/ martes 31 de marzo de 2020

#TodoComunica | Defensas Difíciles

Lo que la política no resuelve, la comunicación no lo repara, es un principio fundamental en la comunicación gubernamental. Si las decisiones de la administración pública no tienen un impacto positivo –real- en la vida de las personas, difícilmente se generará una percepción favorable para un gobernante y su gestión.

Uno de los elementos que determina la formar de “conversar” entre gobernados y gobernantes, es “la manera particular como se disponen las cosas para que un fin pueda ser alcanzado”, es decir, cómo se ordenan las tácticas y estrategias gubernativas y se despliegan territorialmente las acciones para alcanzar los resultados deseados. La crisis sanitaria que ahora se enfrenta, a partir de la propagación del virus Covid-19, ha obligado al gobierno de la República a tomar decisiones para tratar de resolver un problema de salud pública.

En el inicio de la crisis -formalmente reconocida en México el 27 de febrero pasado-las primeras reacciones del gobierno del presidente, Andrés Manuel López Obrador, eran superficiales y de minimizar el problema, incluso él mismo promovía que la gente saliera a las calles.

De las estampitas religiosas de protección y el “no exageremos”, se ha dado un giro de 180 grados.

El subsecretario de Salud (secretario “de facto”), Hugo López Gatell, advirtió, este sábado 28, que “estamos ante la última oportunidad para frenar la pandemia; no de evitarla, eso es imposible; pero sí de retrasar la transmisión” y convocó a la población: “quédense en casa”.

Además de los hechos que ha debido enfrentar en su administración: falta de medicamentos, las exigencias del movimiento feminista, el llamado “culiacanazo” (cuando dejaron libre al hijo del Chapo Guzmán) y el “no crecimiento” económico, por mencionar algunos; ahora, las últimas decisiones ante la crisis sanitaria han contagiado la popularidad del mandatario federal.

Sus “defensas de buena popularidad” están débiles y su aprobación ha descendido casi 20 puntos.

En marzo de 2019, el 60 por ciento la población sentía que el país iba por el rumbo correcto y ahora sólo lo cree el 37 por ciento.

Si la población no percibimos que se realicen acciones para garantizar las condiciones de vida de nuestras familias, difícilmente la estrategia de comunicación del presidente le alcanzará y peor si sus “voceros” comenten errores como los de las últimas semanas.

Las conferencias mañaneras ya no serán antídoto. De las decisiones del gobierno para evitar el impacto económico que traerá la pandemia y garantizar el suministro de alimentos, dependerán los resultados de las elecciones del próximo año; pero, más allá de eso, lo fundamental es que todos preservemos nuestra salud.

PERCEPCIÓN

Todas y todos somos corresponsables del contagio del virus. Quedémonos en casa.

Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Twitter: @RJoyaC / Instagram: joya.ricardo11

Lo que la política no resuelve, la comunicación no lo repara, es un principio fundamental en la comunicación gubernamental. Si las decisiones de la administración pública no tienen un impacto positivo –real- en la vida de las personas, difícilmente se generará una percepción favorable para un gobernante y su gestión.

Uno de los elementos que determina la formar de “conversar” entre gobernados y gobernantes, es “la manera particular como se disponen las cosas para que un fin pueda ser alcanzado”, es decir, cómo se ordenan las tácticas y estrategias gubernativas y se despliegan territorialmente las acciones para alcanzar los resultados deseados. La crisis sanitaria que ahora se enfrenta, a partir de la propagación del virus Covid-19, ha obligado al gobierno de la República a tomar decisiones para tratar de resolver un problema de salud pública.

En el inicio de la crisis -formalmente reconocida en México el 27 de febrero pasado-las primeras reacciones del gobierno del presidente, Andrés Manuel López Obrador, eran superficiales y de minimizar el problema, incluso él mismo promovía que la gente saliera a las calles.

De las estampitas religiosas de protección y el “no exageremos”, se ha dado un giro de 180 grados.

El subsecretario de Salud (secretario “de facto”), Hugo López Gatell, advirtió, este sábado 28, que “estamos ante la última oportunidad para frenar la pandemia; no de evitarla, eso es imposible; pero sí de retrasar la transmisión” y convocó a la población: “quédense en casa”.

Además de los hechos que ha debido enfrentar en su administración: falta de medicamentos, las exigencias del movimiento feminista, el llamado “culiacanazo” (cuando dejaron libre al hijo del Chapo Guzmán) y el “no crecimiento” económico, por mencionar algunos; ahora, las últimas decisiones ante la crisis sanitaria han contagiado la popularidad del mandatario federal.

Sus “defensas de buena popularidad” están débiles y su aprobación ha descendido casi 20 puntos.

En marzo de 2019, el 60 por ciento la población sentía que el país iba por el rumbo correcto y ahora sólo lo cree el 37 por ciento.

Si la población no percibimos que se realicen acciones para garantizar las condiciones de vida de nuestras familias, difícilmente la estrategia de comunicación del presidente le alcanzará y peor si sus “voceros” comenten errores como los de las últimas semanas.

Las conferencias mañaneras ya no serán antídoto. De las decisiones del gobierno para evitar el impacto económico que traerá la pandemia y garantizar el suministro de alimentos, dependerán los resultados de las elecciones del próximo año; pero, más allá de eso, lo fundamental es que todos preservemos nuestra salud.

PERCEPCIÓN

Todas y todos somos corresponsables del contagio del virus. Quedémonos en casa.

Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Twitter: @RJoyaC / Instagram: joya.ricardo11