/ lunes 21 de diciembre de 2020

#TodoComunica | Dialogar frente al miedo

Sí. Existe miedo. Muchas personas están en esa frecuencia emocional porque nos enfrentamos a una circunstancia inédita y desconocida. El miedo se ha diseminado en muchos sectores, porque conforme avanzan los días, es más común saber del contagio y lamentable fallecimiento de personas “más cercanas” a nosotros. Abrazo solidario a quienes han perdido a un ser querido en estos largos meses.

El miedo, identificado como una de las cinco emociones básicas junto con: Amor, Tristeza, Enojo y Alegría (Muñoz Polit, 2009), tiene una razón de sobrevivencia: la protección. Cuando sentimos miedo es porque identificamos algo que puede significar un peligro y provoca en el organismo una serie de reacciones para mantenernos alerta y evadirlo.

A partir de la información que recibe nuestra amígdala cerebral -por medio de los sentidos- activa la alerta para el organismo; establece comunicación con el hipotálamo y la hipófisis, así como con el cerebro, estimulando la producción de adrenalina y liberación de cortisol, que es una sustancia que incrementa la presión arterial, la frecuencia cardiaca y los niveles de azúcar, a fin de que tengamos capacidad para correr o pelear. Cuando ese proceso se prolonga, el sistema inmunológico puede verse comprometido.

Y en esta época en la que la comunicación fluye de manera más rápida y abrumadora, en la era de la “infoxicación”, el miedo puede desplazarse de un sitio a otro del mundo con mayor rapidez que nunca. Eso provoca un entorno de desasosiego e inquietud permanente, acrecentado por la modernidad líquida de la que habla Zygmunt Bauman: “el tipo de incertidumbre, de oscuras premoniciones y temores respecto al futuro que acosan a hombres y mujeres en el entorno social fluido, en perpetuo cambio, en el que las reglas de juego cambian a mitad de la partida sin previo aviso o si una pauta legible, no une a los que sufren: los separa y los aísla”.

Es así como los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad, porque en la perspectiva de la “globalización del miedo” se intensifica la alarma creada por la prensa, la radio, la televisión y las “benditas” redes socio-digitales, pero hay alternativa.

Es en nuestro entorno donde tenemos la posibilidad de romper con la inercia del miedo, sin exponernos irresponsablemente a situaciones de contagio. Es recomendable fortalecer la comunicación entre nuestras familias y círculo de amistades para, por un lado, promover prácticas responsables: uso de cubrebocas, lavado frecuente de manos, sana distancia y, cuando sea posible, mantenernos en casa y, por otro, para reducir la sensación de aislamiento y soledad.

Frente al miedo, más comunicación responsable, cálida, clara y directa.

PERCEPCIÓN

¿Por qué el presidente municipal de Toluca intensificó su tono de regaño y miedo para hablar del Covid-19?

Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Facebook: ricardo.joya.94 / Twitter: @RJoyaC

Sí. Existe miedo. Muchas personas están en esa frecuencia emocional porque nos enfrentamos a una circunstancia inédita y desconocida. El miedo se ha diseminado en muchos sectores, porque conforme avanzan los días, es más común saber del contagio y lamentable fallecimiento de personas “más cercanas” a nosotros. Abrazo solidario a quienes han perdido a un ser querido en estos largos meses.

El miedo, identificado como una de las cinco emociones básicas junto con: Amor, Tristeza, Enojo y Alegría (Muñoz Polit, 2009), tiene una razón de sobrevivencia: la protección. Cuando sentimos miedo es porque identificamos algo que puede significar un peligro y provoca en el organismo una serie de reacciones para mantenernos alerta y evadirlo.

A partir de la información que recibe nuestra amígdala cerebral -por medio de los sentidos- activa la alerta para el organismo; establece comunicación con el hipotálamo y la hipófisis, así como con el cerebro, estimulando la producción de adrenalina y liberación de cortisol, que es una sustancia que incrementa la presión arterial, la frecuencia cardiaca y los niveles de azúcar, a fin de que tengamos capacidad para correr o pelear. Cuando ese proceso se prolonga, el sistema inmunológico puede verse comprometido.

Y en esta época en la que la comunicación fluye de manera más rápida y abrumadora, en la era de la “infoxicación”, el miedo puede desplazarse de un sitio a otro del mundo con mayor rapidez que nunca. Eso provoca un entorno de desasosiego e inquietud permanente, acrecentado por la modernidad líquida de la que habla Zygmunt Bauman: “el tipo de incertidumbre, de oscuras premoniciones y temores respecto al futuro que acosan a hombres y mujeres en el entorno social fluido, en perpetuo cambio, en el que las reglas de juego cambian a mitad de la partida sin previo aviso o si una pauta legible, no une a los que sufren: los separa y los aísla”.

Es así como los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad, porque en la perspectiva de la “globalización del miedo” se intensifica la alarma creada por la prensa, la radio, la televisión y las “benditas” redes socio-digitales, pero hay alternativa.

Es en nuestro entorno donde tenemos la posibilidad de romper con la inercia del miedo, sin exponernos irresponsablemente a situaciones de contagio. Es recomendable fortalecer la comunicación entre nuestras familias y círculo de amistades para, por un lado, promover prácticas responsables: uso de cubrebocas, lavado frecuente de manos, sana distancia y, cuando sea posible, mantenernos en casa y, por otro, para reducir la sensación de aislamiento y soledad.

Frente al miedo, más comunicación responsable, cálida, clara y directa.

PERCEPCIÓN

¿Por qué el presidente municipal de Toluca intensificó su tono de regaño y miedo para hablar del Covid-19?

Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Facebook: ricardo.joya.94 / Twitter: @RJoyaC