/ miércoles 5 de diciembre de 2018

Subrayando


El beneficio de la duda

Ojalá, le vaya bien a México, ojala le vaya bien a todos los mexicanos, ojala le vaya bien al presidente. Es lo que está ahora en el pensamiento ciudadano mayoritario, y que también se escucha decir.

Con la esperanza, con la popularidad, con la alegría y emoción reflejada, después de años de tenaz lucha por la presidencia, llega el recién presidente de México a protestar ante el Congreso de la Unión, y a manifestar sus compromisos ante la nación.

Fueron muchas las expectativas generadas, son muchas las cosas que hacer o dejar de hacer por los del gobierno, y todos los mexicanos. Cada sector, cada ciudadano con cuidado escuchó alguna respuesta a su problema en los compromisos señalados el día 1 de diciembre. Y con esperanza otorga el beneficio de la duda.

La población más vulnerable, recibe toda la atención y la mayoría de los compromisos presidenciales, y en eso muy pocos no estarán de acuerdo. Pero existen otros mexicanos que son muchos, pero muchos que forman la clase media, mujeres y hombres que trabajan, y trabajan mucho para lograr vivir moderadamente y para dar mejor calidad de vida a su familia.

Sujetos a las leyes como todos los ciudadanos, les dicen "los contribuyentes cautivos”, porque son los primeros en cumplir las obligaciones de seguridad social, las obligaciones hacendarias. Para esta clase media no existen en general apoyos específicos, sólo obligaciones. Y como mexicanos deben siempre ser considerados en todo proyecto de gobierno.

Lo mismo a los ayuntamientos, los presidentes municipales son para la población, hasta de los rincones más apartados de México las autoridades más cercanas, son la máxima autoridad (unos para bien otros para mal), pero la Constitución así lo señala y necesitan apoyo de todo tipo, considerándolos en los programas federales y estatales para ayudarlos o aplicarles la ley en caso de desviación.

Hay tanto que hacer por México, que todos y cada uno de los ciudadanos tiene su propia tarea, todos tenemos responsabilidades que cumplir, sin pretextos, sin distingos, en unidad, porque si así se hiciera, no hay duda de que a todos los mexicanos nos va a ir mejor.


El beneficio de la duda

Ojalá, le vaya bien a México, ojala le vaya bien a todos los mexicanos, ojala le vaya bien al presidente. Es lo que está ahora en el pensamiento ciudadano mayoritario, y que también se escucha decir.

Con la esperanza, con la popularidad, con la alegría y emoción reflejada, después de años de tenaz lucha por la presidencia, llega el recién presidente de México a protestar ante el Congreso de la Unión, y a manifestar sus compromisos ante la nación.

Fueron muchas las expectativas generadas, son muchas las cosas que hacer o dejar de hacer por los del gobierno, y todos los mexicanos. Cada sector, cada ciudadano con cuidado escuchó alguna respuesta a su problema en los compromisos señalados el día 1 de diciembre. Y con esperanza otorga el beneficio de la duda.

La población más vulnerable, recibe toda la atención y la mayoría de los compromisos presidenciales, y en eso muy pocos no estarán de acuerdo. Pero existen otros mexicanos que son muchos, pero muchos que forman la clase media, mujeres y hombres que trabajan, y trabajan mucho para lograr vivir moderadamente y para dar mejor calidad de vida a su familia.

Sujetos a las leyes como todos los ciudadanos, les dicen "los contribuyentes cautivos”, porque son los primeros en cumplir las obligaciones de seguridad social, las obligaciones hacendarias. Para esta clase media no existen en general apoyos específicos, sólo obligaciones. Y como mexicanos deben siempre ser considerados en todo proyecto de gobierno.

Lo mismo a los ayuntamientos, los presidentes municipales son para la población, hasta de los rincones más apartados de México las autoridades más cercanas, son la máxima autoridad (unos para bien otros para mal), pero la Constitución así lo señala y necesitan apoyo de todo tipo, considerándolos en los programas federales y estatales para ayudarlos o aplicarles la ley en caso de desviación.

Hay tanto que hacer por México, que todos y cada uno de los ciudadanos tiene su propia tarea, todos tenemos responsabilidades que cumplir, sin pretextos, sin distingos, en unidad, porque si así se hiciera, no hay duda de que a todos los mexicanos nos va a ir mejor.