/ miércoles 10 de julio de 2019

Subrayando


Vida digna, sin dolor

Hace unos días se conoció la buena noticia de que a nivel constitucional se incorporaría en la Ley como derecho de los mexicanos los cuidados paliativos y la utilización de medicamentos controlados para enfermos terminales, para ello el Senado de la República puso mucha atención y la mayoría de senadores estuvieron de acuerdo.

Se recogía de esa forma una situación muy difícil que viven muchos mexicanos y que desgraciadamente se ha agravado. Según los datos que proporciona el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad deMiami, el Instituto Nacional de Salud Pública y el programa deUniversalidad y Competitividad en salud de la Fundación Mexicana para la Salud; México va en retroceso en la compra de morfina, según la información, “se ha registrado menos necesidad que antes(2015)”.

No existe justificación alguna que sea confiable, ni válida, sobretodo para los miles de pacientes que sufren dolores inaguantables, dolores que no tienen otro recurso para atenuarse que los derivados de la morfina, o directamente esta sustancia.

Las excusas que presentan y se manifiestan en el sector público son entre otras que “el fármaco es muy caro”, según los investigadores de los institutos antes mencionados es que México compra 30 veces más caro la morfina que otras naciones, “está pagando muchísimo más que los mejores precios internacionales porque compra presentaciones que son muy costosas”.

Otra de las razones o justificaciones que dan los investigadores, es la negligencia médica. Al conocer esto me acordé de una visita que hizo el Dr. Jesús Kumate (en ese entonces, 1998 era secretario de Salud, y reconocido mundialmente por sus amplios conocimientos), a un hospital en donde había un paciente con intensos dolores y preguntó¿por qué no le calman el dolo?, la respuesta fue desafortunada, “ya se va a morir y tenemos poca morfina”, la consecuencia del evento fue despedir al médico que así contestó e instalar en los hospitales las llamadas “Clínicas del Dolor”, lugares específicos con especialistas en la materia para atender a pacientes con dolor, clínicas que hasta la fecha existen.

El tener o no tener medicamentos en los hospitales, sobre todo calmantes del dolor, no es cosa intrascendente, ni menor, es muy importante, tan importante que de nada sirven las obras y los programas de bienestar si no se tiene una vida o una muerte digna y sin dolor.

Ojalá se ponga más atención, se corrijan “las fallas” públicas y se tenga no sólo la morfina para calmar el sufrimiento de enfermos.Sino también se tengan actitudes menos negligentes y más comprensivas para los que están sufriendo. Porque aunque es básica e importante la ley, hay que cuidar y apoyar su aplicación.(S)


Vida digna, sin dolor

Hace unos días se conoció la buena noticia de que a nivel constitucional se incorporaría en la Ley como derecho de los mexicanos los cuidados paliativos y la utilización de medicamentos controlados para enfermos terminales, para ello el Senado de la República puso mucha atención y la mayoría de senadores estuvieron de acuerdo.

Se recogía de esa forma una situación muy difícil que viven muchos mexicanos y que desgraciadamente se ha agravado. Según los datos que proporciona el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad deMiami, el Instituto Nacional de Salud Pública y el programa deUniversalidad y Competitividad en salud de la Fundación Mexicana para la Salud; México va en retroceso en la compra de morfina, según la información, “se ha registrado menos necesidad que antes(2015)”.

No existe justificación alguna que sea confiable, ni válida, sobretodo para los miles de pacientes que sufren dolores inaguantables, dolores que no tienen otro recurso para atenuarse que los derivados de la morfina, o directamente esta sustancia.

Las excusas que presentan y se manifiestan en el sector público son entre otras que “el fármaco es muy caro”, según los investigadores de los institutos antes mencionados es que México compra 30 veces más caro la morfina que otras naciones, “está pagando muchísimo más que los mejores precios internacionales porque compra presentaciones que son muy costosas”.

Otra de las razones o justificaciones que dan los investigadores, es la negligencia médica. Al conocer esto me acordé de una visita que hizo el Dr. Jesús Kumate (en ese entonces, 1998 era secretario de Salud, y reconocido mundialmente por sus amplios conocimientos), a un hospital en donde había un paciente con intensos dolores y preguntó¿por qué no le calman el dolo?, la respuesta fue desafortunada, “ya se va a morir y tenemos poca morfina”, la consecuencia del evento fue despedir al médico que así contestó e instalar en los hospitales las llamadas “Clínicas del Dolor”, lugares específicos con especialistas en la materia para atender a pacientes con dolor, clínicas que hasta la fecha existen.

El tener o no tener medicamentos en los hospitales, sobre todo calmantes del dolor, no es cosa intrascendente, ni menor, es muy importante, tan importante que de nada sirven las obras y los programas de bienestar si no se tiene una vida o una muerte digna y sin dolor.

Ojalá se ponga más atención, se corrijan “las fallas” públicas y se tenga no sólo la morfina para calmar el sufrimiento de enfermos.Sino también se tengan actitudes menos negligentes y más comprensivas para los que están sufriendo. Porque aunque es básica e importante la ley, hay que cuidar y apoyar su aplicación.(S)