La ciudad de México, unos años antes y durante el periodo presidencial de Benito Juárez padeció varias epidemias que hicieron padecer a los cerca de 200 mil habitantes, algunas de las cuales eran difíciles de terminar porque no había vacunas, ni medicamentos.
La viruela ocasiono cerca de 2,878 fallecimientos, (1838 -1840), y eso que a principios del siglo XIX, el doctor Balnis, por inoculación, aplicando pus de las pústulas de la viruela había salvado vidas.
El Cólera morbus también ocasiono la muerte de cerca de 9,619 personas (1850), las condiciones de insalubridad eran muy grandes y facilitaban el contagio. El tifo y la fiebre amarilla fueron epidemias difíciles, y ocasionaron según Manuel Orozco y Berra cerca de 6,629 muertes. (De 1839 a 1845)Aunque las enfermedades que en esa época provocaban la muerte eran la pulmonía, la hidropesía, la disentería, la tisis, entre otras.Llama la atención el número de hombres que perece en riñas.
Benito Juárez, emite un Decreto por el que se crea un Consejo de Salubridad, especifico, para atender la problemática de salubridad a nivel nacional dándole todo el apoyo a las recomendaciones y practicas sanitarias que indicaban médicos como el doctor Liceaga y otros reconocidos y eminentes doctores que formaban parte del Colegio Superior de Salubridad, dependiente de la Universidad
Juárez establece el Código de Leyes Sanitarias. Decreta la Secularización de los establecimientos de beneficencia, a partir de este Código, los ayuntamientos deberán hacerse cargo de implementar medidas de salubridad.
El Consejo de Salubridad, con el fin de homogenizar las medidas de salubridad, manda publicar folletos, que indican las prácticas en los hospitales y orienten a los médicos y personal de enfermería. Para orientar a la población en general.(Una gran mayoría no sabía leer ni escribir) se hace uso de otras medidas tales como los títeres en las ferias.
Se publicó una circular en donde se deberían cerrar los panteones de las parroquias y conventos, y no permitirse que ni en las iglesias ni en sus recintos se enterrase cadáver alguno. Los únicos panteones abiertos eran Sn. Fernando, Campo Florido, San. Diego, Sn, Antonio de las Huertas, Santa Paula y los Ángeles. Las autoridades vigilaran que se acate esta disposición.
