/ domingo 20 de junio de 2021

Resignificado de los DDHH | Paternidad Activa vs. viejos roles

Creo que la paternidad es primordialmente un vínculo surgido de la relación del padre con su hijo o hija, que va de lo biológico (si es el caso) a lo emocional, pasando por las implicadas e ineludibles responsabilidades morales, sociales y legales.

Los padres tienen un papel trascendental en el cuidado y crianza de las y los hijos; más que una función biológica, es una etapa de la vida en la que hay aprendizaje y crecimiento personal, de ahí la importancia de resignificarla deconstruyendo los roles que han hecho del padre una figura dominante, autoritaria, lejana y abusiva, basada en el magnificado papel de proveedor económico que, al final, tampoco es el más trascendente para la vida familiar.

Desde el enfoque de derechos humanos, las niñas y los niños deben ser procurados y protegidos por sus padres, y el artículo 18 de la Convención sobre los Derechos del Niño establece que: “...ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del niño o la niña”.

Así, el padre tiene derecho a participar equitativamente como agente activo en el cuidado y crianza de sus hijas o hijos, no como “ayudante” de la madre, ya que posee la capacidad y las habilidades para tomar la batuta en actividades de alimentación, cuidado y educación, amén del instinto de protección y la natural inclinación afectiva.

Además, el padre sabe educar con cariño; ya lo escribió Neruda, padre: “sentimientos nobles te cubren… Caballero noble y parco, me enseñaste a luchar. Aspirando siempre a lo más alto y a mis sueños no renunciar.”

Por eso debemos celebrar que en el Estado de México se haya ampliado la licencia de paternidad a 45 días, un derecho que hoy es disfrutado por muchos padres para estar con sus hijas o hijos recién nacidos y establecer ese fuerte vínculo que habrá de manifestarse en cuidado y protección, amor incondicional, escucha activa y palabras de aliento para toda la vida.

Una paternidad activa impulsa nuevas masculinidades y la equidad de género; coadyuva al desarrollo personal y profesional de la madre y permite la transformación en pos de la felicidad familiar.

En este 20 de junio, deseo feliz día a los padres que respetan, aman y enseñan a sus hijos e hijas a ser libres, a buscar la felicidad y a esforzarse para alcanzar sus sueños.

_______________________________________

Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México

Facebook y Twitter: @JorgeOlveraG


Creo que la paternidad es primordialmente un vínculo surgido de la relación del padre con su hijo o hija, que va de lo biológico (si es el caso) a lo emocional, pasando por las implicadas e ineludibles responsabilidades morales, sociales y legales.

Los padres tienen un papel trascendental en el cuidado y crianza de las y los hijos; más que una función biológica, es una etapa de la vida en la que hay aprendizaje y crecimiento personal, de ahí la importancia de resignificarla deconstruyendo los roles que han hecho del padre una figura dominante, autoritaria, lejana y abusiva, basada en el magnificado papel de proveedor económico que, al final, tampoco es el más trascendente para la vida familiar.

Desde el enfoque de derechos humanos, las niñas y los niños deben ser procurados y protegidos por sus padres, y el artículo 18 de la Convención sobre los Derechos del Niño establece que: “...ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del niño o la niña”.

Así, el padre tiene derecho a participar equitativamente como agente activo en el cuidado y crianza de sus hijas o hijos, no como “ayudante” de la madre, ya que posee la capacidad y las habilidades para tomar la batuta en actividades de alimentación, cuidado y educación, amén del instinto de protección y la natural inclinación afectiva.

Además, el padre sabe educar con cariño; ya lo escribió Neruda, padre: “sentimientos nobles te cubren… Caballero noble y parco, me enseñaste a luchar. Aspirando siempre a lo más alto y a mis sueños no renunciar.”

Por eso debemos celebrar que en el Estado de México se haya ampliado la licencia de paternidad a 45 días, un derecho que hoy es disfrutado por muchos padres para estar con sus hijas o hijos recién nacidos y establecer ese fuerte vínculo que habrá de manifestarse en cuidado y protección, amor incondicional, escucha activa y palabras de aliento para toda la vida.

Una paternidad activa impulsa nuevas masculinidades y la equidad de género; coadyuva al desarrollo personal y profesional de la madre y permite la transformación en pos de la felicidad familiar.

En este 20 de junio, deseo feliz día a los padres que respetan, aman y enseñan a sus hijos e hijas a ser libres, a buscar la felicidad y a esforzarse para alcanzar sus sueños.

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Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México

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