/ miércoles 12 de septiembre de 2018

Subrayando


Nueva prostitución a la mujer

La que se presenta en política electoral, en el caso de las mujeres que habiendo ganado por el voto en las elecciones un cargo de representación popular como diputadas o regidoras han renunciado para que un hombre ocupe su lugar. Acto que considera a la mujer más que un objeto manipulable, hace que la mujer se vuelva mercenaria.

No sólo se trata de un delito de violencia electoral, se trata de algo peor, de prostitución electoral, ¿que quién es culpable?, los intereses, la corrupción, la ambición de poder, la falta de autoestima, el menosprecio a la tarea y a la dignidad política, la ignorancia de todo lo que ha pasado en nuestro país para que las mujeres en la actualidad tengan acceso a una oportunidad.

Qué vergüenza, qué decepción, qué lástima, qué desperdicio de inteligencia, de tiempo, de creatividad, de trabajo, de valentía. Pareciera que no ha servido para nada la lucha de miles de mujeres mexicanas para avanzar, para que se reconocieran los derechos humanos y políticos de la mujer. No ha cambiado nada desde hace siglos, sólo apariencias.

¿De qué sirve haber logrado el voto para la mujer?, ¿de qué sirve haber logrado el 50% de candidaturas para la mujer?, ¿de qué sirve tener más mujeres en cargos de poder si no tienen el poder?, ¿de qué sirven los avances tecnológicos, económicos?, si culturalmente estamos atrasados en relación con el respeto igualitario al ser humano.

Algo se tiene que hacer para que esta deplorable acción de simulación no se repita, porque lo que hasta ahora se ha hecho sólo ha servido para aumentar la violencia, para aparentar reconocimiento igualitario, para alejar de la política a mujeres que sólo ven la farsa y no la oportunidad de aportar todo su gran potencial humano, académico, político, social.

Hoy también hago un reconocimiento a las miles de mujeres mexicanas que entregaron y entregan su valor y su vida en la lucha por los derechos de las mujeres de todas las épocas, y que seguramente ahora se unen a este reclamo por el derecho humano de la mujer, a ser respetadas, a respetarse. Y a eliminar este delito: la prostitución electoral.


Nueva prostitución a la mujer

La que se presenta en política electoral, en el caso de las mujeres que habiendo ganado por el voto en las elecciones un cargo de representación popular como diputadas o regidoras han renunciado para que un hombre ocupe su lugar. Acto que considera a la mujer más que un objeto manipulable, hace que la mujer se vuelva mercenaria.

No sólo se trata de un delito de violencia electoral, se trata de algo peor, de prostitución electoral, ¿que quién es culpable?, los intereses, la corrupción, la ambición de poder, la falta de autoestima, el menosprecio a la tarea y a la dignidad política, la ignorancia de todo lo que ha pasado en nuestro país para que las mujeres en la actualidad tengan acceso a una oportunidad.

Qué vergüenza, qué decepción, qué lástima, qué desperdicio de inteligencia, de tiempo, de creatividad, de trabajo, de valentía. Pareciera que no ha servido para nada la lucha de miles de mujeres mexicanas para avanzar, para que se reconocieran los derechos humanos y políticos de la mujer. No ha cambiado nada desde hace siglos, sólo apariencias.

¿De qué sirve haber logrado el voto para la mujer?, ¿de qué sirve haber logrado el 50% de candidaturas para la mujer?, ¿de qué sirve tener más mujeres en cargos de poder si no tienen el poder?, ¿de qué sirven los avances tecnológicos, económicos?, si culturalmente estamos atrasados en relación con el respeto igualitario al ser humano.

Algo se tiene que hacer para que esta deplorable acción de simulación no se repita, porque lo que hasta ahora se ha hecho sólo ha servido para aumentar la violencia, para aparentar reconocimiento igualitario, para alejar de la política a mujeres que sólo ven la farsa y no la oportunidad de aportar todo su gran potencial humano, académico, político, social.

Hoy también hago un reconocimiento a las miles de mujeres mexicanas que entregaron y entregan su valor y su vida en la lucha por los derechos de las mujeres de todas las épocas, y que seguramente ahora se unen a este reclamo por el derecho humano de la mujer, a ser respetadas, a respetarse. Y a eliminar este delito: la prostitución electoral.