/ lunes 28 de marzo de 2022

#TodoComunica | Deuda con las mujeres

A pesar de que el 48% de las mujeres forman parte activa de la vida económica del país, los cargos de mando solamente son ocupados por mujeres en 30 % de los casos y las juntas directivas de las empresas apenas incluyen un 7 % de mujeres, de acuerdo con datos de la Dirección de Perspectiva de Género de la Secretaría de la Mujer de la entidad.

Por otra parte, se estima que solo 3 de cada 10 mujeres participan en el mercado laboral, pero si la tasa de participación tuviera la misma proporción que la de los hombres (7 de cada 10) el Producto Interno Bruto (PIB) del país aumentaría hasta en un 70 % para 2025, considera la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa (AMMJE).

De acuerdo con estudios realizados en países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), muestran que al incrementar la proporción de ingresos que controlan las mujeres -ya sea de lo que obtienen por su trabajo o por transferencias de dinero, como apoyos de programas sociales- se modifica la manera de gastar ese recurso y se beneficia a hijas e hijos. Es decir: las mujeres (la mayoría) tienen como perspectiva el beneficiar a su familia y no solo de manera individual.

Hace varias décadas, existía el Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa) del gobierno federal. Se identificó que, al entregar los recursos a las mujeres del hogar, se aseguraba que los apoyos sí beneficiaran a las niñas y niños de la casa, y que continuaran sus estudios.

ONU Mujeres México indica que el aumento de la educación de las mujeres y las niñas contribuye a un mayor crecimiento económico y el 50 % del crecimiento en los países de la OCDE, en las últimas cinco décadas, se derivó de que las niñas tuvieron acceso a niveles superiores de educación.

Sin embargo, para la mayoría de las mujeres “los logros sustanciales en educación no se tradujeron en la obtención de mejores resultados en el mercado laboral”, explica el documento de ONU Mujeres. En casi todos los países, las mujeres ganan solo entre 60 y 70 % del salario que obtienen los hombres, en buena medida porque muchas de ellas se desempeñan en trabajos familiares no remunerados, en actividades de baja productividad, laboran en el sector informal y tienen menos probabilidades de movilidad en el ámbito formal.

Todo ello acredita que, a pesar de que las mujeres realizan aportaciones significativas al desarrollo del país, tenemos una deuda con todas ellas, que va mucho más allá de las conmemoraciones por el Día Internacional de la Mujer y de conversatorios, ceremonias, cursos y talleres.

PERCEPCIÓN

¿Qué resultados habría en el Estado de México si una mujer fuera gobernadora?

¿De qué manera los partidos políticos de la entidad muestran, realmente, la voluntad de impulsar que las mujeres gobiernen la entidad?

Profesor-Investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Twitter: @RJoyaC

A pesar de que el 48% de las mujeres forman parte activa de la vida económica del país, los cargos de mando solamente son ocupados por mujeres en 30 % de los casos y las juntas directivas de las empresas apenas incluyen un 7 % de mujeres, de acuerdo con datos de la Dirección de Perspectiva de Género de la Secretaría de la Mujer de la entidad.

Por otra parte, se estima que solo 3 de cada 10 mujeres participan en el mercado laboral, pero si la tasa de participación tuviera la misma proporción que la de los hombres (7 de cada 10) el Producto Interno Bruto (PIB) del país aumentaría hasta en un 70 % para 2025, considera la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa (AMMJE).

De acuerdo con estudios realizados en países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), muestran que al incrementar la proporción de ingresos que controlan las mujeres -ya sea de lo que obtienen por su trabajo o por transferencias de dinero, como apoyos de programas sociales- se modifica la manera de gastar ese recurso y se beneficia a hijas e hijos. Es decir: las mujeres (la mayoría) tienen como perspectiva el beneficiar a su familia y no solo de manera individual.

Hace varias décadas, existía el Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa) del gobierno federal. Se identificó que, al entregar los recursos a las mujeres del hogar, se aseguraba que los apoyos sí beneficiaran a las niñas y niños de la casa, y que continuaran sus estudios.

ONU Mujeres México indica que el aumento de la educación de las mujeres y las niñas contribuye a un mayor crecimiento económico y el 50 % del crecimiento en los países de la OCDE, en las últimas cinco décadas, se derivó de que las niñas tuvieron acceso a niveles superiores de educación.

Sin embargo, para la mayoría de las mujeres “los logros sustanciales en educación no se tradujeron en la obtención de mejores resultados en el mercado laboral”, explica el documento de ONU Mujeres. En casi todos los países, las mujeres ganan solo entre 60 y 70 % del salario que obtienen los hombres, en buena medida porque muchas de ellas se desempeñan en trabajos familiares no remunerados, en actividades de baja productividad, laboran en el sector informal y tienen menos probabilidades de movilidad en el ámbito formal.

Todo ello acredita que, a pesar de que las mujeres realizan aportaciones significativas al desarrollo del país, tenemos una deuda con todas ellas, que va mucho más allá de las conmemoraciones por el Día Internacional de la Mujer y de conversatorios, ceremonias, cursos y talleres.

PERCEPCIÓN

¿Qué resultados habría en el Estado de México si una mujer fuera gobernadora?

¿De qué manera los partidos políticos de la entidad muestran, realmente, la voluntad de impulsar que las mujeres gobiernen la entidad?

Profesor-Investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Twitter: @RJoyaC