/ sábado 1 de agosto de 2020

Resignificado de los DDHH | El pañuelo verde y el derecho a la dignidad


“La tinta verde crea jardines, selvas, prados, follajes donde cantan las letras, palabras que son árboles, frases que son verdes constelaciones”. – Octavio Paz

Ese verde revelado a través de la poesía de Paz, tiñe hoy una gran ola que simboliza acción y resistencia a favor de los derechos de las mujeres; solteras, casadas, madres, profesionistas, trabajadoras, estudiantes de todas las edades y circunstancias, empuñan en sus manos y portan en el pecho pañuelos verdes mientras alzan la voz y se echan a andar sumándose al movimiento social que aboga por su derecho a la dignidad y a decidir sobre su cuerpo. Ellas no están solas.

Ese verde que encarna esperanza, desafío y lucha por el cambio en aras del respeto, mueve a la sororidad y llama a la acción solidaria de todas y todos; los colectivos, las organizaciones de la sociedad civil, todas las instituciones de la sociedad y cada una de las personas que la integran, han de volver la mirada y el corazón hacia este movimiento, que busca la conquista del derecho a la protección de la salud y de la vida de las mujeres con la interrupción legal del embarazo.

Justamente en esta semana, la sociedad organizada y la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, cerramos filas y nos pronunciamos para que la LX Legislatura local, entre otros temas de derechos humanos, apruebe la interrupción legal del embarazo como la vía para eliminar la criminalización de las mujeres por tomar una decisión íntima, personalísima sobre su vida y su cuerpo, en condiciones dignas, higiénicas y seguras, fuera de la clandestinidad que las condena y, sí, digámoslo: las está matando.

La discusión no es a favor o en contra del aborto en sí, sino de una decisión legislativa que dará cauce a la decisión informada, consciente y exclusiva de cada mujer en su propia circunstancia de vida. Se trata de legislar para acabar con una práctica que, en las penumbras de la clandestinidad, genera muerte, discapacidad, desigualdad e injusticia; se trata de garantizar el derecho a la salud reproductiva de las mujeres, para darles el poder de decidir y realizar un proyecto de vida. La maternidad es una elección que ya ampara la Constitución federal.

Respetemos esa libertad de las mujeres, garantizándola con un marco normativo que responda a la realidad social, sin prejuicios ni estereotipos, esos mismos que generan otras formas de violencia, incluso la más atroz: el feminicidio.

Hace más de medio siglo Mao Tse-Tung dijo que “las mujeres sostienen la mitad del cielo, porque con la otra mano sostienen la mitad del mundo”, describiendo así ese poder que tienen, que les corresponde y que a todos nos ampara. Abramos camino, llegó el momento de sumarnos a la marea verde, ese verde ondeante que llama a nuestra propia humanidad para que el mundo siga adelante.

Con la mano en alto y el pañuelo ondeando, digamos sí a los derechos de las mujeres en el Estado de México.

Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México

FB y TW: @JorgeOlveraG


“La tinta verde crea jardines, selvas, prados, follajes donde cantan las letras, palabras que son árboles, frases que son verdes constelaciones”. – Octavio Paz

Ese verde revelado a través de la poesía de Paz, tiñe hoy una gran ola que simboliza acción y resistencia a favor de los derechos de las mujeres; solteras, casadas, madres, profesionistas, trabajadoras, estudiantes de todas las edades y circunstancias, empuñan en sus manos y portan en el pecho pañuelos verdes mientras alzan la voz y se echan a andar sumándose al movimiento social que aboga por su derecho a la dignidad y a decidir sobre su cuerpo. Ellas no están solas.

Ese verde que encarna esperanza, desafío y lucha por el cambio en aras del respeto, mueve a la sororidad y llama a la acción solidaria de todas y todos; los colectivos, las organizaciones de la sociedad civil, todas las instituciones de la sociedad y cada una de las personas que la integran, han de volver la mirada y el corazón hacia este movimiento, que busca la conquista del derecho a la protección de la salud y de la vida de las mujeres con la interrupción legal del embarazo.

Justamente en esta semana, la sociedad organizada y la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, cerramos filas y nos pronunciamos para que la LX Legislatura local, entre otros temas de derechos humanos, apruebe la interrupción legal del embarazo como la vía para eliminar la criminalización de las mujeres por tomar una decisión íntima, personalísima sobre su vida y su cuerpo, en condiciones dignas, higiénicas y seguras, fuera de la clandestinidad que las condena y, sí, digámoslo: las está matando.

La discusión no es a favor o en contra del aborto en sí, sino de una decisión legislativa que dará cauce a la decisión informada, consciente y exclusiva de cada mujer en su propia circunstancia de vida. Se trata de legislar para acabar con una práctica que, en las penumbras de la clandestinidad, genera muerte, discapacidad, desigualdad e injusticia; se trata de garantizar el derecho a la salud reproductiva de las mujeres, para darles el poder de decidir y realizar un proyecto de vida. La maternidad es una elección que ya ampara la Constitución federal.

Respetemos esa libertad de las mujeres, garantizándola con un marco normativo que responda a la realidad social, sin prejuicios ni estereotipos, esos mismos que generan otras formas de violencia, incluso la más atroz: el feminicidio.

Hace más de medio siglo Mao Tse-Tung dijo que “las mujeres sostienen la mitad del cielo, porque con la otra mano sostienen la mitad del mundo”, describiendo así ese poder que tienen, que les corresponde y que a todos nos ampara. Abramos camino, llegó el momento de sumarnos a la marea verde, ese verde ondeante que llama a nuestra propia humanidad para que el mundo siga adelante.

Con la mano en alto y el pañuelo ondeando, digamos sí a los derechos de las mujeres en el Estado de México.

Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México

FB y TW: @JorgeOlveraG

ÚLTIMASCOLUMNAS