/ miércoles 17 de febrero de 2021

Subrayando | El Beneficio de la duda

El Plan Nacional de Vacunación dio inicio, y la vacuna se aplicó en los lugares más apartados del país,” los más marginados”, ante una serie de cuestionamientos e incertidumbre de la mayoría de la población mexicana.

Esperemos que el plan tenga asegurado el número de vacunas necesarias para aplicar a toda la población, y la confirmación de contar con ellas, también como se ha dicho, cuenta con los recursos necesarios, no solo para la compra, sino también para el almacenaje, la distribución y la aplicación.

Al inicio, cuando llegaron las primeras vacunas a México, todo fue optimismo, se presentó un esquema de vacunación, con prioridades. Serían los médicos y personal de salud de primera línea los primeros en vacunarse, y eso parecido lo mas adecuado, inclusive así se estaba haciendo en otros países.

Hasta ahora, no se sabe si este criterio se cumplió, ¿cuánto de este personal de salud se vacuno, ¿cuánto se quedó afuera?, ¿se vacunaron los médicos de las farmacias, a los que acude un buen numero de población?, ¿se vacunaron los dentistas, oculistas, que también están “cara a cara “con los pacientes?; ¿a los que se vacuno con la primera dosis, tienen la seguridad de que se les pondrá la segunda dosis del mismo laboratorio en tiempo y forma?

Pero no solo esos cuestionamientos existen, sino el desconcierto, cuando se decidió que, en esa primera etapa, se usarían algunas vacunas para aplicarlas a maestros de Campeche, aun cuando ya habían decidido estos que no regresarían a clases presenciales. O cuando México mandaría vacunas a países pobres.

Sin saber la respuesta clara, verídica, a los anteriores cuestionamientos, se inicia la etapa de aplicación de la vacuna a los adultos mayores, pero un nuevo criterio surge:” A los de las poblaciones rurales más alejadas”, una justificación fue que no tienen servicios de salud cercanos, no muy creíble pues en la Ciudad de México, los servicios de salud de las zonas rurales están muy cercanos. Las poblaciones seleccionadas en donde se aplica la vacuna, son en su mayoría, las que menos riesgo, menos contagiados, presentan, es más, algunos de sus habitantes ni siquiera están enterados del peligro del virus.

Sin embargo, en las poblaciones en donde se han presentado mayor número de enfermos, de contagiados, de muertos, en donde los hospitales casi están saturados, ahí no se sabe cuándo llegara la vacuna, y si todos los adultos mayores alcanzaran a tenerla, es decir ahora resulta que la clase media es una vez más la más afectada.

Hace falta tener más información verídica y oportuna, para evitar que crezca la incertidumbre y de mayor certeza, como: Conocer el número de vacunas disponibles, en qué fecha estarán en México, Que expertos, y del Consejo de Salubridad determinan los criterios para su distribución, cual es la estrategia logística aplicada más eficaz, para evitar la desconfianza sobre todo en esta época electoral y evitar dividir a los mexicanos y dar la seguridad de que todos serán vacunados.

El Plan Nacional de Vacunación dio inicio, y la vacuna se aplicó en los lugares más apartados del país,” los más marginados”, ante una serie de cuestionamientos e incertidumbre de la mayoría de la población mexicana.

Esperemos que el plan tenga asegurado el número de vacunas necesarias para aplicar a toda la población, y la confirmación de contar con ellas, también como se ha dicho, cuenta con los recursos necesarios, no solo para la compra, sino también para el almacenaje, la distribución y la aplicación.

Al inicio, cuando llegaron las primeras vacunas a México, todo fue optimismo, se presentó un esquema de vacunación, con prioridades. Serían los médicos y personal de salud de primera línea los primeros en vacunarse, y eso parecido lo mas adecuado, inclusive así se estaba haciendo en otros países.

Hasta ahora, no se sabe si este criterio se cumplió, ¿cuánto de este personal de salud se vacuno, ¿cuánto se quedó afuera?, ¿se vacunaron los médicos de las farmacias, a los que acude un buen numero de población?, ¿se vacunaron los dentistas, oculistas, que también están “cara a cara “con los pacientes?; ¿a los que se vacuno con la primera dosis, tienen la seguridad de que se les pondrá la segunda dosis del mismo laboratorio en tiempo y forma?

Pero no solo esos cuestionamientos existen, sino el desconcierto, cuando se decidió que, en esa primera etapa, se usarían algunas vacunas para aplicarlas a maestros de Campeche, aun cuando ya habían decidido estos que no regresarían a clases presenciales. O cuando México mandaría vacunas a países pobres.

Sin saber la respuesta clara, verídica, a los anteriores cuestionamientos, se inicia la etapa de aplicación de la vacuna a los adultos mayores, pero un nuevo criterio surge:” A los de las poblaciones rurales más alejadas”, una justificación fue que no tienen servicios de salud cercanos, no muy creíble pues en la Ciudad de México, los servicios de salud de las zonas rurales están muy cercanos. Las poblaciones seleccionadas en donde se aplica la vacuna, son en su mayoría, las que menos riesgo, menos contagiados, presentan, es más, algunos de sus habitantes ni siquiera están enterados del peligro del virus.

Sin embargo, en las poblaciones en donde se han presentado mayor número de enfermos, de contagiados, de muertos, en donde los hospitales casi están saturados, ahí no se sabe cuándo llegara la vacuna, y si todos los adultos mayores alcanzaran a tenerla, es decir ahora resulta que la clase media es una vez más la más afectada.

Hace falta tener más información verídica y oportuna, para evitar que crezca la incertidumbre y de mayor certeza, como: Conocer el número de vacunas disponibles, en qué fecha estarán en México, Que expertos, y del Consejo de Salubridad determinan los criterios para su distribución, cual es la estrategia logística aplicada más eficaz, para evitar la desconfianza sobre todo en esta época electoral y evitar dividir a los mexicanos y dar la seguridad de que todos serán vacunados.