/ lunes 11 de junio de 2018

#TodoComunica


¿Y si fallan las encuestas?

¿Qué sucederá si las encuestas no se cumplen? ¿Qué pasará si Andrés Manuel López Obrador no gana la Presidencia de la República, tal como lo han proyectado los estudios de opinión? ¿Los ciudadanos creeremos el resultado? ¿Las instituciones electorales tienen la confianza suficiente para que su fallo sea confiable para los mexicanos?

La idea de que ese triunfo es irreversible se ha generalizado. En ello las encuestas han jugado un papel protagónico, al generar la percepción de que habrá un cambio de régimen.

“Es todo un fenómeno (…) desde hace año y medio se le nota relajado y hasta hace chistes en sus eventos”, me dijo un amigo periodista que desde hace 12 años sigue a López Obrador cuando visita el Estado de México.

“Cuando en Atlacomulco se reunieron 8 mil personas para verlo, pensé: esto ya está”, afirmó al explicarme que hace dos años, las reuniones ahí apenas eran con 40 o 100 personas. “Ahora fueron 8 mil”, insistió.

Por otra parte, se ha generado un ambiente de polarización provocado por las diferentes fuerzas políticas -de una o de otra forma-, lo que ha dividido familias, comunidades, municipios, entidades del país, y en nada contribuirá a resolver todo lo que debe atenderse.

La violencia se ha intensificado. En Piedras Negras, Coahuila, asesinaron a un candidato del PRI a diputado federal, al salir del debate. Este fin de semana, aparentemente seguidores de Morena provocaron y atacaron a simpatizantes del PRI y lesionaron a una mujer, en San Felipe del Progreso.

Lo complicado de ese escenario es que finalmente -gane quien gane- será necesaria la unidad del país para concretar su proyecto de gobierno y avanzar en la resolución de los problemas que actualmente enfrentamos.

Las recientes “pruebas” que “acreditan” las operaciones de lavado de dinero de Ricardo Anaya Cortés, de la Coalición “Por México al frente”, tienen como finalidad eliminarlo del segundo lugar, para que quienes lo apoyen, al verlo caer, decidan votar por José Antonio Meade, como fórmula para impedir el triunfo de AMLO. Este martes se realizará el último debate de los candidatos a la Presidencia y por ello colocar a Meade en la segunda posición es urgente para la estrategia del PRI. El tiempo se agota.

Y más allá de eso ¿Qué sucederá a partir del 2 de julio? ¿México será otro? ¿La corrupción habrá acabado? ¿La desigualdad se extinguirá? ¿Se mejorará la relación con Estados Unidos? ¿El Tratado de Libre Comercio de América del Norte tomará otro rumbo? ¿Donald Trump dejará de atacarnos? ¿Terminará la violencia? La respuesta a esas preguntas es obvia, pero los retos que el país tiene por delante son varios y complejos.

@RJoyaC


¿Y si fallan las encuestas?

¿Qué sucederá si las encuestas no se cumplen? ¿Qué pasará si Andrés Manuel López Obrador no gana la Presidencia de la República, tal como lo han proyectado los estudios de opinión? ¿Los ciudadanos creeremos el resultado? ¿Las instituciones electorales tienen la confianza suficiente para que su fallo sea confiable para los mexicanos?

La idea de que ese triunfo es irreversible se ha generalizado. En ello las encuestas han jugado un papel protagónico, al generar la percepción de que habrá un cambio de régimen.

“Es todo un fenómeno (…) desde hace año y medio se le nota relajado y hasta hace chistes en sus eventos”, me dijo un amigo periodista que desde hace 12 años sigue a López Obrador cuando visita el Estado de México.

“Cuando en Atlacomulco se reunieron 8 mil personas para verlo, pensé: esto ya está”, afirmó al explicarme que hace dos años, las reuniones ahí apenas eran con 40 o 100 personas. “Ahora fueron 8 mil”, insistió.

Por otra parte, se ha generado un ambiente de polarización provocado por las diferentes fuerzas políticas -de una o de otra forma-, lo que ha dividido familias, comunidades, municipios, entidades del país, y en nada contribuirá a resolver todo lo que debe atenderse.

La violencia se ha intensificado. En Piedras Negras, Coahuila, asesinaron a un candidato del PRI a diputado federal, al salir del debate. Este fin de semana, aparentemente seguidores de Morena provocaron y atacaron a simpatizantes del PRI y lesionaron a una mujer, en San Felipe del Progreso.

Lo complicado de ese escenario es que finalmente -gane quien gane- será necesaria la unidad del país para concretar su proyecto de gobierno y avanzar en la resolución de los problemas que actualmente enfrentamos.

Las recientes “pruebas” que “acreditan” las operaciones de lavado de dinero de Ricardo Anaya Cortés, de la Coalición “Por México al frente”, tienen como finalidad eliminarlo del segundo lugar, para que quienes lo apoyen, al verlo caer, decidan votar por José Antonio Meade, como fórmula para impedir el triunfo de AMLO. Este martes se realizará el último debate de los candidatos a la Presidencia y por ello colocar a Meade en la segunda posición es urgente para la estrategia del PRI. El tiempo se agota.

Y más allá de eso ¿Qué sucederá a partir del 2 de julio? ¿México será otro? ¿La corrupción habrá acabado? ¿La desigualdad se extinguirá? ¿Se mejorará la relación con Estados Unidos? ¿El Tratado de Libre Comercio de América del Norte tomará otro rumbo? ¿Donald Trump dejará de atacarnos? ¿Terminará la violencia? La respuesta a esas preguntas es obvia, pero los retos que el país tiene por delante son varios y complejos.

@RJoyaC