A veces no se le da importancia al vecino, ni por las autoridades ni por el ciudadano, inclusive la palabra casi ni se usa en los discursos, ni en los programas de gobierno, pero el vecino es sin duda el núcleo el centro de cada colonia barrio o pueblo, pues comparte el mismo espacio territorial y social.
Muchas personas no conocen a sus vecinos, ni siquiera su nombre, algunas veces los han visto salir o entrar a sus casas, y en esos casos algunos ni siquiera se molestan en levantar la mano para saludar, mucho menos decir “hola, buenos días o tardes o noche”. La excusa a veces es” no quiero meterme en otras vidas”, o “no me importa “o”” no quiero tener problemas”.
Pero resulta que el vecino está sufriendo los mismos problemas, de falta de servicios, de seguridad, de cobros federales, estatales, municipales y todo lo demás. Cada colonias o barrios o pueblos que forman un municipio, tiene sus características específicas, sus edades igual que sus habitantes, los que inauguraron la casa o los negocios ya envejecieron, y la colonia también, llegan nuevos vecinos, los jóvenes hijos o nietos y la fisonomía cambia.
Pero cuando un vecino es conocido por su amabilidad, sus atenciones, su empeño en mejorar la colonia, el municipio y desgraciadamente se va o muere deja un vacío no solo para el vecindario sino para la ciudad. Tales son los casos recientes de vecinos que enferman por el nuevo virus.
La atención vecinal ahora tiene medios digitales muy útiles para fortalecer la comunicación, para hacerla más oportuna, para hacer sentir el apoyo vecinal en casos de inseguridad, de desastres naturales, de protección sanitaria, de avisos cívicos, sociales oportunos, en fin para otras múltiples cosas.
Darle importancia al vecino, respetarlo, colocarlo en un lugar principal, no solo es tarea de las autoridades en sus promesas y programas de acción, sino también es obligación de todo ciudadano para vivir mejor.
