“El proceso de comunicación influye decisivamente en la forma de construir y desafiar las relaciones de poder en todos los campos de las prácticas sociales, incluida la práctica política”, sostiene Manuel Castells y añade que las relaciones de poder “se construyen en una interacción compleja entre diversas esferas de la actividad social”.
Desde julio de 2018, luego del triunfo de Andrés Manuel López Obrador, se generó una alta expectativa en torno a la relación entre el “primer mandatario” y el gobernador del Estado de México, Alfredo Del Mazo Maza, sobre todo por su parentesco con Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, el gobernador Del Mazo ha mantenido una práctica política respetuosa con el presidente. Formado desde la niñez en los círculos de poder, el mexiquense sabe de la magnitud del “poder presidencial” y de las consecuencias de confrontarse.
En septiembre de 2018, días previos a su primer informe de gobierno, Del Mazo Maza trabajó con el presidente electo en sus oficinas de transición, para analizar proyectos como el mejoramiento urbano de la Zona Metropolitana del Valle de México, y temas de servicios públicos, agua potable, vivienda, tenencia de la tierra, recuperación de espacios públicos y movilidad. Ese mismo mes, el gobernador Del Mazo recibió al presidente electo y a su esposa, Beatriz Gutiérrez Müeller, en Ocoyoacac, en el aniversario de la Batalla del Monte de las Cruces.
En abril de 2019, el gobernador promulgó un decreto -impulsado por Morena en la Legislatura local- para eliminar seguridad y ayudantía, con cargo al erario, a los exgobernadores mexiquenses. Mensaje claro: respeto, disciplina y cordialidad.
En septiembre de 2019, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) Santiago Nieto Castillo -uno de los hombres más respetados y temidos del actual gobierno federal- visitó el Estado de México para firmar un convenio de colaboración, y en Toluca señaló: “A ver, no tenemos investigación alguna contra el gobernador Alfredo Del Mazo Maza”, en referencia a una cuenta bancaria en Andorra.
Cuidadosamente -sin desafíos- el gobernador ha podido trabajar y mejorar su evaluación entre los mexiquenses. De acuerdo con Consulta Mitofsky, Del Mazo se ubica apenas a 3.5 puntos por debajo de la aprobación al presidente López Obrador en el Estado de México.
En junio de 2020, AMLO tenía una aprobación del 49.2 % de la ciudadanía y el gobernador apenas del 29.7 %. Ahora, la aprobación al presidente es de 49.8 % (en diciembre de 2020 tuvo el porcentaje más elevado: 57.7) y el gobernador se ubica en 46.3 %.
Es así como, a tres años de la elección presidencial, el gobernador Del Mazo ya es referido como posible aspirante a la Presidencia, y es identificado por 8 de cada 10 mexicanos. El tiempo y las circunstancias lo definirán, como es en la práctica política.
PERCEPCIÓN
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Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.
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