertilizantes no naturales, nuestras cosechas no son negocio. Necesitamos ayuda para volver a ser productivos y autosuficientes, volver a lo simple.

Antonio y Héctor, miraron y escucharon a los asistentes, eran sus amigos, sus compañeros de viaje, en la Gubernatura Indígena y El Congreso permanente de pueblos indígenas y migrantes, esperaban ser oídos, tomados en cuenta, apoyados para encontrar soluciones en un sistema de vida sustentable. Tal vez circular, les dijo el Ing. Juan Gómez, donde todo sea aprovechable varias veces y desperdiciemos poco, una economía circular que fomente el rehúso de todos los productos y sus subproductos una y otra vez. Con energías no contaminantes, mencionó el dr. Eric Rosas, solar, hidráulica, eólica, quizá nuclear, pero por fusión o de hidrógeno.

Jorge Rescala, Secretario de Medio Ambiente del estado de México, habló a todos sobre el trabajo que realiza el gobierno mexiquense, encabezado por Alfredo del Mazo, para proteger, rescatar y atender 125 municipios con diversos retos ambientales y ecológicos, afectados por el calentamiento global, los asuntos hídricos, la deforestación, los incendios, el tratamiento de agua, los ecosistemas, la falta de educación de las personas para amar y cuidar el lugar en que vivimos. Indígenas, migrantes, empresarios, estudiantes, científicos y medios, lo escuchamos. Jesús Trigos, de COPARMEX, lo escuchó, Angélica Ribera, del Banco de Alimentos, meditaba los temas.

¿Qué podemos hacer, para detener el cambio climático y cuidar nuestro ecosistema nacional? ¿Cómo salvar las miles de especies animales y vegetales que desaparecen cada año? ¿Quién va alimentar los millones de personas que no tendrán que comer por el calentamiento de la Tierra? ¿Dónde vivirán quienes pierdan su hogar, con el incremento del nivel del mar? Nos preocupamos por cosas importantes, pero no trascendentes. Vida y muerte son trascendentes, una nos arroja al mundo, la otra nos saca de él y parece que en ese tránsito,el hombre no cambia, abusa del hombre, le paga sueldos de miseria, agota sus recursos naturales, lastima a hombres, mujeres y niños, ejecuta guerras con miles de muertos y millones de damnificados, daña su tierra, su país, al mundo y no le importa dejar sin oportunidades de vida digna a sus vecinos, es egoísta, abusivo, tirano, no desea arrepentirse. Pareciera que el ser humano, se considera eterno y cuando le toca morir, llora, tal vez, se arrepiente, pero sólo al final, cuando nada puede hacer, para proteger el lugar en que vivió y a quienes lo acompañaron. Quizá, eso nos vino a enseñar Jesucristo, y aun no lo escuchamos.


Casi ha transcurrido un mes desde la Global Assembly Toluca México, el 12 de marzo de 2022. En ella, grupos mazahuas y otomíes, profesionistas, hombres y mujeres, líderes de los municipios de Toluca, Metepec, Lerma, Zinacantepec y estados como México, Jalisco, y Michoacán, expresaron la gran necesidad de proteger sus bosques, no contaminar el agua, limpiar el aire que respiran, dejar de empobrecerse por la pérdida de sus recursos naturales y el encarecimiento de los productos básicos. Ganamos lo mismo que hace 3 años, pero no compramos lo mismo, dijeron en la Global Assembly.

Necesitamos plantas tratadoras de agua para municipios y fraccionamientos, para las comunidades, estamos agotando la poca agua que queda en los ríos. Sembramos, pero la tierra no produce igual, se agota y tenemos que ponerle fertilizantes no naturales, nuestras cosechas no son negocio. Necesitamos ayuda para volver a ser productivos y autosuficientes, volver a lo simple.

Antonio y Héctor, miraron y escucharon a los asistentes, eran sus amigos, sus compañeros de viaje, en la Gubernatura Indígena y El Congreso permanente de pueblos indígenas y migrantes, esperaban ser oídos, tomados en cuenta, apoyados para encontrar soluciones en un sistema de vida sustentable. Tal vez circular, les dijo el Ing. Juan Gómez, donde todo sea aprovechable varias veces y desperdiciemos poco, una economía circular que fomente el rehúso de todos los productos y sus subproductos una y otra vez. Con energías no contaminantes, mencionó el dr. Eric Rosas, solar, hidráulica, eólica, quizá nuclear, pero por fusión o de hidrógeno.

Jorge Rescala, Secretario de Medio Ambiente del estado de México, habló a todos sobre el trabajo que realiza el gobierno mexiquense, encabezado por Alfredo del Mazo, para proteger, rescatar y atender 125 municipios con diversos retos ambientales y ecológicos, afectados por el calentamiento global, los asuntos hídricos, la deforestación, los incendios, el tratamiento de agua, los ecosistemas, la falta de educación de las personas para amar y cuidar el lugar en que vivimos. Indígenas, migrantes, empresarios, estudiantes, científicos y medios, lo escuchamos. Jesús Trigos, de COPARMEX, lo escuchó, Angélica Ribera, del Banco de Alimentos, meditaba los temas.

¿Qué podemos hacer, para detener el cambio climático y cuidar nuestro ecosistema nacional? ¿Cómo salvar las miles de especies animales y vegetales que desaparecen cada año? ¿Quién va alimentar los millones de personas que no tendrán que comer por el calentamiento de la Tierra? ¿Dónde vivirán quienes pierdan su hogar, con el incremento del nivel del mar? Nos preocupamos por cosas importantes, pero no trascendentes. Vida y muerte son trascendentes, una nos arroja al mundo, la otra nos saca de él y parece que en ese tránsito,el hombre no cambia, abusa del hombre, le paga sueldos de miseria, agota sus recursos naturales, lastima a hombres, mujeres y niños, ejecuta guerras con miles de muertos y millones de damnificados, daña su tierra, su país, al mundo y no le importa dejar sin oportunidades de vida digna a sus vecinos, es egoísta, abusivo, tirano, no desea arrepentirse. Pareciera que el ser humano, se considera eterno y cuando le toca morir, llora, tal vez, se arrepiente, pero sólo al final, cuando nada puede hacer, para proteger el lugar en que vivió y a quienes lo acompañaron. Quizá, eso nos vino a enseñar Jesucristo, y aun no lo escuchamos.