/ jueves 29 de agosto de 2019

Subrayando / Faltan treinta y un años


Para cumplir una predicción científica, resultado de estudios e investigaciones realizadas por organismos internacionales (ONU), entre otros, que fue manifestada en la Conferencia Internacional de la Mujer celebrada en China.

Categórica afirmación que me llamó mucho la atención: “Hasta el año 2050 se logrará el reconocimiento igualitario de los derechos humanos de mujeres y hombres”, claro que casi nadie le dio importancia a tal afirmación, faltaban muchos años.

Pero los que afirmaban tal pronóstico no eran adivinos, ni pitonisas del oráculo de Delfos, ni era profecía del rey Salomón, ni de Nostradamus, ahí en esa reunión estaban los más serios estudiosos del tema.

Estaban interesados de casi todas las partes del mundo por el reconocimiento y respeto a los derechos humanos, preocupados porque más de la mitad de pobladores del mundo, todavía están clasificadas como seres humanos de segunda, siendo que cada vez más demuestran un gran potencial de inteligencia y su aportación es indispensable para el desarrollo de la humanidad.

Ha pasado el tiempo, millones de mujeres en todo el mundo luchan por conquistar espacios de poder en la toma de decisiones, por lograr avanzar en los espacios educativos, porque se reconozcan sus derechos. Se ha avanzado indiscutiblemente, no hay duda, pero también ha avanzado la misoginia, que muchas veces se refleja en violencia.

Violencia que aumenta el números de mujeres muertas, violentadas, humilladas, unas que denuncian valientemente y no les creen, otras que prefieren guardar en secreto la humillación y violencia sufrida, pero existe. ¿Cómo hacer para que se atienda realmente el problema?, la humanidad no puede esperar sin hacer nada, hombres y mujeres.

Para el 2050 falta todavía una generación de pobladores del mundo, y mientras hay que hacer algo inteligentemente, con estrategias realistas, en todos los rincones del quehacer humano, con la participación de todos los habitantes del planeta, desde el interior de la más sencilla casa, en la escuela, en el hábitat de cada hombre o mujer, formando hombres y mujeres respetuosos uno de otro, sin menosprecios. Porque no sólo los gobiernos, aplicadores de la justicia y de las leyes, tienen la responsabilidad, aunque ellos que tienen el poder tienen mayor quehacer, estableciendo políticas efectivas, desde la colocación de funcionarios o servidores públicos, con verificación de antecedentes de no violencia, hasta control de actitudes misóginas en la elaboración y aplicación de leyes, desterrando la impunidad que va siempre ligada a la corrupción.

Educación, formación, ejemplos de respeto desde las palabras hasta los hechos, en todo el medio que nos rodea y que va a rodear a las siguientes generaciones, ya no se puede alargar más la fecha, lo que se busca es acortarla para bien de todos, no sólo de las mujeres, pero se debe empezar desde ahora, y no perder el tiempo más.

QUIMICA / @yolandasenties / elisa_yol@hotmail.com


Para cumplir una predicción científica, resultado de estudios e investigaciones realizadas por organismos internacionales (ONU), entre otros, que fue manifestada en la Conferencia Internacional de la Mujer celebrada en China.

Categórica afirmación que me llamó mucho la atención: “Hasta el año 2050 se logrará el reconocimiento igualitario de los derechos humanos de mujeres y hombres”, claro que casi nadie le dio importancia a tal afirmación, faltaban muchos años.

Pero los que afirmaban tal pronóstico no eran adivinos, ni pitonisas del oráculo de Delfos, ni era profecía del rey Salomón, ni de Nostradamus, ahí en esa reunión estaban los más serios estudiosos del tema.

Estaban interesados de casi todas las partes del mundo por el reconocimiento y respeto a los derechos humanos, preocupados porque más de la mitad de pobladores del mundo, todavía están clasificadas como seres humanos de segunda, siendo que cada vez más demuestran un gran potencial de inteligencia y su aportación es indispensable para el desarrollo de la humanidad.

Ha pasado el tiempo, millones de mujeres en todo el mundo luchan por conquistar espacios de poder en la toma de decisiones, por lograr avanzar en los espacios educativos, porque se reconozcan sus derechos. Se ha avanzado indiscutiblemente, no hay duda, pero también ha avanzado la misoginia, que muchas veces se refleja en violencia.

Violencia que aumenta el números de mujeres muertas, violentadas, humilladas, unas que denuncian valientemente y no les creen, otras que prefieren guardar en secreto la humillación y violencia sufrida, pero existe. ¿Cómo hacer para que se atienda realmente el problema?, la humanidad no puede esperar sin hacer nada, hombres y mujeres.

Para el 2050 falta todavía una generación de pobladores del mundo, y mientras hay que hacer algo inteligentemente, con estrategias realistas, en todos los rincones del quehacer humano, con la participación de todos los habitantes del planeta, desde el interior de la más sencilla casa, en la escuela, en el hábitat de cada hombre o mujer, formando hombres y mujeres respetuosos uno de otro, sin menosprecios. Porque no sólo los gobiernos, aplicadores de la justicia y de las leyes, tienen la responsabilidad, aunque ellos que tienen el poder tienen mayor quehacer, estableciendo políticas efectivas, desde la colocación de funcionarios o servidores públicos, con verificación de antecedentes de no violencia, hasta control de actitudes misóginas en la elaboración y aplicación de leyes, desterrando la impunidad que va siempre ligada a la corrupción.

Educación, formación, ejemplos de respeto desde las palabras hasta los hechos, en todo el medio que nos rodea y que va a rodear a las siguientes generaciones, ya no se puede alargar más la fecha, lo que se busca es acortarla para bien de todos, no sólo de las mujeres, pero se debe empezar desde ahora, y no perder el tiempo más.

QUIMICA / @yolandasenties / elisa_yol@hotmail.com