/ lunes 26 de octubre de 2020

#TodoComunica | Escuchar y acompañar 

Una de las aspiraciones de la humanidad es saber qué depara el futuro. La pandemia por Covid-19 acredita que es imposible. ¿Cuántas personas hacíamos planes para este año 2020 y brindamos el 31 de diciembre para que los buenos deseos se cumplieran? Ahora más que nunca, la incertidumbre se siente. La llegada del coronavirus agitó al mundo y obligó a modificar las expectativas. Nuestra vida cotidiana se alteró drásticamente y la sacudida no concluye.

El número de contagios registrados en México durante octubre refleja que la “segunda ola” empezó y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud será más fuerte. El pasado sábado, el número de casos diarios por Covid-19 en el mundo estableció un récord -por tercer día consecutivo- con más de 465 mil; casi la mitad de ellos en Europa. España ya dictó nuevas medidas “de control” que se extenderán hasta abril del siguiente año.

Todo ello muestra lo que siempre hemos sabido: la incertidumbre es el terreno en el que nos movemos y ahí hay que actuar. Estamos en lo que Zygmunt Bauman denominó la “vida líquida”, la “vida precaria y vivida en condiciones de incertidumbre constante”.

Empresas, gobiernos y sociedad, debemos ajustar lo necesario para continuar, pero el impacto podría tener consecuencias más profundas en la salud mental. Separarnos de nuestros seres queridos, perder parte de nuestra libertad y no tener la certeza de qué ocurre con la enfermedad, además del encierro obligado o las medidas de distancia, provocan angustia, miedo, e incluso pánico y terror.

Enfrentamos el temor de contagiar o ser contagiado, sobre todo si hemos vivido casos “reales” y cercanos de Covid-19. Los efectos psicológicos –advierten especialistas- van desde confusión y enojo hasta estrés postraumático, que podría llegar al suicidio, el cual en México se ha incrementado en la última década sobre todo en jóvenes, en su mayoría hombres.

En el caso del Estado de México, la Secretaría de Salud opera el Centro Integral de Salud Mental, el Instituto Mexiquense contra las Adicciones y un Centro Especializado en Prevención y Rehabilitación a las Adicciones. La Universidad Autónoma del Estado de México ejecuta el Programa de Atención Psicológica para sus estudiantes.

Sin embargo, el primer espacio de atención deberían ser las familias, por lo que se requiere diálogo, comprensión, respeto y voluntad para escuchar y acompañar sin enjuiciar. Es urgente por el bien de todas y todos.

PERCEPCIÓN

Con ajuste en el eslogan de la administración estatal se cumplen tres años. Trabajan con miras a 2021. Este lunes habrá mensaje del gobernador Alfredo Del Mazo Maza y su gabinete comparecerá en la Legislatura. Morena alista su operación. Viene un año clave en el país.

Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Facebook: ricardo.joya.94 / Twitter: @RJoyaC




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Una de las aspiraciones de la humanidad es saber qué depara el futuro. La pandemia por Covid-19 acredita que es imposible. ¿Cuántas personas hacíamos planes para este año 2020 y brindamos el 31 de diciembre para que los buenos deseos se cumplieran? Ahora más que nunca, la incertidumbre se siente. La llegada del coronavirus agitó al mundo y obligó a modificar las expectativas. Nuestra vida cotidiana se alteró drásticamente y la sacudida no concluye.

El número de contagios registrados en México durante octubre refleja que la “segunda ola” empezó y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud será más fuerte. El pasado sábado, el número de casos diarios por Covid-19 en el mundo estableció un récord -por tercer día consecutivo- con más de 465 mil; casi la mitad de ellos en Europa. España ya dictó nuevas medidas “de control” que se extenderán hasta abril del siguiente año.

Todo ello muestra lo que siempre hemos sabido: la incertidumbre es el terreno en el que nos movemos y ahí hay que actuar. Estamos en lo que Zygmunt Bauman denominó la “vida líquida”, la “vida precaria y vivida en condiciones de incertidumbre constante”.

Empresas, gobiernos y sociedad, debemos ajustar lo necesario para continuar, pero el impacto podría tener consecuencias más profundas en la salud mental. Separarnos de nuestros seres queridos, perder parte de nuestra libertad y no tener la certeza de qué ocurre con la enfermedad, además del encierro obligado o las medidas de distancia, provocan angustia, miedo, e incluso pánico y terror.

Enfrentamos el temor de contagiar o ser contagiado, sobre todo si hemos vivido casos “reales” y cercanos de Covid-19. Los efectos psicológicos –advierten especialistas- van desde confusión y enojo hasta estrés postraumático, que podría llegar al suicidio, el cual en México se ha incrementado en la última década sobre todo en jóvenes, en su mayoría hombres.

En el caso del Estado de México, la Secretaría de Salud opera el Centro Integral de Salud Mental, el Instituto Mexiquense contra las Adicciones y un Centro Especializado en Prevención y Rehabilitación a las Adicciones. La Universidad Autónoma del Estado de México ejecuta el Programa de Atención Psicológica para sus estudiantes.

Sin embargo, el primer espacio de atención deberían ser las familias, por lo que se requiere diálogo, comprensión, respeto y voluntad para escuchar y acompañar sin enjuiciar. Es urgente por el bien de todas y todos.

PERCEPCIÓN

Con ajuste en el eslogan de la administración estatal se cumplen tres años. Trabajan con miras a 2021. Este lunes habrá mensaje del gobernador Alfredo Del Mazo Maza y su gabinete comparecerá en la Legislatura. Morena alista su operación. Viene un año clave en el país.

Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

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