/ miércoles 11 de diciembre de 2019

Subrayando | Qué falta en las políticas contra la obesidad


Según la Encuesta Nacional de Salud 100k la obesidad aumentó en los últimos años, principalmente en niños y adolescentes, también aumentó en los adultos la obesidad abdominal, indicador de riesgo de diabetes.

Pero coincidentemente también aumentó la maternidad adolescente en localidades con menos de 100 mil habitantes, y en esas localidades disminuyó también, en la mayoría de ellas, la práctica de la lactancia materna.

Los expertos dicen “en México no se ha podido enfrentar el problema de la obesidad, de la mala alimentación”, seguimos haciendo mal las cosas, no hemos podido enfrentar de manera integral el problema porque al mismo tiempo que hay obesidad en las familias también hay desnutrición; siguen diciendo “hemos fallado en todo para reducir riesgos”.

Qué bueno que se admite el error, lo equivocado del diseño y de la instrumentación de las políticas públicas en materia de alimentación. Se le echa la culpa al mayor consumo de alimentos de bajo nivel nutricional, a la mercadotecnia de productos ricos en grasas, a que la mujer trabaja y deja sin comer a los hijos, a que las abuelas sólo atienden al nieto con refrescos y dulces, a que el papá no lleva suficientes recursos, a que sólo alcanza para lo que se llamó “pato al orange”, un gansito y un refresco.

Los hechos son que la política ha fallado, ha aumentado el número de obesos, desnutridos, anémicos, las enfermedades crónicas y el gasto del gobierno y de las familias para atender a la población no sólo la más pobre, a la población en general.

Sólo un detalle fundamental ha faltado en las políticas públicas, un detalle del que nadie habla ni se refiere, y si se atreven a tocarlo se menosprecia, se ignora, no se toma en cuenta, es un detalle muy pobre en comparación con las propuestas que atienden intereses y manejan recursos económicos que hasta la fecha parece se han tirado a la basura, pues los resultados son fatales.

No se ha tomado en cuenta lo más sencillo, lo que la naturaleza ofrece, lo que no tiene valor comercial, lo que ofrece la mejor alimentación, más segura, más sana, más saludable, más amorosa, que contiene todas las vacunas y nutrimentos que necesita el bebé y que le va ayudar a prevenir la obesidad, la diabetes. Es la lactancia materna.

Los ampulosos programas no la contemplan, aunque en el mundo entero las investigaciones cada día presenten beneficios. De los presupuestos en las políticas alimentarias, en los programas contra la pobreza, la obesidad, la desnutrición no existe nada, ni siquiera lo mínimo, y si se destina algo a la lactancia, a la instalación de salas de lactancia en los centros de trabajo, centros públicos, no falta que se transfiera para otro programa político prioritario.

Ojalá que los que reconocen la gran falla de la política alimentaria en el país también reconozcan y apoyen en la política pública y en el presupuesto la práctica de la lactancia materna para que el niño o niña desde que nace, sea pobre o rico, tenga la mejor nutrición y sea mejor mexicano.

@yolandasenties


Según la Encuesta Nacional de Salud 100k la obesidad aumentó en los últimos años, principalmente en niños y adolescentes, también aumentó en los adultos la obesidad abdominal, indicador de riesgo de diabetes.

Pero coincidentemente también aumentó la maternidad adolescente en localidades con menos de 100 mil habitantes, y en esas localidades disminuyó también, en la mayoría de ellas, la práctica de la lactancia materna.

Los expertos dicen “en México no se ha podido enfrentar el problema de la obesidad, de la mala alimentación”, seguimos haciendo mal las cosas, no hemos podido enfrentar de manera integral el problema porque al mismo tiempo que hay obesidad en las familias también hay desnutrición; siguen diciendo “hemos fallado en todo para reducir riesgos”.

Qué bueno que se admite el error, lo equivocado del diseño y de la instrumentación de las políticas públicas en materia de alimentación. Se le echa la culpa al mayor consumo de alimentos de bajo nivel nutricional, a la mercadotecnia de productos ricos en grasas, a que la mujer trabaja y deja sin comer a los hijos, a que las abuelas sólo atienden al nieto con refrescos y dulces, a que el papá no lleva suficientes recursos, a que sólo alcanza para lo que se llamó “pato al orange”, un gansito y un refresco.

Los hechos son que la política ha fallado, ha aumentado el número de obesos, desnutridos, anémicos, las enfermedades crónicas y el gasto del gobierno y de las familias para atender a la población no sólo la más pobre, a la población en general.

Sólo un detalle fundamental ha faltado en las políticas públicas, un detalle del que nadie habla ni se refiere, y si se atreven a tocarlo se menosprecia, se ignora, no se toma en cuenta, es un detalle muy pobre en comparación con las propuestas que atienden intereses y manejan recursos económicos que hasta la fecha parece se han tirado a la basura, pues los resultados son fatales.

No se ha tomado en cuenta lo más sencillo, lo que la naturaleza ofrece, lo que no tiene valor comercial, lo que ofrece la mejor alimentación, más segura, más sana, más saludable, más amorosa, que contiene todas las vacunas y nutrimentos que necesita el bebé y que le va ayudar a prevenir la obesidad, la diabetes. Es la lactancia materna.

Los ampulosos programas no la contemplan, aunque en el mundo entero las investigaciones cada día presenten beneficios. De los presupuestos en las políticas alimentarias, en los programas contra la pobreza, la obesidad, la desnutrición no existe nada, ni siquiera lo mínimo, y si se destina algo a la lactancia, a la instalación de salas de lactancia en los centros de trabajo, centros públicos, no falta que se transfiera para otro programa político prioritario.

Ojalá que los que reconocen la gran falla de la política alimentaria en el país también reconozcan y apoyen en la política pública y en el presupuesto la práctica de la lactancia materna para que el niño o niña desde que nace, sea pobre o rico, tenga la mejor nutrición y sea mejor mexicano.

@yolandasenties