/ jueves 9 de abril de 2020

Subrayando | Después del mensaje del marzo de 1938

El 18 de marzo de 1938 el entonces presidente Lázaro Cárdenas pronuncio un mensaje a través de la radio para todo el pueblo de México, en el anunciaba la expropiación de todos los bienes materiales de las 16 compañías petroleras que se negaban a acatar las leyes mexicanas.

A principio de 1938, los trabajadores petroleros habían comenzado una serie de movilizaciones, exigiendo mejores sueldos, jornadas de trabajo y mejores tratos. Las compañías extranjeras que se beneficiaban del petróleo mexicano, ni siquiera oyeron a los trabajadores, menos atendieron sus demandas, y además se insubordinaron ante el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Todo eso, fue sumándose a la decisión gubernamental de decretar la expropiación petrolera, anunciándose el 18 de marzo de 1938, Ese día los integrantes del Gabinete Gubernamental, los lideres de los sindicatos, especialmente el sindicato petrolero, fueron convocados a Palacio Nacional para acompañar al presidente Cárdenas, desde luego ahí se encontraban quienes eran sus más cercanos colaboradores.

Uno de ellos fue quien me platico hace algunos años, lo que sucedió después del anuncio radiofónico. Don. Raúl Castellano, quien era mi compañero Senador de la Republica en la LII- LIII Legislatura. Don Raúl era un señor muy serio y discreto, pero lleno de conocimientos y, sobre todo, vivencias de esa época de la política mexicana, pues había sido uno de los secretarios particulares del General Lázaro Cárdenas.

Precisamente, me contaba,” Estaba yo atrás del presidente cuando este hizo el anuncio de la expropiación””, hay fotos oficiales en donde estoy atento a lo que se le ofreciera a l presidente”, me seguía diciendo.

“Pero hay algo que quiero contarte especialmente, El Presidente después del importante anuncio radiofónico, y de despedir a la mayoría de los asistentes, fue a su oficina en Palacio, me mando llamar y me dijo, Quiero que me acompañes, nada más tú, a Toluca, vamos al Nevado, le conteste, pero Señor hay muchos asuntos pendientes. Sin embargo, la orden era precisa.

Así es que dispuse el coche, y salimos rumbo el Nevado de Toluca, llegamos hasta las lagunas del sol y de la Luna, que es la más grande y ahí el presidente se metió en el agua helada del volcán”.

Al salir me dijo” Raúl, solo así se me quitaban los nervios después de haber hecho anuncio tan importante, ya comprendiste la insistencia de venir aquí”.

El 18 de marzo de 1938 el entonces presidente Lázaro Cárdenas pronuncio un mensaje a través de la radio para todo el pueblo de México, en el anunciaba la expropiación de todos los bienes materiales de las 16 compañías petroleras que se negaban a acatar las leyes mexicanas.

A principio de 1938, los trabajadores petroleros habían comenzado una serie de movilizaciones, exigiendo mejores sueldos, jornadas de trabajo y mejores tratos. Las compañías extranjeras que se beneficiaban del petróleo mexicano, ni siquiera oyeron a los trabajadores, menos atendieron sus demandas, y además se insubordinaron ante el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Todo eso, fue sumándose a la decisión gubernamental de decretar la expropiación petrolera, anunciándose el 18 de marzo de 1938, Ese día los integrantes del Gabinete Gubernamental, los lideres de los sindicatos, especialmente el sindicato petrolero, fueron convocados a Palacio Nacional para acompañar al presidente Cárdenas, desde luego ahí se encontraban quienes eran sus más cercanos colaboradores.

Uno de ellos fue quien me platico hace algunos años, lo que sucedió después del anuncio radiofónico. Don. Raúl Castellano, quien era mi compañero Senador de la Republica en la LII- LIII Legislatura. Don Raúl era un señor muy serio y discreto, pero lleno de conocimientos y, sobre todo, vivencias de esa época de la política mexicana, pues había sido uno de los secretarios particulares del General Lázaro Cárdenas.

Precisamente, me contaba,” Estaba yo atrás del presidente cuando este hizo el anuncio de la expropiación””, hay fotos oficiales en donde estoy atento a lo que se le ofreciera a l presidente”, me seguía diciendo.

“Pero hay algo que quiero contarte especialmente, El Presidente después del importante anuncio radiofónico, y de despedir a la mayoría de los asistentes, fue a su oficina en Palacio, me mando llamar y me dijo, Quiero que me acompañes, nada más tú, a Toluca, vamos al Nevado, le conteste, pero Señor hay muchos asuntos pendientes. Sin embargo, la orden era precisa.

Así es que dispuse el coche, y salimos rumbo el Nevado de Toluca, llegamos hasta las lagunas del sol y de la Luna, que es la más grande y ahí el presidente se metió en el agua helada del volcán”.

Al salir me dijo” Raúl, solo así se me quitaban los nervios después de haber hecho anuncio tan importante, ya comprendiste la insistencia de venir aquí”.