/ lunes 17 de junio de 2019

#TodoComunica


Escándalo y Reputación

En un entorno como el actual en el que existe la posibilidad de visibilizar cualquier hecho o expresión yen el que todos podemos ser prosumers (productores y consumidores de contenidos), es mayor el riesgo que enfrentan las figuras públicas–de cualquier ámbito- de verse expuestas a un escándalo.

“El escándalo es una amenaza permanentemente presente para aquellos que han consagrado sus carreras a la obtención del poder y al logro del éxito en los juegos de la vida pública”, explica John B. Thompson, en su libroEl escándalo político (2002) y advierte que es uno de los gajes del oficio en esos terrenos.

Un escándalo puede interrumpir el flujo de los acontecimientos, descarrilar planes bien ideados y hasta destrozar las reputaciones y carreras de quienes han estado envueltos en ellos. La lógica indica que quienes aspiren a una responsabilidad mantengan discreción en las actividades que realizan.

“El escándalo es un importante fenómeno social que puede tener graves consecuencias, tanto para las vidas y las carreras de los individuos que se ven envueltos en él, como para las instituciones de las que esos individuos forman parte”,explica Thompson.

Sin embargo, existen casos en los cuales se diluye la línea divisoria entre la personalidad pública y la vida privada; por lo que el escándalo –y el consecuente impacto en la reputación- es un riesgo constante.

De acuerdo con el especialista británico, “el escándalo también puede minar su capacidad (de quienes aspiran al poder) para recabar el respeto y el apoyo de los demás, y puede tener una incidencia profundamente corrosiva sobre aquellos aspectos de la confianza social que sostienen las relaciones sociales de cooperación”.

En virtud de que los escándalos implican la violación de ciertos valores o normas, es posible que se perjudique seriamente la reputación, que es un recurso acumulable, cultivable y que debe protegerse porque permite intervenir e influir en el curso de las acciones y los acontecimientos. Reputación es influencia.

“Los individuos que se ven envueltos en un escándalo saben muy bien que lo que está en juego no es sólo su dignidad sino también su poder, su capacidad para apoyarse en la reputación o en el buen nombre para concitar el respeto de los demás y procurar la obtención de sus intereses y objetivos”, precisa Thompson.

En los siguientes meses surgirán escándalos en el ámbito de la política que podrían minar las aspiraciones de quienes ostentan cargos de elección popular y modificar la correlación de fuerzas en los diferentes partidos políticos y grupos de poder en la entidad. Deben recordar que “todo comunica”.

PERCEPCIÓN

¿México volverá a tener una familia“real” que viva en un palacio?

@RJoyaC


Escándalo y Reputación

En un entorno como el actual en el que existe la posibilidad de visibilizar cualquier hecho o expresión yen el que todos podemos ser prosumers (productores y consumidores de contenidos), es mayor el riesgo que enfrentan las figuras públicas–de cualquier ámbito- de verse expuestas a un escándalo.

“El escándalo es una amenaza permanentemente presente para aquellos que han consagrado sus carreras a la obtención del poder y al logro del éxito en los juegos de la vida pública”, explica John B. Thompson, en su libroEl escándalo político (2002) y advierte que es uno de los gajes del oficio en esos terrenos.

Un escándalo puede interrumpir el flujo de los acontecimientos, descarrilar planes bien ideados y hasta destrozar las reputaciones y carreras de quienes han estado envueltos en ellos. La lógica indica que quienes aspiren a una responsabilidad mantengan discreción en las actividades que realizan.

“El escándalo es un importante fenómeno social que puede tener graves consecuencias, tanto para las vidas y las carreras de los individuos que se ven envueltos en él, como para las instituciones de las que esos individuos forman parte”,explica Thompson.

Sin embargo, existen casos en los cuales se diluye la línea divisoria entre la personalidad pública y la vida privada; por lo que el escándalo –y el consecuente impacto en la reputación- es un riesgo constante.

De acuerdo con el especialista británico, “el escándalo también puede minar su capacidad (de quienes aspiran al poder) para recabar el respeto y el apoyo de los demás, y puede tener una incidencia profundamente corrosiva sobre aquellos aspectos de la confianza social que sostienen las relaciones sociales de cooperación”.

En virtud de que los escándalos implican la violación de ciertos valores o normas, es posible que se perjudique seriamente la reputación, que es un recurso acumulable, cultivable y que debe protegerse porque permite intervenir e influir en el curso de las acciones y los acontecimientos. Reputación es influencia.

“Los individuos que se ven envueltos en un escándalo saben muy bien que lo que está en juego no es sólo su dignidad sino también su poder, su capacidad para apoyarse en la reputación o en el buen nombre para concitar el respeto de los demás y procurar la obtención de sus intereses y objetivos”, precisa Thompson.

En los siguientes meses surgirán escándalos en el ámbito de la política que podrían minar las aspiraciones de quienes ostentan cargos de elección popular y modificar la correlación de fuerzas en los diferentes partidos políticos y grupos de poder en la entidad. Deben recordar que “todo comunica”.

PERCEPCIÓN

¿México volverá a tener una familia“real” que viva en un palacio?

@RJoyaC