/ lunes 21 de mayo de 2018

#TodoComunica


¿Por qué tan arriba?

Las tendencias de voto favorecen –hasta este momento- a uno de los cuatro contendientes en la elección presidencial, con diferencias entre el primero y el segundo de casi 20 puntos. Hasta en el mercado de apuestas el margen de ventaja es amplio. Los errores de 18 años y la estrategia de comunicación política podrían explicarlo.

El sitio “Oraculus. Todo Elecciones” ofrece el modelo de agregación de encuestas –llamado Poll of Polls- para seguir la intención de voto en la elección presidencial. Los datos indican la tendencia ascendente de Andrés Manuel López Obrador –desde junio de 2016-, a diferencia de Ricardo Anaya y José Antonio Meade.

“Lleva 18 años en campaña”, es la expresión más frecuente para explicar su ventaja. En contraparte, a los otros contendientes se les dice: “Ustedes han controlado el gobierno federal en ese mismo periodo”, refiriéndose al Partido Acción Nacional y el Partido Revolucionario Institucional. Han tenido la estructura y los recursos para “resolver” los problemas de México, pero los resultados positivos no se recuerdan.

La percepción que han generado las últimas tres administraciones federales no ha correspondido a la expectativa de la mayoría de los mexicanos. La confianza en las instituciones públicas y privadas del país ha descendido hasta colocarse en 5.9 de calificación promedio, en una escala de 10.

La razón de fondo por la que López Obrador tiene esa distancia de Anaya y Meade, es –desde mi perspectiva- por los errores en el ejercicio del gobierno, en el uso del poder.

La inseguridad -uno de los aspectos más sensibles- se ha “atendido” desde 2006 con “la guerra contra el narcotráfico”. Han “caído” los grandes capos de los 4 cárteles que existían en aquel año, pero se han intensificado la delincuencia y violencia, por la división de los grupos delictivos.

Por otra parte, la estrategia de comunicación política del candidato “oficial” ha sido fallida. Inició su posicionamiento abierto desde el 27 de noviembre del año pasado y apenas empezó a “mostrar entusiasmo”, diciendo que es el más “chingón” (como si esa expresión lo hiciera cercano a la mayoría de los mexicanos). Le crearon un perfil que no es congruente con su personalidad.

Han atacado al “Peje”, reafirmando que es el rival a vencer. Debieron “ignorarlo” y concentrarse en su objetivo. El intento más reciente para “bajarlo” es decir que está enfermo y no podrá gobernar, con lo que “lastimaron” a las personas de la tercera edad. Provocan más enojo.

El segundo debate de ayer, en Tijuana, quizá modifique tendencias y el inicio de las campañas locales podría generar la oportunidad -a los partidos de Anaya y Meade- de reconstruir su fuerza desde la base hacia arriba. Faltan 40 días… Nada está escrito.

@RJoyaC


¿Por qué tan arriba?

Las tendencias de voto favorecen –hasta este momento- a uno de los cuatro contendientes en la elección presidencial, con diferencias entre el primero y el segundo de casi 20 puntos. Hasta en el mercado de apuestas el margen de ventaja es amplio. Los errores de 18 años y la estrategia de comunicación política podrían explicarlo.

El sitio “Oraculus. Todo Elecciones” ofrece el modelo de agregación de encuestas –llamado Poll of Polls- para seguir la intención de voto en la elección presidencial. Los datos indican la tendencia ascendente de Andrés Manuel López Obrador –desde junio de 2016-, a diferencia de Ricardo Anaya y José Antonio Meade.

“Lleva 18 años en campaña”, es la expresión más frecuente para explicar su ventaja. En contraparte, a los otros contendientes se les dice: “Ustedes han controlado el gobierno federal en ese mismo periodo”, refiriéndose al Partido Acción Nacional y el Partido Revolucionario Institucional. Han tenido la estructura y los recursos para “resolver” los problemas de México, pero los resultados positivos no se recuerdan.

La percepción que han generado las últimas tres administraciones federales no ha correspondido a la expectativa de la mayoría de los mexicanos. La confianza en las instituciones públicas y privadas del país ha descendido hasta colocarse en 5.9 de calificación promedio, en una escala de 10.

La razón de fondo por la que López Obrador tiene esa distancia de Anaya y Meade, es –desde mi perspectiva- por los errores en el ejercicio del gobierno, en el uso del poder.

La inseguridad -uno de los aspectos más sensibles- se ha “atendido” desde 2006 con “la guerra contra el narcotráfico”. Han “caído” los grandes capos de los 4 cárteles que existían en aquel año, pero se han intensificado la delincuencia y violencia, por la división de los grupos delictivos.

Por otra parte, la estrategia de comunicación política del candidato “oficial” ha sido fallida. Inició su posicionamiento abierto desde el 27 de noviembre del año pasado y apenas empezó a “mostrar entusiasmo”, diciendo que es el más “chingón” (como si esa expresión lo hiciera cercano a la mayoría de los mexicanos). Le crearon un perfil que no es congruente con su personalidad.

Han atacado al “Peje”, reafirmando que es el rival a vencer. Debieron “ignorarlo” y concentrarse en su objetivo. El intento más reciente para “bajarlo” es decir que está enfermo y no podrá gobernar, con lo que “lastimaron” a las personas de la tercera edad. Provocan más enojo.

El segundo debate de ayer, en Tijuana, quizá modifique tendencias y el inicio de las campañas locales podría generar la oportunidad -a los partidos de Anaya y Meade- de reconstruir su fuerza desde la base hacia arriba. Faltan 40 días… Nada está escrito.

@RJoyaC