/ jueves 5 de diciembre de 2019

Subrayando | "Las mitoteras"


Algunas personas califican así a las mujeres que asisten a las marchas feministas, califican así a valientes mujeres cansadas de la impotencia ante los graves problemas de inseguridad, de violencia, y sobre todo ante la impunidad.

En 10 años, de 2007 a 2017 según el monitoreo de Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC), se han contabilizado 124 movilizaciones tanto digitales como en las calles, principalmente en la ciudad de México, por casos, como el de tortura, acoso sexual, violación, desapariciones y feminicidios.

Las mujeres han roto el silencio, han levantado la voz, se han unido en todo el mundo, han dejado claro las razones de la protesta. La generación actual actúa de acuerdo al momento histórico que le toca vivir, pero a esas jóvenes, seguramente se les unen mujeres de anteriores generaciones a las que les tocó luchar para despertar la conciencia mundial de la importancia del respeto a los derechos humanos iguales de mujeres y hombres.

Todavía, las manifestaciones de las mujeres, son atacadas no sólo por las críticas, sino también las desvirtúan y tratan de presentarlas como un desastre, incorporando a mercenarios y mercenarias de intereses retrógrados, pero aun así la causa por la que se lucha sigue firme, el respeto y la valoración igualitaria de los derechos de la mujer y el hombre.

Las acciones de las mujeres que ahora y siempre han luchado, catalogadas como feministas, no son acciones frívolas, mezquinas, conservadoras, son expresiones de verdaderas decisiones de vida, que han requerido valor, reflexiones y acciones concretas, la mayoría difíciles.

Los movimientos actuales, las expresiones mundiales de la mujer, son manifestaciones de libertad no de libertinaje, de exigencia para terminar con la impunidad, como mal mayor, porque es la expresión de la complicidad, de la corrupción, de una cultura que no permite la igualdad.

Ya no se puede permitir retroceso en los avances. Se tiene que acabar con los pretextos, con las consideraciones de ver como natural, la vejación, la humillación, el maltrato a la mujer, al ser humano, en todos los medios. Acciones desde el hogar, ejemplos de padres respetuosos y madres valientes, con tratamiento igualitario a la niña y al niño, dejando el papel de víctima justificando maltratos conyugales.

Y el gobierno actuando no sólo para acabar con la inseguridad pública, sino con lo más grave, la impunidad, pues mientras esta exista, la mayoría de los programas contra la violencia serán inútiles

El proceso histórico para lograr el reconocimiento igualitario de los derechos humanos, está en el momento de manifestarse en las marchas, gritando abiertamente la necesidad de acabar con la violencia hacia la mujer.

EX DIPUTADA / @yolandasenties


Algunas personas califican así a las mujeres que asisten a las marchas feministas, califican así a valientes mujeres cansadas de la impotencia ante los graves problemas de inseguridad, de violencia, y sobre todo ante la impunidad.

En 10 años, de 2007 a 2017 según el monitoreo de Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC), se han contabilizado 124 movilizaciones tanto digitales como en las calles, principalmente en la ciudad de México, por casos, como el de tortura, acoso sexual, violación, desapariciones y feminicidios.

Las mujeres han roto el silencio, han levantado la voz, se han unido en todo el mundo, han dejado claro las razones de la protesta. La generación actual actúa de acuerdo al momento histórico que le toca vivir, pero a esas jóvenes, seguramente se les unen mujeres de anteriores generaciones a las que les tocó luchar para despertar la conciencia mundial de la importancia del respeto a los derechos humanos iguales de mujeres y hombres.

Todavía, las manifestaciones de las mujeres, son atacadas no sólo por las críticas, sino también las desvirtúan y tratan de presentarlas como un desastre, incorporando a mercenarios y mercenarias de intereses retrógrados, pero aun así la causa por la que se lucha sigue firme, el respeto y la valoración igualitaria de los derechos de la mujer y el hombre.

Las acciones de las mujeres que ahora y siempre han luchado, catalogadas como feministas, no son acciones frívolas, mezquinas, conservadoras, son expresiones de verdaderas decisiones de vida, que han requerido valor, reflexiones y acciones concretas, la mayoría difíciles.

Los movimientos actuales, las expresiones mundiales de la mujer, son manifestaciones de libertad no de libertinaje, de exigencia para terminar con la impunidad, como mal mayor, porque es la expresión de la complicidad, de la corrupción, de una cultura que no permite la igualdad.

Ya no se puede permitir retroceso en los avances. Se tiene que acabar con los pretextos, con las consideraciones de ver como natural, la vejación, la humillación, el maltrato a la mujer, al ser humano, en todos los medios. Acciones desde el hogar, ejemplos de padres respetuosos y madres valientes, con tratamiento igualitario a la niña y al niño, dejando el papel de víctima justificando maltratos conyugales.

Y el gobierno actuando no sólo para acabar con la inseguridad pública, sino con lo más grave, la impunidad, pues mientras esta exista, la mayoría de los programas contra la violencia serán inútiles

El proceso histórico para lograr el reconocimiento igualitario de los derechos humanos, está en el momento de manifestarse en las marchas, gritando abiertamente la necesidad de acabar con la violencia hacia la mujer.

EX DIPUTADA / @yolandasenties